Reseñas 

Seminario sobre Géneros, por Robert McKee

McKee

Si para Rick Altman el estudio de los géneros cinematográficos “no es más que una prolongación de los géneros literarios”, en algún momento no cabe duda de que para Robert McKee también lo es, a juzgar por la cantidad de referencias literarias surgidas durante el Seminario impartido en la escuela ECAM de Madrid. Dice Altman, también, que el género cinematográfico excede al literario en el momento en que un filme entra en conexión con procesos de producción, distribución y consumo, convirtiéndose en algo mucho más amplio. De este modo, los géneros no se consideran categorías de origen científico y sería la industria quien los identifica y el público quien los comparte. La teoría de géneros presupone, por tanto, para Altman, coincidencia entre las percepciones de la industria y del público. Si consideramos, además, que la teoría de géneros emana directamente de las profundidades arquetípicas del mito, entenderemos por qué esa es una de las bases del Seminario sobre Géneros de McKee.

Durante cuatro intensos días, Robert McKee ha analizado tres géneros cinematográficos y las series de ficción en televisión. Desde la comedia, que con la carcajada muestra toda su pureza, pasando por el género de acción, donde la reacción de los personajes marca el modo en que estos se enfrentan a los desequilibrios de la vida, para finalizar con el de terror y las series de televisión.

Si Robert Altman ya indicó la idea de que la naturaleza repetitiva del género tiende a disminuir el interés del desenlace del filme y esto mismo lo convierte, de alguna forma, en predecible, este debió ser el mismo motivo por el que McKee advierte sobre la conveniencia de aprender a diferenciar entre las convenciones de los géneros y los clichés. La conveniencia es una forma necesaria del género. El cliché es el modo en que las convenciones han sido tratadas por los escritores sin imaginación, a partir de una idea que tuvo éxito y que después se ha utilizado de forma repetida una y otra vez.

A través de la explicación teórica que define cada género, McKee se apoya en el visionado de ejemplos durante la mañana y concluye, por la tarde, con el visionado de una película o capítulos de series de televisión y se analizan en profundidad, a partir de lo expuesto durante la mañana. Así, el Seminario permite afianzar conceptos, herramientas y técnicas para hacer frente a dichos géneros y no, necesariamente, desde el único punto de vista del guionista. En la sala donde se ha impartido el Seminario han estado presentes, a lo largo de los cuatro días, además de guionistas, también agentes de ventas, productores, actores, profesores y montadores.

Sobre la comedia, McKee considera que no puede haber nada tan sagrado de lo que no podamos reírnos. Ningún país, ningún tema, nada podría dejar de ser tratado bajo un punto de vista cómico. Si esto ocurriese, adquiriría un enorme poder y podría desfigurar la sociedad. Así, la risa, reacción protectora a los defectos del prójimo y emoción abandonada por el pensamiento, es una descarga de tensión y surgirá a raíz del chiste, el cual usamos para destruir lo que nos amenaza. La risa será una crítica, un ataque a las obsesiones ciegas.

Sobre la acción, McKee considera que es escapismo, una gran inyección de heroísmo, de valentía. Sobre este género pesa la idea de que carecen de subtexto, para lo que McKee analizó una escena de Casino Royale (Martin Campbell, 2006), en la que James Bond mata al traidor Dryden. McKee hizo de guía, a través del análisis del subtexto de esta escena, viendo las intenciones, acciones y reacciones de cada personaje y descifrando lo que había debajo de cada diálogo en cada golpe de efecto de la escena.

Sobre el cine de terror, McKee considera que contamos historias de terror para espiar nuestros miedos y poder sacarlos. El impulso de este tipo de historias surge, generalmente, de lo negativo, y el elemento clave será el monstruo, frente al cual todos reaccionarán. McKee cree que este género es una ruleta emocional y que se pueden hacer películas de terror que funcionen muy bien con muy poco dinero. El terror auténtico es aquel que nos sumerge en lo más profundo de la naturaleza humana, en la mente más cruel.

Por último, en cuanto a la ficción seriada, si la televisión se encuentra, en palabras de Concepción Cascajosa, llena de “contenidos provocadores y apuestas narrativas renovadoras”, Robert McKee va más allá de esta idea y cree, incluso, que en relación al cine, las salas están condenadas a desaparecer, ya que la forma dominante del presente siglo será la ficción seriada.

Breaking Bad

Si para Inmaculada Gordillo y Virginia Guarinos Breaking Bad presenta un conjunto de elementos de innovación que atañen a diversos aspectos de la narrativa audiovisual y que comprenden desde la semántica a la sintaxis narrativa, con el rasgo distintivo del continuo trabajo con el tiempo, McKee cree, además, que su creador (Vince Gilligan) escuchó en ese momento a la sociedad. Breaking Bad y la recesión empezaron en el mismo momento (2008). De modo que, en una situación como aquella, unos ganaron mucho y otros perdieron. La serie no deja de ser una lectura de lo que sucedió en aquel momento. Walter se sabe superior y solo quiere luchar por el lugar que él quiere ocupar. Para ello utiliza su conocimiento técnico y lo increíble, el milagro de este personaje, es que todos nos identificamos con él. ¿Por qué? Quizás, dice McKee, porque todos llevemos dentro alguna herida y deseo de venganza.

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