Críticas

Un microcosmos en una partícula: El amor en todos sus estados

Amante por un día

Otros títulos: Lover for a Day.

L'amant d'un jour. Philippe Garrel. Francia, 2017.

poster_amante por un día“El cine es una verdad 24 veces por segundo”, afirmaba uno de los máximos representantes de la Nouvelle Vague francesa, Jean-Luc Godard. Siguiendo esa misma estela, unos de los directores que bebió a posteriori de aquel movimiento sería Phillipe Garrel, y puede apreciarse en sus rasgos y esbozos, como esa ya mítica frase del director franco-suizo toma cierta conciencia e influencia en su cine, a pesar de que artísticamente hablando las formas creativas resultan muy diferentes.

Amante por un día desprende sencillez, naturalidad y equilibrio. La historia es sencilla: Un profesor de filosofía mantiene una relación sentimental-liberal con una de sus jóvenes alumnas. Un día y sin previo aviso, su hija de 23 años (de la misma edad que la chica con la que está su padre) se presenta en casa después de una dolorosa ruptura con su novio. A partir de esta premisa se desarrollan los actos en el que se desenvuelve un universo complejo y muy humano sobre toda esa materia que rodea al amor y a los sentimientos confusos que genera su energía. Los celos, la posesión y las dudas, entre otras, conllevan y enmarcan la temática del filme.

La espontaneidad con la que se desenvuelven los hechos y la forma en la que Garret filma hace pensar en una ausencia importante del guion (al menos en gran parte), o más bien a restarle importancia a la rigidez de la historia escrita y apostar por seguir una línea de improvisación más natural. Entre otras cosas, si nos fijamos en los extremos de la película (inicio y final), es como si el director hubiese cortado un pedazo de historia con una cámara escondida para seguir a nuestro trío protagonista, así de simple y natural parece lo que muestra, incluso escenas de considerable tensión como un intento de suicidio quedan anestesiadas por esa serenidad que demuestra el realizador a la hora de manipular su trabajo, y es que Garret intenta despejar paréntesis sin ánimo de pretenciosidad en esos momentos de la vida en los que los sentimientos se desatan demasiado a flor de piel, o como cuando la famosa frase: “ojos que no ven, corazón que no siente” llega a albergar un sentido más profundo que toda esa filosofía liberal romántica de los existencialistas franceses de los sesenta.

El profesor es un buen ejemplo de ello: melancólico, racional e intelectual, su figura refleja a una persona con unos parámetros abiertos a las relaciones sentimentales, con una predisposición a aceptar la libertad de su pareja/amante. La cuestión aquí es que la teoría resulta mucho más melosa que la práctica, y los instintos de posesión y celos se relevan para ocupar ese primer plano y así dejar las románticas ideas en papel mojado cuando descubre que su joven pareja ha tenido otra aventura. La edad también revela pautas que reflejan la vida de formas distintas; la tensión sexual de una chica de 23 años difiere bastante de la de una persona con veinte años más. La alumna y amante del profesor muestra una actitud más enamoradiza y a su misma vez más cambiante, menos controlada, como no puede ser de otra manera, la juventud y los cambios de ritmo suelen ir acompañados.

En el momento en que su hija hace la aparición en casa, las relaciones toman una dirección diferente, lo que resultaba algo idílico se vuelve detonante, vemos como un simple beso al llegar a casa, de un padre hacia su hija, enciende los celos de la amante, y de paso advertimos que esa relación, más que la típica idea arquetípica del amor, resulta en dos posturas de correspondencia con otros temas que hacen de combustible, como por ejemplo la relación profesor/alumna, o incluso, padre adulto y protector/chica con déficit afectivo. A medida que se desarrolla la historia se crea un vínculo de confesiones entre la hija y la amante, puesto que tienen la misma edad y comparten ciertas ideas: dentro del círculo que establece el trío se crean microclimas  que ayudan y le dan interés a la cinta. La hija es realmente la figura del amor romántico, la que no entiende por qué algo que fue tan hermoso conlleva tanto dolor, ese amor-odio más reconocible por todos, y también la que pone un halo de esperanza en ese final, cuando resultaba que el tono general tomaba una densidad de pesimismo considerable.

L’amant d’un jour - imagen

Garrel da vida a todos estos sentimientos en un blanco y negro nítido y pulcro, no para dar sensación de antigüedad o para homenajear a la Nouvelle Vague, sencillamente la hizo en blanco y negro, porque le resultaba más económico a la hora de rodar. También evita filmar esa Francia romántica y empalagosa: la Torre Eiffel iluminada, los paseos por los hermosos jardines y las cenas con vistas desnudas al cielo de París no tienen cabida en su universo, un universo sencillo, humilde y pequeño que retrata las calles y callejones, las modestas tiendas que bajan su persiana a la hora del cierre y esa idea de la ciudad, que si bien no es la de las postales es la de la mayoría de los parisinos, por eso creo que la identificación con los personajes puede estar más acentuada. No habla de estrellas de cine haciendo anuncios de perfume, habla de gente corriente con problemas corrientes, habla de la vida y de esos extraños y complejos seres que viven dentro de ella.

El tema del amor, los celos, la posesión y el sexo conllevan gran complejidad, porque son esquivos y no pueden someterse a voluntad. Reflejarlos en pantalla y transmitirlos a los actores ha de ser una tarea de enorme talento y sensibilidad. Pocos directores de cine han sabido llevar estos temas de forma memorable. Recuerdo al mejor Woody Allen conseguirlo, y sobre todo a un francés con un talento innato para tratar estos temas, hablo del maestro Éric Rohmer.

 

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Ficha técnica:

Amante por un día  / Lover for a Day (L'amant d'un jour),  Francia, 2017.

Dirección: Philippe Garrel
Duración: 76 min. minutos
Guion: Jean-Claude Carrière, Caroline Deruas-Garrel, Philippe Garrel, Arlette Langmann
Producción: arte France Cinéma / SBS Productions
Fotografía: Renato Berta (B&W)
Música: Jean-Louis Aubert
Reparto: Eric Caravaca, Esther Garrel, Louise Chevillotte, Paul Toucang, Félix Kysyl, Laetitia Spigarelli

4 respuestas a «Amante por un día»

  1. Como muchas películas francesas son interesantes pero en parte desperdiciadas.
    Las situaciones se plantean pero no terminan de desarrollarse.
    No concuerdo con la crítica en dos puntos.
    Llamar a la alumna «enamoradiza» es un poco fuera de lugar o solo para no maltratar al personaje. Por mas que sea un mujer joven y liberal, tener sexo de parado en un baño público a la hora de conocer a alguien no encaja con el término «enamoradiza», salvo que haya sido escrito con cierto sarcasmo.
    La relación entre la hija y la amante si bien tiene esa escena de pequeños celos ese no es el nudo de la cuestión. En general la relación es mas de amistad o acompañamiento debido a la cercanía de edad pero nada mas.
    Esta relación está un poco desperdiciada. Podría haberse desarrollado en un vínculo mas complejo.
    No se, dentro de la pobreza del cine actual es una película distinta, pero coincido que con un guión mas trabajado hubiese sido mucho mas interesante.

  2. Hola Oscar:

    No hay sarcasmo en esas frases que comentas. Aplico el término «enamoradiza» a una chica que está encaprichada (si quieres llamarlo así) de un hombre mayor que ella. Enamoradiza en el sentido de que una chica de 23 años puedes llegar a estarlo de una relación como la que muestra en el filme. ¿Realmente se puede estar enamorado de alguien y tener relaciones sexuales con otra persona, o es simplemente un capricho de la edad? Eso es un debate tan interesante como extenso y que también, por qué no, supone una de las varias reflexiones abiertas que podemos hacer de la película.

    Respecto al otro apartado que mencionas, realmente hay puntos de conflicto:(intento de suicidio, celos entre las dos chicas, la ruptura de la hija con el novio, la portada de la revista en la que sale desnuda…), se podría realizar un drama mucho más Shakespeariano y enredarse en esos temas para conseguir más tensión y altibajos, sin embargo, el director opta por un camino más despejado y calmado, entra en los temas, o mejor dicho, los sugiere, pero no profundiza. ¿Da la sensación que el guión definitivo fue el primer boceto del mismo, verdad? ahí podemos coincidir, cuando escribo que hay » escenas anestesiadas» me refiero precisamente a eso mismo, pero estoy seguro de que ha sido intencionado y que no se ha desperdiciado la trama, simplemente que la visión del director se centra en otros aspectos.

    Gracias por tu comentario y sobretodo por leerme.
    Un saludo.

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