Reseñas de festivales 

La fille de nulle part

Este film fue el elegido por el jurado del Concurso Internacional para el Leopardo de Oro del 2012, premio mayor del festival de Locarno. Es equivalente al premio por Mejor Película, otorgado por partes iguales al director y al productor (que en este caso son la misma persona).

El director Jean-Claude Brisseau, al presentar el estreno mundial de su film en el festival, dijo claramente que él nunca esperó encontrarse en un festival internacional por esa película. Menos aún se esperó llevar el Leopardo de Oro. Las razones que dio el jurado para galardonar a este film fueron la habilidad para expresar sentimientos y pensamientos profundamente humanos con muy escasos recursos.

El film trata la relación platónica entre un profesor de matemática retirado, Michel, y una mujer excluida por la sociedad, Dora. La chica de veintiséis años llega por casualidad a la puerta del clásico y espacioso departamento en París de Michel, golpeada por un hombre que huye dejándola casi inconsciente. Michel va desarrollando afecto por Dora e intenta convencerla de que se quede a vivir con él, ofreciéndole trabajo como asistente para lograr terminar su libro. Las conversaciones que los dos mantienen, disparadas por los temas que trata el libro, tienen un agradable contenido filosófico y la idea principal es la necesidad de la religión para las personas.

Diversas preocupaciones místicas y morales aquejan a Michel, quien con la ayuda de Dora incursiona en el mundo del espiritismo. A pesar que Michel llega a la conclusión de que Dora podría ser la reencarnación de su esposa fallecida veintinueve años atrás, su relación nunca pasa de la amistad. No obstante, la música principal es la Quinta Sinfonía de Mahler, símbolo de la pasión no declarada, institucionalizado por Muerte en Venecia (Morte a Venezia, 1971, Luchino Visconti).

Según el jurado de Locarno, Jean-Claude Brisseau, es un ejemplo a seguir, y La fille de nulle part es una lección de cine para los directores. Mediante un humilde film experimental realizado casi completamente en su departamento parisino denuncia que todos vivimos en un mundo de ilusión, que existe el amor a través del tiempo y que hay realidades que nunca lograremos explicar con nuestra mente.

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