Reseñas de festivales 

Starlet

Encuentro que este film no tiene nada de original, sin embargo tuvo bastante éxito entre el público del festival. Quizás la razón es que es prolijo, bien hecho, todo está correcto: la historia es entretenida, las actuaciones son impecables, tiene una muy buena cuota de humor, y nos deja un par de temas para reflexionar.

La joven y bellísima Jane, interpretada por Dree Hemingway (quien comparte un parecido físico con su mamá Mariel), llega con su perrito chihuahua Starlet a San Fernando Valley en California. En la venta de garaje de una vecina, compra un termo y descubre en su interior una importante suma de dinero. Jane no logra decirle la verdad a la dueña (Sadie, una mujer de ochenta años), pero se acerca a ella y entabla una hermosa amistad que logra afianzarse luego de muchos contratiempos.

Jane vive en un cuarto que alquila a una pareja de amigos, que pasan la mayor parte de su tiempo drogados frente a una consola de videojuegos. Los tres están involucrados en el negocio de los films pornográficos, y esta película muestra de forma muy respetuosa las peculiaridades de este negocio.

El tema principal es la amistad, quiénes son las personas que de verdad se pueden considerar amigos y qué somos capaces de hacer por ellos. También se plantea que la soledad se presenta en todas las edades: Jane es joven y exitosa, pero con sus amigos y familia disfuncional se siente sola y encuentra compañía agradable en una mujer viuda y solitaria.

Dree Hemingway cruza todo el tiempo la barrera entre la personificación de una chica frívola, preocupada solamente por su apariencia, y la de una mujer adulta y generosa que comprende y acompaña a Sadie en las desventuras de la vejez. Esta flexibilidad es crucial para mostrar las dos facetas del personaje, y es difícil imaginarlo interpretado por otra actriz.

Este es el primer film que realizó el director Sean Baker cuando se mudó a Los Ángeles y surgió de la combinación de dos ideas. La primera nace de un programa de TV que daba espacio a la vida de las estrellas pornográficas, y así comenzó la fascinación del director, no por su trabajo, sino por su cotidianeidad, sus amistades, sus salidas, su hogar, etcétera. La segunda idea se originó por una consulta que recibió un colega de su padre abogado, cuáles son las obligaciones legales al encontrar una alta suma de dinero en un objeto que uno compra o encuentra. Sean Baker pensó inmediatamente que una historia interesante tiene que surgir entre dos personas al darse esta situación, y así es como Starlet lo demostró.

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