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Jean-Claude Van Johnson
El actor belga Jean-Claude Van Damme (Bruselas, 1960) vivió su edad de oro a finales de los años ochenta y en la década del noventa del siglo XX, cuando estrenó algunos títulos de acción que, aunque no han envejecido demasiado bien, resultaron fundamentales en su momento. He aquí algunas de sus películas más recordadas: Contacto sangriento (Bloodsport, Newt Arnold, 1988), Cyborg (Albert Pyun, 1989), Kickboxer (Mark DiSalle y David Worth, 1989), Doble impacto (Double Impact, Sheldon Letich, 1991), Soldado universal (Universal Soldier, Roland Emmerich, 1992), Blanco humano (Hard Target, John Woo, 1992), Timecop (Policía en el tiempo) (Timecop, Peter Hyams, 1994), Street Fighter: La última batalla (Street Fighter, Steven E. de Souza, 1994) o Sudden Death (Muerte súbita) (Sudden Death, Peter Hyams, 1995).
Justo en el momento en que su estrella empezaba a languidecer, él mismo dirigió una de sus películas, The Quest (En busca de la ciudad perdida) (The Quest, Jean-Claude Van Damme, 1996), a la que siguieron ya títulos mucho más modestos, aunque, en ocasiones, con importantes directores detrás de las cámaras (Ringo Lam se convirtió casi en su director de cabecera): Al límite del riesgo (Maximum Risk, Ringo Lam, 1996), En el ojo del huracán (Knock Off, Hark Tsui, 1998), Soldado de fortuna (Legionnaire, Peter MacDonald, 1998), Van Damme’s Inferno (Inferno, John G. Avildsen, 1999), Replicant (Ringo Lam, 2001) o Salvaje (In Hell, Ringo Lam, 2003).
Ya cuando estaba en el mejor momento de su carrera, la autorreferencialidad se incorporó a su filmografía e hizo algún cameo interpretándose a sí mismo, como ocurrió en El último gran héroe (Last Action Hero, John MacTiernan, 1993) o en un episodio de la segunda temporada de Friends, en 1996. Ahora bien, fue en 2008 cuando protagonizó una excelente película que, de alguna manera, supone el germen de lo que encontramos en Jean-Claude Van Johnson, la serie que Amazon Prime Video le ha dedicado al gran héroe de acción belga. Esa película de 2008 se titulaba JCVD (Mabrouk El Mechri, 2008) y en ella Van Damme se interpreta a sí mismo y se ve envuelto en el atraco de una oficina postal en Bruselas: los atracadores, al darse cuanta de que Van Damme es uno de los clientes de la sucursal, pretenden hacer creer a la policía que es él quien, desesperado por su situación personal y profesional, está cometiendo el atraco. Hay un monólogo magnífico del propio Van Damme que es casi un exorcismo.
Cuando un espectador piensa en Van Damme, casi de forma inmediata le vienen a la mente nombres como los de Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Steven Segal, Chuck Norris e incluso Bruce Willis o Jackie Chan, pero hay algo en el caso de Van Damme que lo hace mucho más interesante, y es que, no en vano, en los últimos tiempos se ha convertido en un actor autorreferencial, que muchas veces se interpreta a sí mismo con más o menos filtros de ficción. De hecho, no olvidemos que hacía una aparición estelar en Los mercenarios 2 (The Expendables 2, Simon West, 2012), película que, en cierto modo, supone un homenaje explícito a ese tipo de cine del que venimos hablando, y que comparte con esta serie al guionista David Callaham. Inolvidable resulta también su anuncio para los camiones Volvo y ya son antológicas sus escenas sobre fondo verde, que cientos de aficionados han utilizado para introducir a Van Damme en obras de ficción o en nuevos materiales paródicos.
Jean-Claude Van Johnson da un paso más allá y nos presenta a un Van Damme que quiere volver a trabajar, pero pronto descubrimos que los rodajes son meras tapaderas para operaciones encubiertas, y que Van Damme es, en realidad, Johnson, nombre en clave de un agente que aprovecha los rodajes de películas de acción (en este caso, una disparatada trasposición de Huckleberry Finn) para infiltrarse y llevar a cabo operaciones secretas. Esa es la premisa argumental para una chaladura genial como es esta serie, en la que Van Damme debe infiltrarse en una fábrica, participar en una carrera ilegal, rodar las escenas de acción de la película y un sinfín de aventuras a cual más disparatada.
Aunque Amazon ya ha anunciado que no habrá una segunda temporada, Van Damme ha vuelto a brillar con luz propia en esta serie de seis episodios de media hora de duración cada uno, dirigidos por Peter Atencio. Acompañan a Van Damme Kat Foster (Vanessa), Moises Arias (Luis) y Phylicia Rashad (Jane), y él mismo se reserva un segundo personaje, Filip, que tiene un registro absolutamente desconcertante. Humor, acción, parodia y múltiples referencias a la filmografía del actor belga son los ingredientes de este cóctel postmoderno que ya se ha convertido en una pequeña obra de culto que recuerda a ejercicios previos como Bowfinger, el pícaro (Bowfinger, Frank Oz, 1999), Curb Your Enthusiasm (2000-) o ¿Qué fue de Jorge Sanz? (2010).
Tráiler:
Anuncio de Volvo:
Cromas de Van Damme:
Lo que más me gusta de van dame es que siempre ha sido fiel a su estilo por mucho que lo hayan criticado y en esta película acepta su papel con naturalidad en el cine de acción o la serie B.