Críticas

Más de lo mismo

Jurassic World

Colin Trevorrow. EUA, 2015.

Cartel de la película Jurassic WorldEl tiempo pasa veloz, sin tregua, irónico. ¡Ya no somos los mismos! Algunas cosas, testarudas, no cesan en su empeño por cambiar. Al ras del rabillo del ojo asoman sutiles surcos indómitos, el pelo busca la caridad de camuflajes y la paciencia se mide por litros de biberones nocturnos. No todo es cambio y metamorfosis. Existen pequeños placeres ocultos, que hormiguean la mente.

Una mirada hacia atrás. Una especie de tregua con las leyes universales, un entreacto, posado, con la celeridad del reloj. La comisura de los labios muestra sonrisas placenteras ante la visión de recuerdos felices y divertidos. Aquellos capaces de envolver el mundo en una atmósfera de satisfacción y alegría. Son momentos únicos, perfectos. Es piel de gallina vellosa.

Largos colmillos sedientos de bañistas descuidados, encuentros astrales tras una montaña de puré de patatas, un niño con capucha surcando la luna o un giro en la segunda estrella a la derecha hacia el amanecer. Son hitos de la historia del cine. Acontecimientos que han conseguido quedar fotocopiados en la memoria de los amantes del séptimo arte. Universos diferentes, impactantes, increíbles, que desafiaron los límites de la realidad para asentarse en la retina de la memoria del cine, gracias a su brillante ingeniosidad.

jurassic-world-imagen-1Son hazañas únicas, que miran al presente, orgullosas, sin miedo al devenir del futuro. Se sienten henchidas de suficiencia, porque aunque no son La lista de Schindler (Schindler’s List, Steven Spielberg, 1993), se saben perfectas en sus circunstancias y son conocedoras de su dominio de la escena, siempre con un aplomo “shakespiriano”. Un ser y no ser sediento del salitre de las palomitas, el ruido mayúsculo de las nueces de California, un sueño retórico de una noche de verano.

La imaginación al servicio de un clamor necesitado de sensaciones exuberantes; algo nuevo, original, incluso desconocido. Ensayos de probeta que revelan mundos extintos, adaptados a la vida real; dinosaurios y personas conviviendo y desafiando la teoría del caos. Una película que en 1993 fue un auténtico éxito de taquilla, aplaudida, reconocida, gracias a la originalidad de su temática y la capacidad técnica. Un todo perfectamente unificado, que quedó tallado en el recuerdo de la memoria cinematográfica.

Fotograma de Jurassic WorldParque Jurásico (Jurassic Park, 1993), uno de los trabajos más conocidos de Steven Spielberg, gracias a la fuerza de la imaginación, la garra de los efectos especiales y a la calidez de sus personajes principales. Un conglomerado audiovisual, cuya perspicacia adivinó el camino de la empatía y del aplauso de las masas adictas a la adrenalina, la acción y la originalidad. El espíritu y la forma de este film evolucionó sin control, obnubilado por el clamor y el imperativo de la historia, y como consecuencia aparecieron clones confusos, secuelas sin ningún esfuerzo creativo, y supeditadas al fragor de unos acontecimientos ya vividos.

El mundo perdido: Jurassic Park (The Lost World: Jurassic Park, Steven Spielberg, 1997) y Jurassic Park III (Joe Johnston, 2001) quedaron relegados a un mundo de ostracismo, una exclusión forzada del ágora “hollywoodiense”, pues sus valores narrativos nunca tuvieron unos auténticos golpes de efecto originales para impulsar la historia. Carentes de espíritu, sin personalidad, su impacto en las taquillas fue mínimo. Gracias al paso del tiempo y a un descanso, alejados de las cámaras, estos dinosaurios pudieron dirigir el fracaso y entender que la ingeniería genética no es el valor más poderoso para crear una película de renombre.

jurassic-world-imagen-3Veintidós años después, tras los intentos fallidos de 1997 y 2001, Colin Trevorrow se adentra nuevamente en el mundo de los parques temáticos y los dinosaurios, centrándose en la genética y la ambición cegadora del hombre. Jurassic World vuelve a retratar el antropocentrismo, la gran tragedia del ser humano, y la disfraza de género de la aventura, de los desastres y de la supervivencia. Una madre Naturaleza enfadada, cansada del despotismo de la humanidad y desprovista de compasión. El caos se implanta y la destrucción aniquila los sueños. Una historia de redención educativa, donde la protagonista debe cambiar su forma de ser, su moral y sus principios para conseguir esa profunda transformación, siempre desde lo negativo a lo positivo.

Una película, que aunque vive de los frutos conseguidos por su progenitora, tiene algo que no tuvieron las otras dos. Una especie de esencia remasterizada, que lucha por ofrecer algo nuevo, diferente de todas las demás. En cada escena, se aprecian contenidos y significados que se mueven de forma dinámica para fomentar el atractivo y, sobre todo, para acrecentar la intensidad de la acción. El peso gravitatorio de Parque Jurásico aniquila cualquier intento de regeneración e irremediablemente todo queda aplastado bajo el yugo de las ideas controladoras del pasado: la imaginación claudica ante la potestad de estos animales prehistóricos.

Un “big bang” en la historia del cine. Unos reptiles de la época del Triásico en la actualidad. Un parque temático único, exclusivo. Elementos demasiado tentadores, que nublan la verdadera voluntad de la historia y de los personajes. La familia, la carga emocional y lo desconocido quedan olvidados, y el nexo de unión con el público desaparece sin remedio. Cualquier implicación sentimental o cualquier incidente incitador carecen de la energía necesaria, pues la columna vertebral del film son estos terribles lagartos.

jurasicc-world-imagen-4Demasiada modernidad, exceso de efectos especiales y un completo desequilibrio entre el contenido y el continente. Una película que somete al principio narrativo. “The show must go on”, aunque el espectáculo ya perdió el factor sorpresa, y la ironía de la historia se consumió con el peso del transcurso del tiempo. La magia y la chispa de Spielberg ya no provocan el mismo sentimiento de asombro.

Todo tiene su circunstancia y su momento. La capacidad de invención, los sueños y la creatividad parecen perdidos. Hollywood vive su sequía más radical desde que Roman Polanski dejó a Los Ángeles sin una gota de agua. Orgías de remakes, reboots, segundas o terceras e incluso séptimas partes acechan peligrosos.

La sed oprime. La necesidad acucia. Urgen nuevos caminos, obras excepcionales, flamantes, sorprendentes. Nuestra mente está ansiosa por seguir acumulando recuerdo. Cerramos los ojos, un fundido en negro. ¡No reparemos en gastos! Claqueta y acción.

 

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Ficha técnica:

Jurassic World ,  EUA, 2015.

Dirección: Colin Trevorrow
Guion: Colin Trevorrow, Rick Jaffa, Amanda Silver, Derek Connolly
Fotografía: John Schwartzman
Música: Michael Giacchino
Reparto: Chris Pratt, Bryce Dallas Howrad, Nick Robisnson, Vicent D’Onofrio, Ty Simpkins, Irrfan Khan, Jake Johnson, Omar Sy, BD Wong, Judy Greer, Lauren Lapkus, Brian Tee, Katie McGrath, Andy Buckley, Jimmy Fallon, James DuMont, Colin Trevorrow

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