Críticas

El elusivo sueño del gran hallazgo

Gold, la gran estafa

Otros títulos: El poder de la ambición, El Torrente dorado.

Gold. Stephen Gaghan . EUA, 2016.

Cartel de la película Gold, la gran estafa¿Qué es el oro? ¿El poder de la ambición, el torrente dorado o la gran estafa? ¿O la locura, la explotación del hombre por el hombre, o el daño ecológico? ¿O, quizás, la riqueza y la prosperidad, o el logro de los sueños, o el metal milagroso de increíbles propiedades e importancia en la vida moderna? Es todo ello y mucho más, este metal precioso; este vil metal.

Son de fama las fiebres del oro, que se vienen repitiendo recurrentemente en la historia de la humanidad, acompañadas de riquezas que surgen y desaparecen, de amores y de prostitución, de migraciones y de pueblos que surgen y que, a veces, desaparecen. California, Colombia, Suráfrica, Alaska, El Dorado. Escenario muy propicio para el cine, puesto que genera historias, aventuras, tragedias, melodrama, búsquedas y hallazgos, frustraciones, locura, traiciones y sensaciones de tesoros escondidos que solamente encuentran unos privilegiados. Demos un repaso a algunos de los clásicos del cine que tienen que ver con el oro. El oro de Mackenna (J. Lee Thompson, 1969), típica película del Oeste y del oro: Un grupo de aventureros muy distintos viajan en busca de una mina de oro, que la leyenda apache sitúa en un clásico cañón desértico cerca de la frontera mexicana. Como es de esperar, los enfrentamientos y las traiciones surgen de la mano de la casi inevitable avaricia. En busca del oro (Michael Curtiz, 1938) es otra del Oeste, pero se refiere a un conflicto distinto: terminada la fiebre del oro en California, se desata otra clásica rivalidad, esta vez entre granjeros y mineros, en el contexto de nuevos desarrollos tecnológicos mineros que facilitan el hallar más oro, pero que amenazan la agricultura. En Las colinas desnudas (The Naked Hills, Josef Shaftel, 1956), un aventurero lo abandona todo en una búsqueda sin fin del oro. El tema de El Dorado ha sido fértil en el cine, que narra esa búsqueda legendaria llena de ilusiones y frustraciones que ha atrapado a muchos. El Dorado, Carlos Saura, 1988, cuenta las andanzas de un grupo de españoles, convocado por Pedro de Ursúa, en una jornada por el río Marañón, que se convierte en traiciones y tribulaciones sin nombre. Es curioso lo que sucedió con The Road to El Dorado (Eric Bergeron, Don Paul, 2000), una película de aventuras animada, sobre un par de aventureros españoles que luego de improbables peripecias descubren la ciudad perdida de El Dorado; sin embargo, su productora DreamWorks Animation no encontró con este costoso filme su dorado, ya que no fue un éxito de taquilla. Más recientemente Oro (Agustín Díaz Yanes, 2017), película española que trata de las aventuras de los conquistadores españoles Lope de Aguirre y Núñez de Balboa por la selva amazónica, en busca la mítica ciudad de El Dorado, esta vez basándose en la novela del exitoso novelista Arturo Pérez-Reverte.

Gold, la película

La búsqueda del dorado en Gold es una historia moderna, de ambiciones tecnológicas y financieras, que no transcurre en América, sino en Indonesia. Un empresario americano, formado por su padre en la tradición del arriesgado minero que fue capaz de levantar un pequeño imperio de la explotación del oro, se convierte en un obsesivo personaje que es capaz de sacrificarlo todo, persiguiendo su sueño de encontrar una mina de oro que lo haga enormemente millonario y exitoso. En esa búsqueda sufre varios ciclos de triunfos y quiebras, que van transformando su cuerpo, sus pensamientos y su presencia, modelados de forma admirable por Matthew McConaughey. Estas oscilaciones de la fortuna parecen increíbles, pero en buena parte están basadas en una historia real, asociada con el escándalo de la compañía Bre-X en 1993, la cual se fue a pique, arrastrando a muchos inversionistas, cuando se descubrió que las pretendidas y gigantescas reservas de oro que tenía en una mina de las selvas de Indonesia no existían realmente, habiendo sido el producto de engaños y manipulaciones de las muestras de mineral. En todo este esquema, fue esencial un personaje, un aventurero de las ciencias de la geología, también muy bien protagonizado por Edgar Ramírez.

En todas estas aventuras doradas se recorren tres historias. Una de ellas es la vida íntima del protagonista, una persona en la cual se combinan la nobleza, los sueños, la fe y la inocencia, con descarnados comportamientos inmaduros y egoístas que lo llevan a los extremos de la degradación. Lo interesante es que esa base de pureza, como si se tratara de oro interno, mantiene su coherencia y su naturaleza de persona confiable e idealista aún en los momentos más decepcionantes, lo cual hace que sus amigos y asociados mantengan una fidelidad que sorprende y una permanencia como las que tenían los hombres que acompañaban a los enloquecidos conquistadores que exploraron el Amazonas en busca de El Dorado, aun intuyendo que en realidad estaban marchando hacia su propia destrucción.

El torrente dorado

La segunda historia tiene que ver con los recorridos que nos llevan por el mundo de las compañías y las finanzas, de las inversiones de alto riesgo, en medio de un mercado de capitales y de especulación que se nos antoja demasiado inhumano, individualista y aventurero. Queda la impresión de que las personas que hacen parte de estos grupos fronteros de inversión especulativa, tienen una capacidad de manipulación y de juego que supera toda imaginación. Es precisamente en esta forma que se embarcan en realidades insostenibles, que nadie parece capaz de atenuar o de prever, a pesar de contar en sus filas con brillantes genios de la economía, tal es el torbellino de egos y de intereses creados que se va formando. Gold nos muestra este mundo de manera dramática y efectiva, lo cual le confiere al filme un sentido casi investigativo, aun a punta de simples atisbos y escenas aisladas. En estos espacios, Hollywood ha especulado también, con una serie de provocativas películas que nunca nos acaban de sorprender (Wall Street, Oliver Stone, 1987; Catch Me If You Can, Steven Spielberg, 2002; The Wolf of Wall Street, Martin Scorsese, 2013; The Big Short, Adam McKay, 2015).

Matthew McDonaughey en Gold

Finalmente, Gold nos enfrenta a las selvas, a las montañas y a los ríos; a los caminos y a los habitantes de esas tierras exóticas que de pronto se ven invadidas por la maquinaria, las hordas de obreros, de compradores, de corrupción y de ingenieros que abren el territorio para que sean posible la exploración de los terrenos y la eventual explotación de los mismos. En este filme, apenas se es testigo de la exploración, es decir, de los procesos que permiten tomar las muestras de suelos que deben ser enviadas a los laboratorios para determinar los tenores de los minerales de interés y de cuya riqueza depende el éxito de la mina y su posibilidad de que sea explotada económicamente. Nos damos cuenta de que de tales tenores depende que haya capitales y ánimos suficientes para continuar con las complejas tareas. Ello puede abrir, como en realidad sucedió en este caso, un boquete para que el proceso sea contaminado por ciencia engañosa y mal intencionada. Igualmente, para que el ambiente sea negativamente afectado por los residuos y la contaminación. Es que los contenidos de oro, en general, no llegan a más de quince partes por millón en los minerales y además de oro, se van a generar grandes cantidades de materiales estériles en la explotación que deben ser adecuadamente dispuestos. Algo que poco interesa, por ejemplo, a la destructora minería ilegal que se extiende como un cáncer por las selvas del mundo subdesarrollado, a medida que el oro sube de precio. Dicho lo anterior, Gold es también un tributo a aquellos que se atreven, arriesgando su propia salud y sin duda sus reservas de energía personal y de dinero, a buscar el elusivo sueño del gran hallazgo de oro, que aguarda escondido en diversos lugares del mundo, y que, como ha sucedido tantas veces, puede en verdad ser encontrado.

Trailer

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Ficha técnica:

Gold, la gran estafa  / El poder de la ambición, El Torrente dorado (Gold),  EUA, 2016.

Dirección: Stephen Gaghan
Duración: 121 minutos
Guion: Patrick Massett, John Zinman
Producción: Michael Nozik, Teddy Schwarzman
Fotografía: Robert Elswit
Música: Daniel Pemberton
Reparto: Matthew McConaughey, Édgar Ramírez, Bryce Dallas Howard, Corey Stoll, Toby Kebbell, Craig T. Nelson, Stacy Keach, Bruce Greenwood

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