Críticas

Cuando la culpa toca la puerta

Los habitantes

Homero Bueno. México, 2023.

Existe un momento de la noche, mientras dormimos, en el que se cree que hay una ruptura entre el mundo físico y el espiritual. Ocurre entre las dos y las tres de la mañana, conocida como la hora bruja —o la hora del diablo—, en la que los espíritus, demonios o entidades se manifiestan con mayor actividad. Para Emiliano, sucede a las 2:45. Despierta siempre a la misma hora, sin saber por qué. Por eso decide pedir ayuda.

Ese es el punto de partida de Los Habitantes (2023), ópera prima del director y guionista mexicano Homero Bueno, quien incursiona por primera vez en el largometraje con una propuesta que cruza el horror y el thriller psicológico.

Emiliano está en sus primeras sesiones con una psicóloga. Le cuenta que decidió regresar a vivir a Monterrey, Nuevo León, luego de haber sufrido un accidente automovilístico que le provocó una cirugía en la cabeza y una pérdida de memoria de los 30 a los 35 años. No recuerda nada.

Ha intentado establecerse en una nueva casa en la ciudad regiomontana junto con su esposa Nina (Estefanía Hinojosa) y su hija menor Sofía (Paulina Cantú Félix). Es un inmueble grande, minimalista, con sistema electrónico de seguridad y control para la alberca. Una familia aparentemente normal, con buena relación y convivencia. Pero a las personas vecinas no parece agradarles la llegada de Emiliano. No lo saludan y lo miran desde el exterior con extrañeza.

Por su rutina, Emiliano es quien pasa más tiempo en casa, trabajando en un proyecto en línea con su amigo cercano Arturo (Luis Alberto García). A los pocos días de haberse mudado, comienza a escuchar ruidos extraños. En una de las noches en que despierta a las 2:45 a. m., baja las escaleras en la oscuridad y ve la silueta de una mujer de aspecto mojado y siniestro en la sala. Desaparece en cuanto enciende la luz.

La película se adentra en el subgénero del horror de casas embrujadas. Las visiones de Emiliano se vuelven más recurrentes. Ve a la misma mujer tras el cristal de la regadera y en la alberca. Se suma además la aparición de una niña que carga un unicornio de peluche y lo persigue por los pasillos.

Con la ayuda de Nina, acude a una revisión médica. El diagnóstico es claro: después del trauma craneoencefálico, es posible que experimente amnesia, paranoia, miedo e incluso alucinaciones. Inicia tratamiento, pero las apariciones no cesan.

Nina solicita el apoyo de Ramona, la madre de Emiliano, interpretada por la reconocida actriz Angélica Aragón (Un paseo por las nubes, 1995). Juntas acuden con una médium para intentar contactar a los espíritus que habitan la casa. Pero la mujer huye despavorida, asegurando que el lugar está endemoniado.

Es durante una cena familiar —con Nina, Sofía, Ramona y Arturo— cuando comienzan a revelarse secretos que nunca se habían compartido. Es entonces cuando comprendemos que ese pasado no dicho es el verdadero origen de las apariciones.

La película transita del género de terror y las casas embrujadas hacia un thriller psicológico centrado en la salud mental de Emiliano. La primera mitad recurre a los recursos tradicionales del género: presencias sobrenaturales, sobresaltos (jumpscares) y una música ambiental inquietante.

Sin embargo, poco a poco, Homero Bueno va volcando esas situaciones de miedo hacia el interior del protagonista. Emiliano asiste a sus sesiones psicológicas sin sospechar que, en el fondo, debe enfrentar traumas relacionados con el duelo, el dolor y la culpa. La casa deja de ser un simple escenario de apariciones para volverse una extensión psíquica de su pasado.

La premisa es interesante, pero se diluye con el uso excesivo de lugares comunes. Da la impresión de que será un filme clásico de sustos, luego se convierte en un thriller psicológico, pero al final no termina por consolidar del todo ninguna de las dos vías.

Incluso las estéticas tomas con dron de la ciudad de Monterrey —que inicialmente dan la impresión de contrastar la inmensidad de la ciudad con la vulnerabilidad de un personaje solitario— pierden sentido ante su repetición.

Es un decoroso primer largometraje de Homero Bueno. Un filme de horror con tintes de thriller psicológico minimalista, que acierta en sus efectos clásicos del género, pero con un plot twist débil que apuntaba para mucho más. Desafortunadamente, no entrará en la lista de las películas mexicanas destacadas dentro del cine de horror.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Los habitantes ,  México, 2023.

Dirección: Homero Bueno
Duración: 95 minutos
Guion: Homero Bueno
Producción: Black Bear Studios, Golden Empire Studios, Gomez Junco Productions, Nectar Sound Drops, Yibrand Films.
Fotografía: Jahaziel García
Música: Julian Guajardo
Reparto: Jorge Luis Moreno, Estefanía Hinojosa, Angélica Aragón.

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