Críticas

No se necesita nada más

Reality Bites (Bocados de realidad)

Reality Bites. Ben Stiller. EUA, 1994.

Cartel de la película Reality BitesLa vida es complicada, parece que una niebla pesada y congestionada cabalga tranquila por el horizonte. Una especie de sabor amargo que recorre la garganta triunfal y se expande, a fuego lento, por cada rincón del cuerpo, simplemente para implantar una idea de pesar, similar a la cadena perpetua.

Todo indica que ese vaho claustrofóbico lo inunda todo y cae, insoportable, sobre todos la congoja, pero siempre queda un resquicio para la luz de sol, y en secreto, en lo más profundo de la oscuridad, germina, pausada y precavida, la incipiente utopía de la esperanza para conseguir una vida mejor y más tranquila.

Un simple acto, como una declaración de amor, un beso apasionado o incluso un abrazo intenso, pueden ser la chispa necesaria para que la luz se expanda y se imponga victoriosa. Lo gris, lo plomizo, da paso a una sazón multicolor, y esa sensación de tristeza y de desconfianza se apaga, olvidada y relegada al recuerdo del invierno áspero. Todo para que las risas, las carcajadas y la alegría se apodere del mundo y de la gente. La vida es complicada, hay que luchar, pero siempre hay tiempo para un buen café y una mejor compañía.

Bocados de realidad, fotogramaEl director y actor de cine Ben Stiller utiliza esa contienda eterna y tan característica de la existencia entre lo dramático y lo cómico, para trasladar al espectador la idea de que mediante una visión positiva, gracias a la constancia, el tesón y la imaginación, siempre es posible que exista un camino alternativo para alcanzar los objetivos deseados y conseguir ese ansiado final. Desde el principio de su carrera, ha destacado por tener una personalidad cinematográfica única e inconfundible, donde la risa y las situaciones hilarantes se convierten en un personaje más dentro de la trama de sus films.

Bocados de realidad es la primera película de este director de Nueva York. El largometraje tiene un halo especial, un toque vintage con pinceladas grunge, donde lo sentimental se entremezcla con la ironía, el sarcasmo y lo chistoso. Es la clásica tragicomedia donde sus héroes, normales y cotidianos, luchan por encontrar su sitio en la sociedad, para poder realizarse como personas sin dejar de lado su auténtica y brillante personalidad, sin terminar aplastados como colillas. No estamos ante el típico film juerguista y alocado a los que Ben Stiller nos tiene tan acostumbrados, como podrían ser Un loco a domicilio (The Cable Guy, 1996), Zoolander (2001) o Tropic Thunder (2008). Este largometraje pertenece a una especie diferente, mucho más calmado e incluso más serio y taciturno que sus sucesores, aunque en él también se puede apreciar ese halo especial y gracioso tan característico del autor. Esta película contiene algo atractivo y especial, pues rebosa sentimientos reconocibles, sencillos de entender, que son combinados con una llamada crítica especial. Los juicios de valor sobre la familia, la sociedad y el trabajo quedan en entredicho sin que se pierda ni un ápice de sonrisas y exclamaciones graciosas. Su magia reside en la naturaleza atemporal de las emociones que muestra. El amor, el rechazo, la soledad y las aspiraciones son universales, humanas y tangibles, y por a ello está garantizada una explosión de empatía por parte del público en general.

Winona Ryder en Reality BitesBen Stiller regala un film auténtico, real y fácil de ver, puesto que muestra la típica contienda, en la que los protagonistas deben superar unos obstáculos determinados, pero siempre con una perspectiva edulcorada, tierna y simpática, todo para obtener un “happy ending” en todos los ámbitos emocionales. La defensa de la personalidad en un mundo tan aplastante, amores complicados, que se aferran a la vida con puños de hierro, y amistades alborotadas, pero inquebrantables. Una lucha contra vientos y tempestades fastuosos, que queda plasmada en esta cinta de aspecto underground, que desprende por cada uno de sus poros una entidad propia y carismática. Cada primer plano, cada gesto, cada comentario tiene un único propósito: conseguir que el público pueda acariciar cada acontecimiento y sentirlo como propio. Esta cinta rezuma auténticas bocanadas de ternura y realidad, y por ello capta la atención de espectador. Además, con el uso de un vídeo casero en la narración audiovisual de la cinta, Ben Stiller se apodera de todos los sentidos del público y les muestra el lado más humano del film, pues ese aire de documental aporta autenticidad y credibilidad.

La música es otro elemento de suma importancia en este largometraje. Su uso es completamente necesario para el buen funcionamiento de cada una de las escenas, pues sirve para aumentar la percepción del espectador y entender el estado anímico que los personajes están sintiendo en ese momento. Cada canción elegida está pensada a conciencia, ya que sus letras ayudan a incrementar un efecto determinado. Melodías pegadizas, ritmos contundentes y voces peculiares son el remate perfecto para conseguir crear una película tan especial y pegadiza.

Reality Bites, Bocados de realidadTodos y cada uno de los elementos que aparecen en este largometraje están creados para potenciar las palpitaciones de un envoltorio tan fino y natural. Los diálogos, los personajes y los dilemas que se presentan, están al servicio de la idea de conseguir la empatía del público y ofrecerle un clímax y una resolución final impecable, que llegue al corazón. Desde la sencillez de un comienzo tímido, Bocados de realidad es un comienzo de una idea que desemboca en brazos del renovado realismo mágico de La vida secreta de Walter Mitty  (The Secret Life of Walter Mitty, 2013).

Un grito al viento para aquel que quiera oír que existe otro camino mejor y más placentero que está lleno de esperanza y posibilidades, porque afortunadamente este desemboca  continuamente en un final feliz.

Una historia fácil y evidente, pero a la vez sensible y encantadora. Sin aires de grandeza ni grandes aspiraciones, ni pretensiones. Una película que no oculta nada y lo muestra todo. Con dientes afilados, fiera y voraz, pero henchida de momentos intensos y emocionantes.

Trailer:

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Ficha técnica:

Reality Bites (Bocados de realidad) (Reality Bites),  EUA, 1994.

Dirección: Ben Stiller
Guion: Helen Childress
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Música: Kare Wallinger
Reparto: Winona Ryder, Ethan Hawke, Janeane Garofalo, Ben Stiller, Steve Zahn, Swoosie Kurtz, Harry O’Reilly, Susan Norfllet, Joe Don Baker, Renée Zallweger, James Rothernberg, John Mahoney, David Spade

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