Críticas
Una hermosa tristeza
The Last Showgirl
Otros títulos: La última corista.
Gia Coppola. EUA, 2024.
Pamela Anderson fue una de las grandes divas y de las mujeres más deseadas de los años 90. Todos la amaban cuando se ponía su vestido ajustado en la serie de televisión Los vigilantes de la playa (Baywatch, 1989-2001), reconocida con el Récord Guinness por ser «el programa de televisión más visto en el planeta», o cuando posaba para Playboy, y mejor no hablar del infame video sexual con su ex-esposo Tommy Lee, de la banda californiana Mötley Crüe… Y de repente, ella desapareció. Bueno, no exactamente, ha tenido apariciones en ciertas películas y series de televisión que nadie recuerda, pero después de todo el bochornoso escándalo del video, Anderson prefirió huir de la fama, cuidar de sus hijos y reencontrarse a sí misma. Gia Coppola, la sobrina del legendario Francis Ford Coppola, buscó a Pamela para su tercer largometraje, porque no veía a nadie más que ella como su protagonista. Fue la decisión más acertada que pudo tener esta directora, y la manera más inteligente de Anderson para regresar al foco de la atención.
Pero The Last Showgirl (Gia Coppola, 2024) es más que solo la «resurrección» de Pamela Anderson como actriz, es la prueba definitiva que ella sí sabe actuar y es el retrato de la vida de una de las últimas coristas de Las Vegas, la hermosa tristeza de sentir que el mundo se desbarata a su alrededor y hay que seguir en pie. La cinta nos invita a conocer la vida de Shelly (Anderson), una corista de «Le Razzle Dazzle», el último espectáculo de cabaret con bailarinas semidesnudas con plumas y lentejuelas que queda en Las Vegas. Ella se entera del cierre del espectáculo gracias a Eddie (Dave Bautista), el “stage manager” del show, cuando llega de sorpresa a un almuerzo improvisado con las compañeras más cercanas de Shelly, que tienen 20 años menos que ella
¿Qué va a ser de la vida de una mujer que ha bailado por décadas en el mismo lugar, que no sabe hacer nada más y sin posibilidades de tener una pensión o algo parecido que le ayude a sobrevivir? Shelly se desahoga con su amiga Annette (Jamie Lee Curtis), una mujer mayor que ella que trabajó con Shelly y ahora es camarera en uno de los tantos casinos de Las Vegas. Siempre hay un choque entre la realidad de Shelly con la de sus compañeras Mary-Anne (Brenda Song), que lo hace exclusivamente por sobrevivir porque «es un trabajo», y Jodie (Kieran Shipka), a quien sí le gusta bailar y le muestra a sus amigas la rutina de baile que hizo en el casting de «Paraíso Hedonista», causando el escándalo en Shelly por esa clase de baile.
Para ella, «Le Razzle Dazzle» es un lugar de prestigio, legendario, no esas “vulgaridades” de los otros lugares que existen ahora. En los 80s, el cabaret y sus chicas fueron «embajadoras» de Las Vegas, eran la cara de todas las promociones y anuncios de publicidad que invitaban a los turistas a «La ciudad del pecado», y así se quedó en la cabeza de Shelly, un lugar lleno de fantasías y sueños por cumplir, que la llevaron a dejar a su hija Hannah (Billie Lourd) prácticamente abandonada cuando era pequeña, y ahora que ella pasa de los 30 le reclama si por ese «show de desnudos» fue que la cambió.
La tristeza de Shelly, en los ojos de Gia Coppola, es visualmente hermosa, poética y nostálgica. En su mundo baila sola, es vulnerable, es optimista, trabaja duro para hacer audiciones en nuevos shows, aunque muy en el fondo sabe la realidad y prefiere vivir en negociación, culpa a los otros que «la dejaron seguir en eso» en lugar de aceptar que era su lugar seguro, su felicidad temporal. Es el estruendoso choque con la realidad, el abandono de un sueño, el fracaso y la frustración encerrados entre maquillaje, plumas, lentejuelas y una sonrisa muchas veces forzada. Su realidad puede parecer muy ajena para el espectador, pero no es más que un reflejo de la actualidad, cuando el trabajo se acaba y la edad no perdona, y hay que seguir sobreviviendo porque la muerte no llega.
Todos hemos sido Shelly, hemos seguido sueños y se han quedado atrás oportunidades, personas y cosas que se van sacrificando en el camino. Y hemos pagado precios muy altos por seguir un ideal, o el amor por algo. El corazón quiere lo que quiere, y envejece en su ley, así sea iluso o ridículo. Shelly y Annette son las mujeres que se quedaron atrapadas en sus sueños, y no en el buen sentido.
A ellas, el tiempo y la modernidad les pasaron por encima, se quedaron anquilosadas en el recuerdo de otras épocas que viven sin pagar alquiler en sus cabezas, donde «todavía» se sienten jóvenes y hermosas. Sentimos su nostalgia, sus deseos de seguir luchando, entendemos sus actitudes y se encharca el ojo al ver su terquedad, que seguramente ha sido la de más de uno de nosotros cuando no se nos sale de la cabeza algo que queremos hacer.
La cámara en mano que usa la cinta le da frescura y un aire de documental, y esto va de la mano con la historia, que realmente no es un drama lleno de giros sorprendentes, es más el retrato de una mujer y su realidad, por eso la cámara se transforma en un testigo silencio de la realidad de Shelly, somos invitados a estar en sus momentos solitarios de eterna bailarina soñadora, con esa inocencia que revela al hablar y que sigue creyendo que el show del que hizo parte por no es un cabaret cualquiera.
Y toda la cinta cierra y se resume maravillosamente en la canción de Miley Cyrus compuesta exclusivamente para la cinta, que afirma que «ella es hermosa de esa forma» (Beautiful That Way). Y sí, lo es, por supuesto. Y eso me hace recordar un bolero: «¿Qué importa vivir de ilusiones si así soy feliz?». Así es Shelly, y así somos muchos en este loco mundo, que preferimos vivir engañados que afrontar la realidad. Salud por Shelly. Salud por nosotros.
Tráiler:
Ficha técnica:
The Last Showgirl / La última corista , EUA, 2024.Dirección: Gia Coppola
Duración: 88 minutos
Guion: Kate Gersten
Producción: Gia Coppola, Natalie Farrey, Kate Gersten, Brandon Thomas Lee, Matthew Shire, Kevin Wheeler
Fotografía: Autumn Durald Arkapaw
Música: Andrew Wyatt
Reparto: Pamela Anderson, Brenda Song, Kiernan Shipka, Dave Bautista, Jamie Lee Curtis, Billie Lourd