Críticas

El cuestionable honor samurái

Hara-kiri: Muerte de un samurái

Otros títulos: Hara-kiri: Death of a Samurai.

Harakiri/Seppuku. Takashi Miike. Japón, 2011.

Hara-kiri: muerte de un samuráiTakashi Miike, conocido tambiėn como el enfant terrible del cine japonés, cuenta en su haber con una  lista de filmes que impresiona por el número de cintas realizadas (una media de cuatro cintas por año) como por la variedad de temáticas y géneros que ha trabajado en ellas. Miike es, sin duda, el director versátil por excelencia. Capaz de cambiar de registro sin pestañear, ha llevado a cabo proyectos de lo más variopintos. Cual funámbulo del celuloide, a lo largo de su carrera ha dado sobradas muestras que evidencian que es un realizador que se atreve con cualquier género cinematográfico. Aunque esto suponga para él un reto profesional, por el resultado queda demostrado que se encuentra cómodo en la transliteración de argumentos de cualquier índole al lenguaje cinematográfico.

La primera etapa de su filmografía está más vinculada al género yakuza, con acercamientos siempre muy diversos y con un sello de identidad bien definido, que contiene como ingredientes principales la violencia extrema con pinceladas splatter y la bizarría más enferma (véase Visitor Q, 2001; Ichi the Killer, 2001 o Gozu, 2003, entre otras).

Si hacemos un rápido recorrido a través de sus incursiones dentro de los diferentes registros, son dignos de mención su aportación al género de terror o intriga con Audition (1999),  y Llamada perdida (One Missed Call, 2003), al western con Sukiyaki Western Django (2007), al cine fantástico de aventuras para los más pequeños con La gran guerra de los Yokai (The Great Yokai War, 2005), la comedia musical con toques marcianos La felicidad de los Katakuri (The Happiness of the Katakuris, 2001) o la comedia bizarra con Zebraman (2004).

A pesar de sus numerosas producciones, Miike ha contado siempre con presupuestos muy ajustados que, en ocasiones, han dejado al descubierto propuestas con acabados mediocres cercanos a la serie B.

Hara-kiriEn Izo (2004) Miike sitúa a un samurái al frente de un intrincado artificio con toques de ciencia ficción donde ya dejaba ver su interés por la figura del ronin, aunque con un enfoque absolutamente frívolo. Este personaje representa al samurái solitario, sin amo ni casa a la que defender, como causa de una posible disolución del clan del que formaba parte, o por ser descendiente de ronin y haber nacido en una época en la que la paz reina dentro del país. El sufrimiento por el abandono y la situación de desamparo es tal que el ronin pierde la lógica y objeto de su existencia, comprendida por entero dentro del contexto de la guerra, donde la lucha con su vida es el estandarte supremo de la honorabilidad de un guerrero. Con este perfil de partida, Miike realiza dos trabajos sobre la tradición samurái, ambos remakes de películas realizadas en los años sesenta. 13 Asesinos (2010) podría verse como un previo, que contempla de manera tangencial el planteamiento de la deconstrucción del samurái convertido en ronin, en una época en la que  no existen guerras donde batallar. La lucha de un grupo de samuráis porque esta situación prevalezca deja al descubierto el enfrentamiento de la condición samurái frente a la defensa de su amo, a quien anteponen sobre todo.

hara-kiri muerte de un samuraiEn Hara-Kiri: muerte de un samurái se desarrolla por completo el discurso sobre la idiosincrasia del samurái y el significado pleno de la entrega de su vida por honor como uno de los puntos de gran importancia dentro del código de los guerreros: el haraquiri o seppuku. Aunque las causas para cometer dicha práctica podrían ser muy variadas, aquí se contempla como al acto voluntario del ronin que busca una muerte noble y digna ante su tesitura de desesperación a la que no ve mejor fin ni solución. La pobreza en la que vive uno de los ronin protagonista de esta historia es agónica. La supervivencia de su familia se encuentra en serio peligro, lo que le lleva a caer en artimañas que confrontan con el muro infranqueable de la moral samurái y sus estrictas normas.

Mediante la utilización de algunas elipsis, nos acercamos a las vicisitudes y al contexto que le han llevado a tomar una drástica decisión.

Con esta historia Miike se aleja por completo del histrionismo que está presente en algunos de sus anteriores trabajos. Con una carga de serenidad y un tono mucho más reflexivo, respeta el tempo pausado que requiere la narración, que es donde la tensión encuentra su máximo efectismo. La violencia, tan presente en su filmografía, aquí sirve como potenciador visual, quedando relegada al servicio de la acción y la tragedia, de manera puntual, fuera de cualquier exacerbación de estilo.

Hara-kiri: muerte de un samuraiLa escena central del haraquiri es turbadora y, aunque no está exenta de cierto sadismo y crudeza, Miike apuesta con firmeza por el dramatismo y bajeza del momento, mostrando la esencia de la degradación humana. Los principios éticos básicos de los guerreros, con el significado del haraquiri como rito en primer término, quedan en entredicho, en contraposición con la supervivencia.

El enfrentamiento final, de una gran belleza, está conformado por una coreografía perfecta, donde la necesidad de venganza y el dolor por la pérdida entran en duelo con la institución y tradición del perfecto samurái. El discurso final posee una gran fuerza contenida, incluso en la desigual pugna entre katanas, siendo la música un elemento clave en esta orquestación de mesura y templanza.

Hara-Kiri:muerte de un samurái, en muchos aspectos, destila el clasicismo de su predecesora (Seppuku, Masaki Kobayashi, 1962), como film que ante todo se define dentro del formalismo del chambara, como género que sigue unos criterios de fácil reconocimiento, a los que Miike se ha querido mantener fiel. Un nuevo resurgir del cine de samuráis que vivió su época dorada desde los años cincuenta a los setenta y hoy en día pocos directores apuestan por resucitarlo.

 

Trailer:

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Ficha técnica:

Hara-kiri: Muerte de un samurái  / Hara-kiri: Death of a Samurai (Harakiri/Seppuku),  Japón, 2011.

Dirección: Takashi Miike
Guion: Kikumi Yamagishi (de la novela de Yasuhiko Takiguchi)
Fotografía: Kazuko Kurosawa
Música: Ryûichi Sakamoto
Reparto: Ebizo Ichikawa, Eita, Koji Yakusho, Hikari Mitsushima

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