Críticas

Una experiencia transformadora

Lo que aprendí de mi pingüino

Otros títulos: Lecciones de un pingüino.

The Penguin Lessons. Peter Cattaneo. Reino Unido, 2024.

Lecciones de un pingüino aficheComedia dramática que no alcanza los ribetes de un drama social debido a la ausencia de marcados contrastes en la exploración de un colectivo presa del fascismo sugerido y experimentado, los momentos puntuales omiten ahondar en el asunto.

Basada en el texto autobiográfico de Tom Michel, Lecciones de un pingüino retrata algunos sucesos de la vida de un profesor de inglés proveniente del Reino Unido que toma posesión de su cargo en el St. George´s College de Buenos Aires. Al poco tiempo realiza un viaje a Punta del Este, donde rescata a un pingüino cubierto de petróleo en las orillas de una playa. Al no lograr deshacerse del animal, termina llevándolo a su residencia en el colegio, donde servirá de estímulo promotor de cambios en el aula y en su “propietario”.

La historia está ambientada en 1976, año del golpe de Estado en la Argentina.  La temática integra sucesos vinculados a la época, concretamente la cuestión de las desapariciones y el despertar de una sensibilidad oculta en un docente cuya madurez lo ha vuelto “conservador”.

El drama político, como subtrama de carácter esencial, evita el melodrama y asigna un rasgo social que nunca acaba de ser determinante. Se reduce al despertar de una sensibilidad que pretende contagiar al espectador para abstraerlo del peso de una comedia ligera que, como tal, no termina de convencer. El papel del pingüino no consigue articular significados de manera consecuente; la producción se torna ligera e insípida, más adecuada a un panfleto simplificador, que propiciadora de un tratamiento amplio en profundidad.

Lecciones de un pingüino fotograma

Si bien el pingüino no es accesorio, se convierte en vehículo de proyecciones carente de la adecuada nitidez como para constituir la presencia de argumentos claros y precisos. No resalta su labor “docente” en los cambios necesarios, salvo por la novedad y el desafío en el trayecto de una historia que sostiene transformaciones vitales por la vivencia de lo “inédito”. El despertar de la clandestinidad es simbolizado en la inocencia de un pingüino, la marca sobrevuela la cinta para exigir adaptaciones humanas a nuevos contextos.

El animal es una inocente víctima desaparecida de los mares; simula el silencio encarnado en la presencia de la autocensura necesaria a la supervivencia. Debe ser ocultado hasta que su presencia sea aceptada, representación de un necesario cambio que contraviene normas habituales para hacer lugar a la confesión en su papel de desahogo. El pingüino termina siendo un terapeuta promotor de proyecciones en medio de un silencio teñido de sonidos guturales propios de la especie. Juan Salvador oficia de fetiche elocuente; versátil portador de significados auxiliares, encarna una suave transgresión atinente a la necesaria purificación que alienta a las voluntades en difíciles momentos. Un sostén que promete el cambio al interior de rigideces.

El instituto de enseñanza, la personalidad humana, las pautas de autoridad, ofrecen una esperanza de renovación que contrasta con las rigideces de un contexto social artificializado en la decadencia de patrones autoritarios que resurgen para limitar la expresión popular. Los cambios internos ofician de germen para posibles transformaciones futuras o, al menos, permiten generar una dinámica vital que contrasta con las imposiciones de una dictadura reciente.

También el pingüino es la fragilidad del ser social, la esperanza que propugna la aceptación de diferencias de camino a la liberación. Su desvalidez es motor de resistencias sustentadas en la solidaridad humana. Michel es el rescatista a regañadientes que, producto de una transformación por la vida, acerca sus necesidades a una incipiente compenetración en la lucha por la justicia: la chica secuestrada reaviva el recuerdo de su hija.

Lecciones de un pingúino escena

El concepto de resistencia opera en la duplicidad de un germen tan inespecífico como inexplícito. La espontaneidad de encuentros furtivos con el pingüino semeja la apertura a una conciencia necesitada de expresión; posible precondición de acciones sociales futuras, tendientes a la reconquista de formas legitimas del derecho transitoriamente conculcado. Es una especie de preparación para lo que pueda venir después: la conquista del poder popular.

La fragilidad del pingüino es la del individuo ante el sistema; la transgresión de la norma en el colegio señala el camino hacia la recuperación de la democracia. La esperanza viene dada por una declaración de principios que sostiene la defensa de la vulnerabilidad en una “doble acepción” para rescatar la dicotomía en su valor dialéctico. Michael salva a un animal desvalido que se vuelve potenciador de cambios personales e institucionales a nivel micro; lo macro queda pendiente, remite a una institucionalidad superior en poderes, al momento inaccesible. El proceso está iniciado, el tiempo estará destinado a completar la tarea.

The penguin lessons plano

Juan Salvador es una suerte de infiltrado que sortea barreras convencionales, en la aduana no lo registran como riesgo potencial, lo dejan pasar para evitar decidir qué hacer con él, va a transformarse en amuleto silencioso para la empresa del cambio. De la desvalidez al protagonismo indefinido, el pingüino se convierte en receptor de deseos ajenos; receptáculo de procesos intelectuales asociados a una catarsis liberadora.

El colegio es el conocimiento mal administrado que sortea la capacidad organizativa de una resistencia efectiva. Los alumnos de Michel son un desastre, el director, dócil representante de disciplinas, es incapaz de adherir a conciencias revolucionarias, aunque sí a la contemplación del animal con fines de descarga emocional.

Un filme con repercusiones de poco porte; plano en el énfasis, sugiere la tragedia para equilibrar los momentos de comedia estampados en la presencia del pingüino. La cinta no ofrece gran cosa más allá del anunciado simbolismo del animal y los efectos desencadenados por su existencia. Una película menor del realizador de The Full Monty (Reino Unido, 1997), Peter Cattaneo; con una actuación de poco lucimiento por parte de Steve Coogan, hace gala de un tratamiento excesivamente simplificado para un tema riquísimo en cuanto a posibles aristas de abordaje.

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Ficha técnica:

Lo que aprendí de mi pingüino  / Lecciones de un pingüino (The Penguin Lessons),  Reino Unido, 2024.

Dirección: Peter Cattaneo
Duración: 104 minutos
Guion: Jeff Pope. Libro: Tom Michell
Producción: Coproducción Reino Unido-España; 42, Nostromo Pictures
Fotografía: Xavi Giménez
Música: Federico Jusid
Reparto: Steve Coogan, Jonathan Pryce, Vivian Jaber, Björn Guftansson, David Herrero, Aimar Miranda, Alfonsina Carrocio, Nicanor Fernández, Hugo Fuentes Marciel, Joaquín López, Miguel Alejandro, Brendan McNamee, Florencia Nocetti

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