Críticas
Un thriller de alta tensión
La infiltrada
Arantxa Echevarría. España, 2024.
Asistimos a un thriller que opera, desde picos de suspenso, por bloques contiguos que no permiten que la atención y el interés decaigan. Es el gran mérito de la cinta ganadora del Goya 2025, categoría mejor película, en empate histórico junto a El 47 de Marcel Barrena.
Mónica Marín, una policía recién egresada de la academia, es reclutada por Ángel, jefe de policía encargado del combate a la organización guerrillera ETA. Mónica será bautizada como Arantxa y deberá infiltrarse en el movimiento revolucionario para obtener información que permita desarticular al Comando Donosti.
Las situaciones límite se suceden, el clima se enrarece; la desconfianza evoluciona hacia la catástrofe con una reversión final que resalta estereotipos; suerte de promoción que define al heroísmo desde parámetros silenciosos. Arantxa es el prototipo que lidera una contra rebelión estampada en la lealtad a la profesión.
El filme está estructurado en una especie de breves contigüidades que empiezan y terminan. Especie de sube y baja que demarca la fragilidad de circunstancias amparadas en resoluciones que abren espacio a nuevas tensiones. Ascensos y descensos sostienen la permanente fragilidad de una situación límite que se prolonga durante toda la cinta. Es la esencia de este thriller que intenta contar la historia sin matices. El sesgo involucra personajes esquemáticos; aunque ricos desde la interpretación de un elenco de profesionales idóneo, encarna el bien y el mal de manera radical.
La cinta apela a un contenido dramático ceñido al conflicto promotor de un suspenso psicológico exacerbado, que evade el desarrollo de las particularidades de los personajes. Son presentados en términos globales con gruesas pinceladas que solo se ocupan de radicalizar sus actitudes para avivar las tensiones funcionales al género.El interés pasa por la constante producción de un clima administrado en base a picos emocionales que mantienen en vilo al espectador.
Echevarría imprime intensidad a un thriller de fuerte contenido dramático que gira en un circuito de tensiones ventiladas en breves momentos de calma. Hay espacio, tanto para el desahogo, como para el simulacro de vida normal. Los encuentros con el Inhumano, fotos familiares mediante; lo lúdico, presente en el baile y los juegos de caja; otorgan el aliento necesario para dividir momentos. La alternancia asume la diferenciación óptima a un estilo que intenta marcar una continuidad cargada de contenidos humanizantes reservados a personajes que soportan la constante presión del momento.
La válvula de escape también oxigena al espectador, le otorga un breve descanso preparatorio hacia el próximo bloque. La atención no decae ante estos breves pasajes estrechamente conectados con el inmediato clima que instala la presión en la escena. Se produce la sorpresiva llegada del etarra, mientras los técnicos instalan micrófonos en el apartamento: ¿qué sucederá?
Abundantes exteriores son matizados con interiores que sugieren hermetismo por delimitación precisa de espacio, y también, en algunos casos, por los ambientes de luz mortecina. Los espacios reducidos en el encuadre, efecto dado, no tanto por las dimensiones del lugar, como por el acercamiento de la cámara a los personajes, indican poca capacidad de acción, limitación para el movimiento. Arantxa, en su apartamento, es presa de una situación límite con la que debe convivir, mientras Ángel y sus subordinados comparten la misión bajo una tenue luz, propia del secreto en la clandestinidad.
Thriller que, al centrarse en sí mismo, deja por el camino, tanto la problemática política, como el detalle psicológico de los personajes. No obstante, se enriquece como pieza pura del género, sin caer en la banalidad de persecuciones unidireccionales tendientes al exterminio; como podría ser algún ejercicio de terror psicológico donde predomine el típico juego del gato y el ratón, un asesino serial que persigue a su víctima durante toda la película.
En ese sentido, el filme, siendo bastante descriptivo, alcanza a subrayar intenciones. Tras la dureza de los acontecimientos, se alcanzan a percibir atisbos de sensibilidad humana. Ángel demuestra su preocupación por la vida de sus subalternos, mientras que Kepa idealiza la figura de Sergio Polo, sanguinario líder del movimiento etarra. La paradoja es clara, tenemos dos clases de héroe: el silencioso, cuya discreción lo lleva a no autoproclamarse (Arantxa), y el egocéntrico (Sergio Polo), generado en sus propias “proezas” y ensalzado por el entorno.
La historia sirve a la reivindicación de la mujer por la crítica de un machismo que trasciende sectores de la sociedad aislados. Arantxa es elegida por ser mujer, excepción justificada en la posible ausencia de sospechas dentro del movimiento guerrillero.
Además, los métodos de vinculación a ETA no son los típicos asignados en la ficción. Estamos acostumbrados a ver la seducción y el sexo asociados a la mujer y sus técnicas de manipulación y control masculino. Aquí, Arantxa utiliza el inicio de una relación de pareja, y lo hace tan bien que nos hace creer que esta a punto de involucrarse afectivamente. Así y todo, el enlace al movimiento responde a toda una simulación que no se apoya en el ejercicio de la sexualidad como cebo.
Luego viene el alarde de Polo y su derecho a ser atendido como se le cante, aludiendo a que muchas mujeres morirían por estar con él; Arantxa no. Punto de reivindicación, protesta al pasar ante micromachismos sostenidos en idealizaciones típicas de una época. Una perspectiva feminista que desnuda lo obvio al pasar.
Contundente visión impregnada de dureza redistribuida en segmentos que miden la confrontación en intransigencias muchas veces disimuladas. El Inhumano y su persistencia en la lucha contra el crimen, Arantxa y el sacrificio de una joven vida de apenas 22 años, Polo y su insistencia por la gloria a cualquier costo. Una pulseada que no permite la más mínima concesión. Quizá, Kepa sea el más frágil, sesgado a papel secundario, acompañante de un sicario en el intento de asesinato a un guardiacárcel.
La polvareda que ha levantado la cinta es típica de un sesgado abordaje de la historia reciente, donde las opiniones se contraponen en función de posiciones políticas antagónicas frescas en el tiempo. La taquilla viene dando un respaldo interesante a la obra con aproximadamente una recaudación de 8 millones y medio de euros hasta el momento. Recordemos que se basa en la historia real de una funcionaria policial, Elena Tejada, quien estuvo infiltrada en ETA durante 8 años.
Ficha técnica:
La infiltrada , España, 2024.Dirección: Arantxa Echevarría
Duración: 118 minutos
Guion: Arantxa Echevarria, Amèlia Mora. Idea: María Luisa Gutiérrez
Producción: Bowfinger International Pictures, Beta Films Spain, Esto También Pasará, Film Factory Entertainment, Beta Fiction Spain, Atresmedia Cine, ICAA, Movistar Plus+, ETB, Mogambo, Crea SGR
Fotografía: Javier Salmones, Daniel Salmones
Música: Fernando Velázquez
Reparto: Carolina Yuste, Luis Tosar, Iñigo Gastesi, Diego Anido, Víctor Clavijo, Nausicaa Bonnin, Pepe Ocio, Jorge Rueda, Carlos Troya, Pedro Casablanc, Asier Hernández, Yune Nogueiras, Jorge Monge