Críticas

Huele mal

Ciutat morta

Xavier Artigas, Xapo Ortega. España, 2014.

Cartel de la película Ciutat mortaDicen que la nariz humana puede distinguir entre más de diez mil aromas diferentes. Palabra de Wikipedia. Cuando nacemos es el olfato el que hace que distingamos a nuestra madre y, nos guste o no, cada cual tiene su aroma, el suyo, por mucho perfume que gaste. La sutileza y el detalle son primordiales, al igual que pasa con los demás sentidos, si uno quiere ganarse la vida con el olfato. Para aquellos que no contamos con tal agudeza y entramos en los parámetros estándar, resulta inevitable que en el día a día tendamos a simplificar más. Pero algo aúna pituitarias expertas y profanas: el olor a podrido. Su efecto desagradable nos dice mucho y al instante, alertándonos sobre los posibles perjuicios y peligros del pestilente emisario.

Con Ciutat Morta ocurre algo parecido. La sensación tras ver el documental es como si permaneciera en el ambiente un cierto aroma pútrido. Y aclaro, no me refiero a su calidad cinematográfica. Todo lo que cuenta y calla, todo lo que queda aireado hacia el gran público produce un efecto en el ambiente que apunta a que algo no marcha bien.

La película dirigida por Xavier Artigas y Xapo Ortega trata de arrojar luz a uno de los casos más sombríos del panorama español, el 4F. La noche del cuatro de febrero de 2006, cinco jóvenes fueron arrestados en el trascurso del desalojo de una casa okupa en Barcelona. Un miembro de la Guardia Urbana fue gravemente herido y quedó en coma. Los detenidos, que fueron acusados y condenados, denunciaron no solo irregularidades en el proceso judicial, si no también torturas y detención arbitraria. Ellos siempre se declararon inocentes. Para rizar el rizo, desgraciadamente, el 26 de abril de 2011 una de las condenadas, Patricia Heras, decide acabar con su vida, siendo el 4 de febrero, su arresto, el punto de inflexión vital y de no retorno.

Fotograma de la pleícula Ciutat mortaEl ritmo narrativo y su factura técnica la alejan de otros proyectos audiovisuales con los que esta cinta comparte temática, más panfletarios, es decir, dirigidos solo a los verdaderamente convencidos, y ese es un punto a su favor. La selección de las entrevistas que apuntalan el discurso mantiene la atención y alimenta las ganas del espectador de saber más sobre el caso. Se echa de menos, eso sí, la visión y la versión, más allá de la estrictamente judicial, de algunas partes interpeladas. Pero queda claro que no pudo ser por declinar estas la invitación de los directores a participar en el documental.

Ciutat Morta evidencia silencios, arroja luz sobre muchas lagunas del caso y muestra errores que no se deberían haber cometido. Su introspección llega a tal punto que, como espectador, no dejas de preguntarte qué es lo que realmente falla, si los mecanismos del sistema o el sistema mismo. Y eso ya es mucho decir.

Ciutat morta - imagenLa película como tal ha tenido un proceso largo. Comenzó financiándose a través de micromecenazgo y ha recorrido unos cuantos festivales, entre los que se encuentran el de cine documental de Uruguay AtlanticDoc, San Sebastián o el de Málaga, donde consiguió la Biznaga de Plata al mejor documental. Su recorrido llega hasta enero de este mismo año donde se pudo ver en la televisión catalana, consiguiendo una cuota de pantalla muy interesante, veinte por ciento, y que se volviese a rescatar el caso 4F, por lo menos en el ámbito regional. Para los que no la hayan visto todavía, no hay problema, la cinta está en Creative Commons, vamos, que se puede ver en cualquier plataforma de vídeo gratis sin sentirte mal por ello. Algo raro en esto del cine.

Ciutat Morta es una película de denuncia, que toma partido, y tremendamente política, términos contrapuestos para aquellas personas que, erróneamente, piensen que los documentales se encuentran dentro de la objetividad que solo proporcionan las matemáticas. Sí, todavía hay gente que lo piensa. La cinta no hace otra cosa que dejar que entre ese aire tan necesario para que las cosas no se acartonen más de lo que ya están. Si se me permite la pedantería, el ejercicio que conlleva este documental, aún con sus fallos, que también existen, me recuerda a la cita atribuida al filósofo Aristóteles sobre su mentor Platón: «Amigo es Platón, pero más amiga es la verdad». Y cuando los sabios hablan, lo más inteligente es callar.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Ciutat morta ,  España, 2014.

Dirección: Xavier Artigas, Xapo Ortega
Guion: Xavier Artigas, Xapo Ortega
Producción: Metromuster
Fotografía: Xavier Artigas, Xapo Ortega

Una respuesta a «Ciutat morta»

  1. Ahora el Rodrigo Lanza va a decir que la culpa es de la víctima que se dejó matar, y que el guardia urbano fue culpable porque no esquivó la piedra que le arrojó…

    25 años que le acaban de caer a este pieza por matar a un tipo cuyo único delito fue llevar unos tirantes con la bandera de España.

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