Críticas

11

This Is Spinal Tap

Rob Reiner. EUA, 1984.

Lo ridículo es, al fin y al cabo, demostración de que de todo podemos mofarnos, o sea de todo lo que presume ser mejor, superior, infinitamente más (añádase aquí el adjetivo que se quiera utilizar). Es también, cuando es usado correctamente,un elemento capaz de hacernos reír porque sabe poner en marcha el talento más grande que tenemos, o sea la inteligencia y su subproducto, la argucia. Nos permite ir más allá de lo que son los juegos de la sociedad humana (y es que, efectivamente, la sociedad humana es un juego, tanto como decía Huizinga y como afirmaba en unos artículos Larra) y abrazar el acto de reconocimiento de unas aserciones tan obvias como tan secretas : todos compartimos la misma estructura biológica y psicológica, todos somos simples agregaciones de átomos y de células que, en menos de unos puñados de décadas, van a desaparecer en cuanto seres pensantes (y lo que pensar significa, quizás nadie todavía lo haya entendido). Lo mejor, entonces, podría ser reír, ya que el tiempo que tenemos para nosotros no es mucho (si del cosmos hablamos y a él nos comparamos), y lo ridículo no es nada más que mostrar lo infinitamente nulos que somos si bien pensamos ser el ápex de todo un universo. Sic transit, se podría decir.

El cosmos de la música, efectivamente, resulta ser un blanco perfecto para crear una obra que traspasa los límites de un mundo en el que se formó la idea original. Spinal Tap es, rotunda y claramente, una joya de los mockumentaries que llega a unas cimas de hilaridad de las cuales nos parece imposible y absurdo tener que bajar. Nos gusta, justamente, seguir disfrutando de la narración que nos proponen los autores, y logramos aceptar unas situaciones tan absurdas que, dentro de su elementos de caoticidad, se convierten en momentos de increíble imaginación. No se puede querer mucho más, se podría decir, ante lo que es una voluntad de hacernos reír por una cuestión de ridiculez que se va a amontonando en sus diferentes situaciones hasta una saciedad que no parece llegar a su último momento : queremos ver más, y más nos da esta película tan divertida como estúpidamente inteligente.

Lo falso se convierte en una caricatura de una realidad que puede ser, de hecho, tan incomprensiblemente posible. Si verdad es que, por supuesto, lo que se nos ofrece es una obra de ironía, hay algo dentro de nosotros que nos hace pensar que, sí, gente tan vana y superficial puede existir, sobre todo dentro de un mundo, el de la música, que poco que ver tiene (así parece) con el acto mismo de razonar. Quizás justo sea hablar de arte, entendida aquí como aquel oficio humano en el cual lo más importante es el acto de crear, y donde poca importancia parece tener el de pensar, ponderar y analizar lo que nos rodea. Un arte, la que nos propone el filme, que ninguna conexión con la creación profunda, sino que todo comparte con la superficialidad de quienes piensan ser “artistas” y por ende les está permitido comportarse como tales. Lo ridículo, entonces, nace de la liviana incapacidad de los protagonistas de darse cuenta de que son, claramente, unos pobres idiotas que nada aportan al conjunto de la humanidad.

Spinal Tap es una obra maestra. Podría parecer demasiado, como si en una escala de 0 a 10 de llegar hasta el 11 estuviéramos hablando (lo entenderán, los que hasta ahora no saben), sin embargo un filme de este tipo, una vez analizado, no puede sino mostrar lo que significa reír y hacernos reír. Es un resultado extremadamente positivo, algo que, como ya se ha dicho, traspasa los bordes del mundo en el cual se fraguó la idea y que sabe hablarnos también en estos días que ya se alejan de los ochenta del siglo decimonono. Las ideas explotan, la imaginación se reverbera en las diferentes situaciones, y el espectador sabe que su tiempo no está siendo malgastado. A veces las grandes obras no son solo las que nos muestran, de forma negativa, lo mínimos que somos como seres vivos, sino que, dentro de un discurso que parece cerrado dentro de sus límites, se abre ante lo universal de una afirmación sencilla : ¡cuán ridículos podemos ser sin darnos cuenta!

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Ficha técnica:

This Is Spinal Tap ,  EUA, 1984.

Dirección: Rob Reiner
Duración: 82 minutos
Guion: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner
Producción: Karen Murphy
Fotografía: Peter Smokler
Música: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner
Reparto: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner, June Chadwick, Tony Hendra, Bruno Kirby

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