Críticas

El cambio es la constante

El porvenir

Otros títulos: El porvenir.

L'avenir. Mia Hansen-Løve. Francia, 2016.

el_porvenir_posterEl porvenir (L’Avenir), es un retrato puro y significativo sobre Nathalie (Isabelle Huppert), una mujer ya cercana a los sesenta años de edad, en su amoldada y confortable cotidianeidad; nos involucra en su vida diaria, en su rutina y la de su familia, en su trabajo como profesora de filosofía en un instituto, y en su desempeño en cada uno de los roles de madre de dos hijos, esposa de Heinz (André Marcon), también profesor de filosofía, e hija de una madre ya mayor, interpretada por Edith Scob, quien constantemente la manipula para llamar su atención; lo anterior expuesto desde la expresiva mirada de Mia Hansen-Løve, una directora sumamente joven, que se muestra ágil y elocuente, ostentando una sorprendente madurez y un equilibrado balance para transmitir los procesos emocionales por los que atraviesan sus personajes, tratándolos con una indudable empatía, pero sin llevarlos al exceso melodramático.

el_porvenir_imagenEn su corta trayectoria -este es apenas su quinto largometraje-, Hansen-Løve deja en claro que sabe cómo tratar las vicisitudes del género humano, recreándolas de manera sugestiva y elocuente, como si brotaran desde su interior, con la minuciosidad de un cirujano. Ya con su anterior trabajo Eden (2015), se consolidaba como una directora con gran capacidad de esbozar la, cada vez más común, problemática de la juventud, para encontrar su lugar en el mundo, y la dificultad de conseguir sus metas, plasmado en un interesante y llamativo juego de música y luces neón, de vida nocturna en los bares de París, logrando describir con acierto dicha etapa, tan prometedora como frustrante, en que sus protagonistas se encuentran.

En El porvenir, con la misma precisión para transmitir el conflicto interno de sus personajes, se sitúa en una fase madura de la vida de su protagonista, presentando la profunda crisis existencial en que se encuentra, de pronto, cuando se da un giro trascendental en su vida, en un momento en que ella, no muy afecta a los cambios, se sentía ya en un lugar seguro, en su zona de confort, cosechando los frutos de años de trabajo tanto profesional como familiar.

l'avenir, películaEs en ese intenso punto de quiebre en el que Nathalie debe replantearse quién es y qué es lo que la define como ser humano, asimismo se somete a la reflexión sobre qué es lo que le espera en un futuro, al encaminarse hacia la tercera edad, en qué forma afrontarlo en su nuevo estatus de independencia y soledad. Huppert (La pianista, 2001), con su magnífica y regia interpretación, nos deja sentir claramente la honda incertidumbre de encontrarse de pronto perdida ante un cambio de planes no elegido para su vida, arrastrada repentinamente por un espiral de emociones que giran en su interior.

Hansen-Løve se sirve de tal contexto para hacer varios guiños y referencias filosóficas, pero no de una forma pretenciosa ni densa, sino que sutilmente envía ciertos mensajes y cita a varios pensadores y sus textos. Por ejemplo, la frustración de Nathalie cuando no encuentra su ejemplar de El mundo como voluntad y representación, de Arthur Schopenhauer, lectura que se antojaba ideal para ella en tal momento de frustración, como si esos libros le pudieran devolver las respuestas que ya tenía resueltas pero que ahora debe plantearse en un sentido distinto.

el_porvenir_crítica A través de la amistad con Fabien (Roman Kolinka), uno de sus alumnos preferidos, con quien discute temas trascendentes y comparte textos filosóficos, se hace evidente la brecha entre ambos, así Nathalie asume que la juventud es una etapa en la que uno tiene la energía y el coraje para luchar por los ideales, mientras que en su madurez lo que verdaderamente desea es la paz y la estabilidad. La nueva generación, con sus modernas propuestas e ideas, le pisa los talones, haciendo evidente el enorme contraste en la forma de afrontar el mundo exterior: mientras los jóvenes, en constante inconformidad, rebeldía e idealismo, llenos de brío para pelear por sus convicciones, pero a la vez con un raudal de sueños utópicos, de metas -quizás inalcanzables-, anhelan cambiar el mundo, Nathalie, por su parte, ha llevado esas disertaciones hacia su yo interior, en un nivel personal y a menor escala, preguntándose qué rumbo debe seguir cuando su tren se ha descarrilado de las vías.

el_porvenir_imagen de la películaSin duda, Hansen-Løve realiza un trabajo estupendo, dando una demostración de su habilidad natural para describir con destreza las relaciones humanas en diferentes etapas de la vida, asimismo nos invita a una reflexión profunda sobre la capacidad de los seres humanos de reaccionar ante las adversidades, de su prontitud para adaptarse al cambio –el cual es la única constante-, de replantear aspectos de la vida que ya se tenían resueltos, porque sabemos que rara vez las cosas salen exactamente como uno las planea. Así que lo que nos queda es apreciar las posibilidades y oportunidades que nacen de cada giro de tuerca y sacar lo mejor que se pueda de ellos.

 

 

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Ficha técnica:

El porvenir  / El porvenir (L'avenir),  Francia, 2016.

Dirección: Mia Hansen-Løve
Guion: Mia Hansen-Løve
Fotografía: Denis Lenoir
Reparto: Isabelle Huppert, Edith Scob, Roman Kolinka, André Marcon, Sarah Le Picard, Solal Forte, Elise Lhomeau, Lionel Dray, Marion Ploquin

4 respuestas a «El porvenir»

  1. Buena. Si está Isabelle Huppert no puede ser menos que buena, aunque MUY LEJOS de ELLE. Más interesante para gente «grande», lo jóvenes no creo que la entiendan del todo.

  2. Quiero saber los nombres de los temas musicales. Especialmente el cantado en alemán cuando viaja en el auto desde la casa en el mar …

  3. Isabelle hupert increible, y mia hansen love maestra tambien , desde » el padre de mis hijos» que sigo su filmografia.

  4. Me encantó la película, no me defraudó en lo más mínimo en mis expectativas o miedos de que incurriese en lugares comunes o simplificaciones fáciles. El cruce con lo filosófico y lo generacional me pareció de una sutileza y profundidad poco frecuente en el cine. El uso de la cámara también me pareció elocuente apelando a los procesos internos de los personajes, a los lugares y a los libros. Operó como un motor para descubrir lecturas y pensamientos filosóficos. Sencillamente hermosa película.

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