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Los mundos del アニメ (Anime)

El cine de animación japonés de las últimas décadas ha adquirido un éxito notorio en las carteleras de diversos países, combinando manga, videojuegos, novelas visuales y series de televisión. Sus géneros y temáticas abarcan desde la ciencia ficción a la fantasía y el futurismo, entre otros, despuntando y mostrándonos su particular submundo, tanto si se trata de guiones adaptados de las diversas fuentes de las que bebe el anime, como si son obras creadas específicamente para la gran pantalla.

El tipo de dibujo sigue los cánones representados en la gran mayoría de las series de televisión. Fácilmente identificable, llaman la atención los rostros con apenas presencia de rasgos orientales. Los ojos son grandes y ovalados, y son un claro recipiente de las emociones de sus personajes. Su androginia es otra de las características de su fisonomía. El espectador apenas puede discernir el sexo con su diseño, y lo hace a través de la voz o del peinado del personaje. Las facciones nos muestran rostros bellos, convirtiendo a la belleza en una de las características de la mayoría de sus protagonistas.

El contexto espacial es pieza esencial para el desarrollo y la comprensión de sus tramas y del diseño y de la estética de los espacios depende la verosimilitud  de sus historias.

La gran mayoría son historias de ficción. Pocas están basadas en hechos reales o acontecimientos históricos como La tumba de las luciérnagas (Hotaru no haka, Isao Takahata, 1988), ambientada en la Segunda Guerra Mundial, o en historias cotidianas del mundo real, como la  narrada en 5 cm. por segundo (Byôsoku 5 senchimêtoru, Makoto Shinkai, 2007).

Un análisis de las temáticas nos lleva a concluir que la animación japonesa está principalmente preocupada por el futuro que se cierne como una amenaza sobre la humanidad, convirtiéndose en el gran epicentro de muchas de sus películas. El futuro de la raza humana, la evolución, la ciencia y la tecnología como posibles amenazas para el desarrollo de los humanos aparecerán en muchos de sus films.

El poder supremo como fuente de amenaza y destrucción revelará la fragilidad del ser humano y su irresponsabilidad ante la evolución del mundo.

La humanidad sufrirá guerras, holocaustos, amenazas de cyborgs,  clones y alienígenas, y deberá luchar por la supervivencia de la especie.

El mundo de la sobreinformación llevado al extremo y el avance de una ciencia descontrolada sumergirán al hombre en un mar sin fondo del que sólo podrá salir gracias a la figura del héroe.

La mujer aparece en un gran número de películas como protagonista absoluta, convirtiéndose en una heroína indiscutible: guerrera, valiente, independiente y autónoma, defenderá a los suyos, a su pueblo, a su comunidad, o a su bosque, por encima de las demás cosas. Regentará reinos, encabezará luchas y protegerá a sus amigos poniendo en peligro su propia vida.

Las amistades que aparecen en estas películas son de una fidelidad extrema, capaces de desafiar al mundo ordinario y al tiempo.

En una sociedad como la japonesa, en la que la comunidad tiene un papel que en ocasiones se superpone al del individuo, aquella aparece fuertemente defendida. Los habitantes del valle, los trabajadores del poblado, la raza humana en su totalidad serán el objetivo a defender por el héroe de la película.

Hombre y naturaleza, primitivismo y destrucción serán las dicotomías más representadas.

Los castillos aparecerán como fortalezas, refugios, metas inalcanzables, hogares de reinos atacados y se convertirán en uno de los elementos principales.

Los medios de locomoción serán parte significativa en muchas de estas historias. Veremos extraños vehículos aéreos, sobre todo en el cine de Miyazaki, puesto que parte de la acción de muchas de sus historias se desarrolla en el aire, en el cielo.

Seguidamente analizaremos las temáticas más recurrentes, a través de algunos de sus títulos más representativos, englobados en cuatro bloques temáticos:

Futuro apocalíptico y futuro utópico:

  • Appleseed, The Beggining (Appurushîdo, Shinji Aramaki, 2004)

Applessed nos presenta una sociedad llamada Utopía creada por el hombre y habitada por clones. Los clones son seres perfeccionados a partir del hombre pero sin la flaqueza que suponen sus sentimientos. Raza, sexualidad y reproducción intentarán justificar la creación de los clones y las máquinas (bioroides). Los bioroides no se matan entre ellos. Existen para proteger a los humanos de ellos mismos. El escenario es uno de los elementos más destacables del film. El tipo de dibujo es muy similar al de muchas de las series de los años setenta y ochenta.

  • Akira (Katsuhiro Otomo, 1988):

Akira se sitúa en un contexto histórico desesperanzador: la historia se ambienta treinta y un años después de la tercera guerra mundial, tras la cual se ha construido la ciudad de Neo Tokyo. En este nuevo mundo reinarán el caos, la destrucción y el vandalismo. Los trazos de sus dibujos son similares a los de las series del estilo de Dragonball. Es una película agresiva, con una descorazonadora evolución de la raza humana tras el holocausto sufrido. Una vez más, ciencia y progreso surgen para el hombre como una oportunidad de mejorar su futuro, combinando profecías y experimentos. La mayoría de los personajes son masculinos. Las pocas chicas que aparecen tienen un rostro andrógino, que apenas las diferencia del resto de sus compañeros. Es una historia de interrogantes que plantea un debate sobre la evolución, las distintas formas de vida, la energía y el orden de las cosas. En Akira la humanidad está al borde de la destrucción, igual que en Appleseed, que se ve amenazada por una revolución de las máquinas. Dos futuros diferentes: uno utópico y uno apocalíptico, los dos luchando por la supervivencia de la raza. La idea del renacimiento (el resurgimiento y la reconstrucción de Japón tras la Segunda Guerra Mundial), subyace en sus tramas.

Naturaleza, primitivismo:

  • Nausicaa y el valle del viento (Kaze no tani no Naushika, Haya Miyazaki, 1984)
  • La princesa Mononoke (Mononoke-hime, Hayao Miyazaki, 1997)

La naturaleza y sus bosques son los protagonistas de dos de las películas más representativas de Miyazaki:

En la primera, el bosque constituirá una amenaza para la extinción de la raza humana, mientras que en la segunda, ésta se convertirá en amenaza para la preservación del medio ambiente. Dos figuras femeninas se erigen en  defensoras del hábitat y serán capaces de arriesgar su vida para mantener esa comunión necesaria hombre-naturaleza que permita la convivencia de ambos en paz y armonía.

Las dos serán princesas de sus respectivos reinos en peligro y las dos lucharán por su defensa. Un espíritu habita el bosque defendido por Mononoke, en el que Miyazaki quiere demostrar el declive de Occidente, el perjuicio que el hombre causa a los bosques, la contaminación, el fuego y el olvido de los valores tradicionales: Occidente está corrompido. Veremos al árbol madre, ese árbol que representa lo más sagrado de la naturaleza, y veremos al bosque luchar su propia batalla: ¿por qué no podemos convivir?

En ambas películas aparecen claramente diferenciados el bien y el mal, dioses y demonios, y el hombre resulta, al mismo tiempo, destructor y redentor en las segundas oportunidades que nacen tras la ardua lucha. Es una vuelta a los orígenes, un renacer en el que, finalmente, hombre y naturaleza puedan convivir en paz.

Futurismo y ciencia ficción

  • Ghost in the Shell  (Kôkaku kidôtai, Mamoru Oshii, 1995)

Los primeros minutos de Ghost in the Shell se asemejan a las intros de los videojuegos japoneses. Un cyborg debe investigar los delitos de un pirata informático. Nuevamente, un intento de mejorar la raza humana. Los cyborgs se crearon para ayudar al hombre, al que consideran un ser imperfecto. No deja de ser una metáfora de los peligros que supone una sociedad conectada por cables, en la que la difusión de la información puede ofrecer brechas que pueden provocar un peligro incontrolable para el individuo y para la sociedad. La vida se ha hecho más compleja en el inmenso mar de la información. La película resulta ser una crítica de las consecuencias no evaluadas de un exceso de información no controlada. Tal y como aparece en Appleseed se destaca la no reproducción de los clones y cyborgs como punto de conflicto interior de estos seres superiores, que en ocasiones les hará sentir incompletos.

  • Final Fantasy Advent Children (Tetsuya Nomura, Takeshi Nozue, 2005)

Surgió como una secuela del videojuego Final Fantasy VII. Se centra en completar su trama con la ayuda de flashbacks, ofreciendo unas escenas de lucha que dan continuidad al estilo creado por la saga, con unas coreografías que el jugador reconocerá y el espectador disfrutará. Los hechos ocurren dos años después de lo acaecido en el videojuego. Una plaga afectará al planeta y éste deberá ser reconstruido. Totalmente diseñada por ordenador, la calidad de los gráficos es excelente, manteniendo el alto nivel ofrecido siempre por la franquicia.

–       Fantasía:

La fantasía en la animación japonesa tiene un nombre propio y éste es el de Hayao Miyazaki. Son muchos los autores que han representado mundos de fantasía, pero Miyazaki se ha convertido en el embajador de sus propios mundos. Miyazaki es al cine lo que Murakami a la literatura: ambos crean adicción y cuentan con una fiel legión de seguidores y un universo particular que los convierte en únicos.

  • El viaje de Chihiro:

Quizá sea una de las películas que engloba una mayor dosis de simbología. Las metáforas inundan una trama donde el egoísmo del hombre le acaba transformando en cerdo y una niña penetra en un insólito mundo regentado por criaturas extrañas, como si se tratara de la última prueba que la encaminará a  la madurez. Una revisión nipona de El mago de Oz, una nueva Alicia en un país absurdo con criaturas aterradoras Un lugar donde la identidad corre el riesgo de ser olvidada, pero aún así sus valores perduran. Chihiro será capaz de recorrer un mundo oscuro y aterrador para salvar a su amigo Haku. De la revisión del film pueden surgir nuevas interpretaciones, porque en este mundo minuciosamente diseñado por Miyazaki nada es fruto de la casualidad. Miyazaki aparca las batallas de Nausicaa y Monoke para dar paso a esta niña, quizá la más valiente, que es capaz de enfrentarse al abandono, a sus miedos y a su traspaso a la adolescencia con la única ayuda de su nombre.

  • El castillo ambulante

En un mundo asolado por una guerra absurda, una joven sombrerera conocerá al joven y apuesto mago Howl, que cambiará para siempre su vida. Un hechizo la condenará a la vejez y a partir de ahí será una nueva inquilina en el castillo ambulante del mago, donde convivirá con Marco y Calcifer (un fuego también esclavo de un hechizo), con una resignación, valentía y coraje que la convertirán en el motor del resto de los personajes. Sophie refleja la ingenuidad de la juventud y el cambio hacia la independencia y la autonomía (como ya le ocurrió a Chihiro), en un contexto de caos y guerra, que pretende reflejar lo absurdo de los conflictos bélicos. 

La animación japonesa defiende un mensaje, ofrece una simbología que rezuma una crítica social, una redefinición de los valores clásicos, enfrenta a diferentes sectores generacionales, crea debate, defiende posturas y diseña escenarios donde todo es posible.

Los defectos del ser humano se magnifican en un ansia descontrolada, sea por un deseo de poder, de conseguir energía o de poseer información, que lleva a la sociedad al caos y a la destrucción.

Los guiones encierran moralejas y mensajes: el análisis de los motivos de la flaqueza del ser humano, el retrato de sus pecados y de sus defectos.

El hombre debe encontrar ese punto de comunión con la naturaleza para aprender a convivir en armonía. Debe ser capaz de abastecerse y, a la vez, respetar el entorno natural y el hábitat de la flora y de la fauna. Debe velar por el futuro de la humanidad, el de la naturaleza y un progreso racional que no amenace la convivencia entre las personas ni fomente desigualdades.

El cine de animación japonés nos ofrece, ante todo, un respiro, un lugar donde perdernos, donde vivir fábulas y cuentos con un significado que nos adentra en un universo mágico con el que soñar y perdernos durante un par de horas.

Filmografía imprescindible:

 –       Sathosi Kori :

  • Paprika (Papurika, 2006)
  • Tokio Godfathers (2003)

 –       Katsuhiro Otomo:

  • Akira (1988)
  • Steamboy (2004)

 –       Mamoru Oshii

  • Ghost in the Shell (Kôkaku kidôtai, 1995)
  • Avalon (2001)

 –       Hayao Miazaki:

  • Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, 1988)
  • El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro no kamikakushi, 2001)
  • Nausicaa y el valle del viento (Kaze no tani no Naushika, 1984)
  • La princesa Mononoke (Mononoke-hime, 1997)
  • El castillo ambulante (Hauru no ugoku shiro, 2004)

 –       Itsao Takahata:

  • La tumba de las luciérnagas (Hotaru no haka, 1988)

 –       Makoto Shinkai:

  • 5 cm. Por segundo (Byôsoku 5 senchimêtoru, 2007)
  • Hoshi o ou Kodomo (2011)

 –       Mamoru Hosoda     

  • La chica que saltaba a través del tiempo
  • Summer Wars
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Una respuesta a «Los mundos del アニメ (Anime)»

  1. Debo reconocer que mis prejuicios respecto al género televisivo me han mantenido lejos de estas películas, no así de Miyazaki de quien soy devoto admirador. Cada una de sus obras es un nuevo libro de Alicia donde la imaginación se expande y se dilata hasta obtener la más extraordinaria satisfacción. En mi opinión la obra de Miyazaki tiene un exponente máximo, «Mi vecino Totoro» que nunca podrá ser superado. Esta obra es tan ingenuamente maravillosa que hasta conmueve. De todas maneras con el correr del tiempo, sus obras van creciendo en significado y dimensión humana (no sentimentalismo, Miyazaki no es Disney). Su sirenita Ponyo es quien vence las adversidades, hasta físicamente hablando, para obtener lo que es su objetivo.

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