Críticas

Los traumas de los cuerpos

Lasa y Zabala

Lasa eta Zabala. Pablo Malo. España, 2014.

Cartel de la película Lasa y ZabalaQuien más o quien menos alberga en su cuerpo cicatrices. Todas ellas llevan impresas recuerdos dolorosos y enseñanzas de vida. Unas son de aquellas pequeñas batallas que libramos de niños contra nosotros mismos o contra los demás. Otras tantas, aún curadas, duelen porque también llevan estampadas un daño que va más allá de lo físico. El conjunto de todas estas marcas ya cerradas son pequeñas huellas de lo vivido.

Del mismo modo se puede hablar de las cicatrices de un pueblo, de una sociedad o de un país, aunque estas son un poco más complejas. Afectan a un colectivo amplio de individuos y su sanación o alivio cuesta más. Incluso hay muchas que todavía no se han cerrado. En este caso, la medicina poco puede hacer. Las terapias suelen ser diversas pero lo que es seguro es que el diálogo y el tiempo son dos componentes clave, así como la voluntad para su resolución. Si falta esto último, las brechas permanecerán abiertas y en ocasiones sangrarán.

Lasa y Zabala, imagenLasa y Zabala habla de una herida abierta. Herida concreta porque relata la historia de dos militantes de ETA secuestrados, torturados y enterrados en cal viva por el grupo parapolicial GAL, formado por guardias civiles. Doce años después son identificados sus restos y daba comienzo así el proceso legal para que los acusados se sentaran en el banquillo. Esta película, más allá de la sinopsis, también trata de heridas más amplias y que están lejos de curarse: el conflicto político-social en el País Vasco, los años de terror a las espaldas de ETA o el horror latente dentro de la juventud. En palabras de su director, Pablo Malo, al respecto: «Es que aquí hubo mucha gente dispuesta a lo mismo y el resultado es que chavales de veinte años torturaron y asesinaron a otros de veinte años. Eran unos críos. Cuánto odio hizo falta para esto».

Lasa eta ZabalaLa cinta de Malo cuenta un capítulo reciente y desagradable de la historia de España, como muchos otros que tiene en su haber. Necesario de contar, imprescindible. Así el filme hace suya una recomendación vital: mejor hablar que callarse las cosas. Tal vez esta máxima sea adecuada para hacer memoria, reparar y zanjar.

Más allá de la mencionada necesidad, Lasa y Zabala se encajona en el género judicial, centrándose en el esclarecimiento de lo ocurrido y en la búsqueda de los culpables. Poco tiene que ver con los trabajos clásicos estadounidenses del género. La película de Pablo Malo es más áspera y se notan los trazos rugosos que imprime el referirse a un caso real. Y es que para la construcción de la historia el director vasco se ciñó fundamentalmente al sumario del juicio y a lo ratificado por las distintas instancias. La impronta de verosimilitud es más que evidente aunque la fidelidad a los hechos probados pase factura a la cinta. El ritmo narrativo cae en alguna que otra parte del metraje, convirtiendo este trabajo en desigual. Se echa de menos alguna licencia fílmica más en el guion, alguna aportación personal del director o un trazo más fino en los personajes para que recupere el conjunto.

Mal hay que hablar del doblaje, pues cabe recordar que el filme originariamente se rodó en euskera. Y no es porque el que suscribe sea un amante de la versión original, que también. Lo que ocurre es que es el peor aspecto de toda la película y así ha llegado a las salas comerciales españolas.

Fotograma de la película Lasa y ZabalaLasa y Zabala se estrenó en el Festival de San Sebastián no exenta de polémica. Por un lado, por una subvención entregada por la Diputación de Guipúzcoa, y por otro, por su temática. El asunto que aborda obliga a este filme, como a otros que han tratado directa o indirectamente el tema de ETA, a soportar el estigma del descontento más allá de lo puramente cinematográfico. Incluso ocurre algo curioso: que sectores enfrentados ideológicamente estén de acuerdo en estar en desacuerdo. Ni los Monty Python podrían explicar este fenómeno.

Pablo Malo construye, sin embargo, una cinta necesaria, porque de todo se puede hablar con respeto. Y eso tal vez sea su mayor baza y virtud para intentar que permanezca en la memoria de muchos y que la herida abierta cicatrice y no se enquiste.

Trailer:

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Ficha técnica:

Lasa y Zabala (Lasa eta Zabala),  España, 2014.

Dirección: Pablo Malo
Guion: Joanes Urkixo
Fotografía: Aitor Mantxola
Música: Pascal Gaigne
Reparto: Unax Ugalde, Francesc Orella, Oriol Vila, Jon Anza, Cristian Merchan, Ricard Sales, Javier Mora, Iñaki Ardanaz, Pep Tosar, Aitor Mazo, Iban Garate, Iñigo Gastesi, Iñaki Rekarte, Sara Cózar, Pedro Morales

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