Críticas

Migas de soledad

Byzantium

Neil Jordan. Reino Unido, 2012.

Cartel de la película ByzantiumUn salto atrás. El pasado nos acompaña, eterno e incansable hacia el futuro. Pesa cautivo, y nos hace retroceder y recordar momentos determinados, especiales, simplemente para cambiar e intentar ser mejores. Evolucionar y crecer es eterno. No es fácil, y siempre resulta cansino y costoso, pero a la larga reporta experiencia, sabiduría y tranquilidad, todo para afrontar los siguientes pasos con más valentía que antaño.

Un paisaje marginal, desolador, frío y eterno es el marco en el que se desarrolla esta nueva historia, taciturna y desoladora, del director Neil Jordan. Una vista atrás a sus films, sin remordimiento y sin pesar, para mostrar una versión renovada del mundo de los vampiros, pero en esta ocasión más lenta, retraída y algo esquiva que la exitosa Entrevista con el vampiro (Interview with the Vampire: The Vampiro Chronicles, 1994). Jordan muestra un secreto que no cesa de retroceder la vista en el tiempo, para intentar comprender el presente y así poder modificar una vida larga, tediosa y solitaria.

Fotograma de ByzantiumAl igual que El juego de lágrimas (The Crying Game, 1992), El fin del romance (The End of the Affair, 1999) o La extraña que hay en ti (The Brave One, 2007), Neil Jordan con Byzantium no olvida ese toque especial, tan onírico y poético que mostró en el pasado. La belleza de las imágenes de sus películas, capaces de traspasar la pantalla, quedan grabadas en las retinas y adquieren esa importancia tan necesaria y requerida para el correcto entendimiento de la trama, pues son el auténtico reflejo del estado emocional de la historia y de sus personajes: seres atormentados, solitarios y carentes de afecto, que desean desesperadamente encontrar un abismo de paz para sus abrumadoras existencias.

Un pueblo costero, donde la vida parece no avanzar y cuyas gentes parecen subyugadas bajo el peso de la melancolía, acoge las bajas temperaturas, la niebla incesante y la desoladora atmósfera gris de las dos protagonistas de Byzantium. Dos chicas, que aunque son completamente diferentes, comparten un sino común que les provoca un hondo pesar, que les oprime sus corazones y les arrebata la poca humanidad que les pueda quedar. Una nueva historia de vampiros, cuyos acontecimientos narrativos giran alrededor de un secreto antiquísimo, que  no deja sosiego ni paz a aquellos que lo conocen. Esa inquietud da lugar a constantes cambios e irremediablemente presentará el conflicto final, para dar por zanjadas esa infelicidad y la soledad de los personajes femeninos.

Byzantium, críticaUna historia que queda muy lejos de los típicos colmillos afilados, del pánico solar y de la aversión a los crucifijos. Esta película se centra en revelar los confines más ocultos de la mente de dos personas, incapacitadas para relacionarse con el resto de la sociedad, pues sus diferencias son tan abismales, tan insoportables, que serían incomprensibles para el entendimiento humano. Esa distancia interpuesta entre las dos chicas y el resto del mundo es la ideal para poder profundizar en sentimientos que solo pueden ser engendrados por un pasado atroz de una vida sin sentido: podrida, sucia, sin contacto, sin afecto y sin un turbador miedo a la muerte. En cierto sentido, la nueva película de Neil Jordan presenta unos tintes que contiene cierta similitud a la cinta sueca Déjame entrar (Let the Roght One In, Tomas Alfredson, 2008). En ambos films, se evidencia el verdadero e inmenso poder que ejercen los sentimientos sobre todas las personas y evidencia la fuerza de la soledad como una carga demasiado pesada para tener que soportarla eternamente. Y aunque los personajes de los dos largometrajes son seres que han perdido su humanidad, es innegable que algo de esa esencia humana perdura en sus cuerpos, y se manifiesta constantemente mediante una actitud reservada y ceñuda que sus protagonistas arrastran a lo largo de la historia.

Así como la película de Tomas Alfredson se centra en el presente y en el futuro de su protagonista, Jordan decide darle un toque fantasmal a su cinta, pues el peso absoluto de la trama se enfoca en el pasado. Ambos tiempos, el pasado y el presente, se entremezclan durante toda la trama mediante el uso constante de flashbacks, pues cargan con la ansiada explicación final. El clímax del film solo llega de la mano de uno de los recuerdos de la protagonista más joven, pues sus repetidas evocaciones del pasado son la excusa perfecta para conseguir la acción decisiva del presente para capturar un futuro mejor. La justificación de tantos flashbacks intenta sustentarse por las ansias de liberación de las protagonistas de un pasado abrumador y lleno de incógnitas, para ofrecer así las respuestas que se han ido generando a lo largo de la historia, pero el resultado final es agotador y queda marchito, pues carece de auténticos golpes de efecto. Este recurso, aunque en ciertas ocasiones resulta atractivo, carece de un sentido uniforme, y la única consecuencia es el desinterés del público y un deseo que va menguando hasta quedar sepultado por un aluvión de preguntas sin contestar.

Byzantium, de Neil JordanNeil Jordan intentar aportar más aclaraciones. Gracias a la voz en off de su protagonista, pretende desvelar al espectador la verdadera conciencia humana de este personaje, pues está rebosante de emociones y sentimientos. Una voz triste, pausada y desesperada, grita al viento sus penas para captar la atención del espectador y convertirlo en un receptor pasivo, porque además de ir revelando partes de ese pasado tan misterioso, también va aclarando el verdadero carácter del personaje principal (y de forma secundaria, el de los demás personajes que aparecen en la trama). Pero el efecto no llega a cuajar y se rompe, se resquebraja sin conseguir su propósito, ya que tanta palabra resulta fatigosa y destruye la magia de la imagen y, por consiguiente, deshace la poca emoción y toda la intriga que se consiguió al comienzo de la película.

Byzantium es un film que pretende desgarrar, concienciar y reflexionar sobre una existencia alejada de toda vida, donde las metáforas de la soledad imperan en cada secuencia, en todo acto y en las consecuencias de cada acción, pero el largometraje termina por fracasar por una ausencia de giros camaleónicos y por la lentitud de la sustancia de la historia.

Trailer:

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Ficha técnica:

Byzantium ,  Reino Unido, 2012.

Dirección: Neil Jordan
Guion: Moira Buffini
Fotografía: Sean Bobbitt
Música: Javier Navarrete
Reparto: Saoirse Ronan, Gemma Arterton, Sam Reiley, Jonny Lee Miller, Caleb Landry Jones, Tom Hollander, Daniel Mays, Thure Lindhardt, Warren Brown, Glenn Doherty, Gabriela Marcinkova

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