Críticas

Sustos desde el confort

Annabelle: Creation

Otros títulos: Annabelle 2.

David F. Sandberg. EUA, 2017.

Cartel de Annabelle 2. CreationNuevo episodio del que ya podemos llamar Universo Warren, a costa de la siniestra muñeca convertida en icono de la saga. Para la ocasión, la película nos ofrece un viaje hacia atrás en el tiempo. Los espectadores asisten al momento en el que el inocente juguete queda ligado para la eternidad al mundo de tinieblas que sustenta el negocio de la famosa pareja de investigadores paranormales. Como decía, desde aquella lejana Expediente Warren (The Conjuring, James Wan, 2013), mucho ha llovido, pero la muñeca de marras ha ganado su propio terreno a la propuesta inicial a base de esa fórmula que parece no tener fin en el cine de horror.

Creo que no hay ninguna duda de que aquellos primeros minutos de la película que dio inicio a este particular universo de terror están entre los momentos más inspirados del cine género en los últimos años. James Wan helaba la sangre con una economía de medios excepcional. El siniestro juguete, un lóbrego apartamento y una caja de lápices de colores. Con estos tres elementos, Wan construía una auténtica oda al horror en su más pura esencia, el impacto del relato breve directo a la espina dorsal del espectador. El resto de la película cumplía de sobra con su naturaleza de película de sustos a la clásica, armada de un regusto artesanal que hizo las delicias de los seguidores del género (entre los que me incluyo), pero el fenomenal órdago del inicio de la cinta se ganó el corazón del aficionado.

Como no podía ser de otra forma, Annabelle se ha convertido en una especie de gallina fea de los huevos de oro, y los productores ven dólares llegar desde las tinieblas o desde donde haga falta. El futuro en solitario de la muñeca satánica estaba asegurado, convertida en el último gran hallazgo de un género dado a la repetición de esquemas. La primera parte fue un éxito, para más razón de los perpetradores del producto, así que la secuela era cuestión de tiempo.

Y aquí está.

A favor de Annabelle: Creation, diré que no es un desastre de proporciones bíblicas, como esperaba en principio. Diré algo más: Creo que esta secuela está un par de escalones por encima de su antecesora, aunque estén cortadas por el mismo patrón. Hay cierto cariño por el resultado final que diluye el olor a fórmula y falta absoluta de riesgo. David F. Sandberg, director de la película, muestra cierta personalidad, garra y conoce los recovecos del género. Tiene algo más de alma que el director mercenario al uso que suele ocuparse de estos subproductos, e impide con esa muestra mínima de talento que los insípidos lugares comunes del horror acaben por arrancar cualquier esperanza al espectador.

Fotograma de Annabelle: Creation

El ambiente misterioso y opresivo es un elemento primordial para la ansiada conexión con el público. Es cierto que cuando acudimos en manada al cine para ver esta clase de película es para un encuentro reconfortante con el espectáculo perfectamente medido, un tren de la bruja básico de horror de saldo. Así que es una excelente noticia cuando los responsables de un ejercicio evidente de zona de confort se toman la molestia de construir una base medianamente sostenible para una historia que, como es de esperar, reserva pocas sorpresas.

Tenemos una pizca de casa encantada con sabor de gótico americano, y un contexto bastante bien presentado. Los misterios que rodean este hogar maldito tampoco es que sean pruebas detectivescas para el Sherlock Holmes de turno, pero los personajes han despertado las simpatías del respetable, y cuando empiezan a pasar cosas escalofriantes, algo de cariño sí sientes por las víctimas del horror innombrable que esconde la pérfida muñeca.

El peso de la trama recae sobre un nutrido plantel de caracteres femeninos, que sin ser un manual de construcción de personajes, cumplen los mínimos y resultan entrañables. Estas adolescentes enfrentadas a lo inexplicable resultan creíbles dentro de su escenario. Niñas que lo son todavía en toda su inocencia, el mundo no las ha tratado bien, y aún así conservan la alegría juguetona que corresponde a su edad. Hasta que lo paranormal hace acto de presencia.

Tampoco hay mucho más. Los «nunca abras esa puerta» se suceden con  los «hay alguien más en esta casa», y los trucos de trilero mil veces vistos se encargan de los sobresaltos seguidos de risotada que piden a gritos los espectadores. Ración de lo de siempre, con pocos añadidos extra, pero que sirve para revitalizar la franquicia Warren, agotada por la repetición sumada a la comodidad. No se equivoquen, Annebelle: Creation aporta riesgo cero, pero sí la sensación de que, en esta ocasión, se ha buscado algo más que nuestros dineros en la taquilla, un mínimo de respeto por el público que busca un poquito de alma por encima de la fórmula.

Annabelle 2

No pidan peras al olmo, claro. En Annebelle: Creation, está todo visto para sentencia, y cada paso se ha dado anteriormente en otras tantas producciones. Esos detalles, y el buen aspecto que luce, salvan el pase. El polvoriento escenario, la decadencia rural que luce el caserón protagonista, el astuto uso de los espacios y las escasas conexiones emocionales que se crean con las pobrecitas huérfanas protagonistas (entre la empatía y el chantaje emocional) ponen el retorno de la muñeca más famosa del cine de horror moderno unos centímetros (escasos, muy escasos) por encima de la media. Con esto hay que conformarse, queridos lectores. Y terror en condiciones se hace, en cantidad, pero a nuestras salas llega lo justo.

Hace unos párrafos, hablaba de la zona de confort, la comodidad de una película masticada hasta que el esfuerzo es mínimo. El mismo camino recorrido una y otra vez. Habrá que meditar no ya sobre la fórmula que nos llega con diferente envoltorio; quizá el debate sea qué clase de espectadores somos.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Annabelle: Creation  / Annabelle 2 ,  EUA, 2017.

Dirección: David F. Sandberg
Duración: 109 minutos
Guion: Gary Dauberman
Producción: Warner Bros. Pictures / Atomic Monster / New Line Cinema / RatPac-Dune Entertainment
Fotografía: Maxime Alexandre
Música: Benjamin Wallfisch
Reparto: Stephanie Sigman, Talitha Bateman, Lulu Wilson, Anthony LaPaglia, Miranda Otto, Grace Fulton, Lou Lou Safran, Samara Lee, Tayler Buck, Mark Bramhall, Javier Botet, Brad Greenquist

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