Críticas

Costumbrismo entre falsedades

The Farewell

Lulu Wang. EUA, 2019.

TheFarewellCartelLa directora estadounidense de origen chino, Lulu Wang, nos presenta su segundo largometraje, The Farewell, anunciándonos que se trata de una obra “basada en hechos falsos que pueden ser verdad”. Al parecer, las reflexiones sobre la mentira y la muerte asemeja que comportan una idea recurrente entre las prioridades de la realizadora. Su primera película, Posthumous (2014), ya abordaba estos asuntos desde la existencia de un artista que pretende mantener la falsedad sobre el error de su propio fallecimiento. En The Farewell, nuestra protagonista, Billi, es una mujer estadounidense nacida en Pekín, como la autora del filme. Emigró junto a sus padres al país americano de muy pequeña. En realidad, poco se nos muestra de su vida. Únicamente se sugiere que sigue ampliando estudios y que no anda muy boyante económicamente. El meollo narrativo del filme se sitúa en el conocimiento de la enfermedad terminal de su abuela. Como reacción, toda la familia, también la parte que emigró a otros países, decide reunirse en China para la despedida del título.

En realidad, la verdadera atención del largometraje se centra en la ocultación de la gravedad de la enfermedad a la interesada. Una anécdota, en absoluto trivial, que se aprovecha para realizar un viaje costumbrista sobre usos y ritos del país asiático. Bodas, comidas, masajes y relaciones familiares que todavía no se han roto ante la lejanía de los puntos de residencia van pincelando los contenidos de la obra. Mientras tanto, se pretende un análisis sobre mentiras caritativas, aquellas que algunos practican como mal necesario. Y la directora Lulu Wang intenta exhibirlo a modo de choque cultural entre Oriente y Occidente. Como si en la cultura asiática necesitaran esconder una realidad maligna a través de un falso discurso y por contra, los occidentales afrontaran dificultades sin giros ni recovecos. Por desgracia, no comulgamos con el punto de arranque al considerar que el asunto no debe extrapolarse a culturas sino, más bien, limitarse a personas. Y ya no nos referimos solo a enfermedades más o menos mortales, sino a muchas otras circunstancias, grandes o pequeñas. En todas partes encontramos a seres que prefieren ir abordando sus vidas y la relación con el resto, mediante mentiras más o menos piadosas, alejándose de la cruda realidad. Sí, hablamos de hipocresía, aquel significante que la Real Academia de la Lengua define como “fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”. Y la película da muchas vueltas, quizás ninguna, a esas falsas verdades. Por lo que asemeja, la realizadora Wang lo tiene claro. Como prueba, presten atención al epílogo.

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La puesta en escena del filme se muestra sencilla. Muchos planos fijos y, en consecuencia, poca movilidad de cámara, tonos luminosos e interpretaciones, en general, correctas. No nos ha terminado de convencer la de la protagonista, llevada a la pantalla por la actriz Awkwafina. Conocida por su faceta musical en el género de rap alternativo, creemos que, para compensar, abusa con la caracterización de Billi en un registro de sosería e impasibilidad. De todos los elementos cinematográficos utilizados, destaca sobre el resto la banda sonora. No en vano, la autora es pianista y se dedicó a esa profesión antes de acceder al mundo del cine. 

Como ya se ha abordado, el filme pretende adentrarse en ese mundo de falsas verdades, presentándolo como un choque de culturas. Sobre este tema, recordamos algunas películas del siglo XXI,  de gran calidad y diversidad, que realmente sí que reflexionan acerca de dicho asunto. Así, citaríamos En tierra de nadie (No Man´s land) del bosnio Danis Tanovic, en el 2001; Lilting, del británico de origen camboyano Hong Khaou (2014); y la más reciente, El abrazo de la serpiente, del realizador colombiano Ciro Guerra (2015). 

Volviendo a The Farewell, el largometraje va hundiéndose en un sentimentalismo cada vez más acusado, sin obtener, en cambio, la empatía del espectador o, al menos, de algunos de ellos. Nos hubiera interesado en mayor grado, por ejemplo, rastrear en la vida de Billi, lo que ha hecho hasta el momento con su existencia, ya con 30 años y sin visos de qué ocuparse en el futuro; o las razones por las que, hace años, emigraron los dos hijos de la matriarca enferma, Nai-Nai; o incluso, un bosquejo de situaciones más políticas y menos festivas o culinarias. En realidad, si quieren ir de boda, esta es su película. Una ceremonia oriental con su Karaoke, sus borracheras, discursos, bueyes de mar… Vamos, como en cualquier parte. 

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Resulta curioso que todo el mundo se arrogue el derecho de opinar y decidir sobre el conocimiento que los demás deben tener o no sobre su propio futuro, o más bien su final. Y no nos parece que los vínculos familiares deban dar prerrogativas para inmiscuirse y tomar la iniciativa en momentos tan delicados de la vida humana. Desconocemos con detalle la legislación china, pero por lo que sabemos, todo ciudadano tiene derecho a sanidad básica, aunque el sistema, que ha empezado a desarrollarse hace pocas décadas, anda muy lejos de los parámetros técnicos y éticos que serían deseables.  En España, por ejemplo, la información sobre la salud de cualquier persona por parte de los profesionales de la medicina debe darse directamente al mismo paciente, a menos que se otorgue autorización a un tercero. El derecho a la confidencialidad y privacidad de todo asunto relacionado con el historial clínico se constituye en pilar básico de la normativa vigente.   

Tampoco hemos entrado en el supuesto tono de comedia que pretende adoptar el filme de Wang. Nos nos produce alborozo alguno disfrazar un funeral con una boda, ni reírse o pasar de puntillas el alcoholismo. Tampoco el no detenerse sobre la pérdida de tradiciones mucho más importantes que la hipocresía, tales como el idioma. En resumen, estamos ante una obra de fácil olvido, que huye de la profundización en los temas que le interesan. Mientras tanto, los envuelve con ligereza en búsqueda de la media sonrisa cómplice de los espectadores. 

  

Tráiler:

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Ficha técnica:

The Farewell ,  EUA, 2019.

Dirección: Lulu Wang
Duración: 100 minutos
Guion: Lulu Wang
Producción: Coproducción Estados Unidos-China; Big Beach. Distribuida por A24
Fotografía: Sebastian Bock
Música: Alex Weston
Reparto: Awkwafina, Tzi Ma, Jim Liu, Gil Perez-Abraham, Diana Lin, Jiang Yongbo, Zhao Shuzhen, Lu Hong, Ines Laimins

4 respuestas a «The Farewell»

  1. No le hagan caso a Pilar. Vayan a verla que la van a disfrutar sobre todo si han pasado por la experiencia de haber perdido un ser querido.
    Es un película de puro sentimiento, nada que ver con el análisis de Pilar que se deriva en cuestiones políticas y/o sociales.
    Es ni mas ni menos que una despedida que cada personaje lleva lo mejor que puede, pero además es una despedida de la infancia y de lo que fue la vieja casa y el barrio de su abuela.
    Es algo mas que la despedida de la abuela es la despedida a una China que ya no existe.
    Pilar: Totalmente fuera de lugar y demasiado larga tu comentario acerca de si está bien o mal no decirle a alguien que se va a morir. En esa familia es así y punto. Que otra explicación se necesita ? No es opinable. A nosotros nos hace ruido, pero es otra cultura, no entiendo el tiempo que le dedicas en la crítica.
    A mi la película me gustó mucho, pero no por su valor cinematográfico sino simplemente porque son sentimientos verdaderos muy bien mostrados.

  2. Oscar, gracias por tus comentarios. Están fundamentados, lo que se agradece.

    Lo interesante es contraponer puntos de vista diferentes.

    Saludos,
    Pilar

    1. Entiendo tu punto de vista y a mi también se me hizo arduo porque no estoy para nada de acuerdo con esta tradición.
      Respecto a la falta de empatía te cuento que yo me sentí muy involucrado con la historia: la muerte de un ser querido, la separación de la familia, la decisión de hacer nuestra propia vida sacrificando la relación con la familia, etc..etc… en fin… la vida misma.
      Es verdad que la película tiene poco valor artístico, pero últimamente me conformo con una historia bien contada, el resto de las experimentaciones visuales y de guión ya las he visto suficiente entre los ´60 y los ´70.
      Gracias por no enojarte….!

  3. Oscar, sin problemas. Agradezco que nos des a conocer tu punto de vista, haciéndonos partícipes de las razones por las que valoras positivamente el filme.

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