Introducción donde la cultura pop de los 80 oficia de marco contextual para una historia que cambió los procedimientos de marketing. La empresa Nike y sus intentos negociadores por hacerse un lugar en el deporte del baloncesto. Michael Jordan será la apuesta, el polémico elegido; la disputa será con otras dos marcas de prestigio: Adidas y Converse.
Ben Affleck trabaja con una cámara inquieta; los travellings circulares entretejen un clima de indecisiones que no admite estancamiento; es como si la sugerencia de mayor movilidad fuese respuesta inmediata ante las dificultades en la resolución. Contraste entre el desacuerdo paralizante y el movimiento creativo. Es momento de definir con conocimiento de causa, Sonny es quien sabe al respecto, visión a futuro que se propaga en una fantasía que extrae su lógica de la observación. Apología del emprendimiento, una semántica que rescata la audacia del término, las estrategias atentan contra la costumbre; la apuesta es riesgosa en alto grado, Sonny traerá la novedad bajo presión.
Drama deportivo lineal propuesto desde un vaivén de conflictos que muestran la importancia de la flexibilidad y el riesgo; la fe es el eslabón necesario, posibilita el éxito, no solo en el deporte, también en la empresa. Pruebas contundentes apelan a exitosas negociaciones, un golpe frontal al capitalismo conservador y de escritorio.
Deloris Jordan, madre del deportista, es encarnada por Viola Davis con sobriedad. Un liderazgo moderado que pondrá freno a las solicitudes de Nike; equiparación de roles que decapita intenciones corporativas. Es el balance que nivela pretensiones en medio de una estética de oficinas; los escritorios suelen ser amables campos de batalla, soporte de inciertas negociaciones.
La tensión estará ausente, es algo de lo que el filme adolece. Los conflictos circulan entre cacareos que descargan temores; los lugares son móviles, en cualquier momento pueden ceder, la presión financiera bloquea la creatividad en medio de un clima negociador adverso; la competencia va ganando, sin embargo, la cinta no sabe conducir la intensidad adecuada, se pierde en diálogos, protestas, quejas e incertidumbres que culminarán en un innovador salto al vacío experimentado con la algarabía propia del triunfo.
El ritmo decae, por momentos nos invita a parpadear. La historia se vuelve un tanto reiterativa y anodina, da la sensación de que las discusiones y negociaciones aluden a un suceso menor en la historia del financiamiento en el deporte.

Narración prolija que nunca pierde el control, película de oficina que se centra en detalles creativos provenientes de la experiencia de vida; Sonny es aficionado al básquetbol con olfato, lo técnico se desbarata ante la simplicidad del sentido común callejero. Las lógicas conservadoras, que protegen fuertes ganancias empresariales, aflojan la cincha a la “vulgaridad” de la intuición, triunfa el hombre común. No es que Sonny refleje tal cosa, sino que el juego se vuelca a esa faceta. Se abre un espacio por falta de alternativas, la premonición guía posibilidades, lo mundano es apertura a un “saber” siempre disponible, inutilizado por el prejuicio de la tradición conservadora. Es el gran mito que levanta la película, el esmero se destina a la irrupción de lo novedoso.
El filme es un recorte en el tiempo con planteos a futuro, se centra en un éxito trasladado a resultados más posibles que reales. El tiempo develará las consecuencias explicitadas casi junto a los créditos, el final de la cinta nos “rebela” lo que ya sabemos, la ficción dará paso a la información. El corte abrupto no incomoda, es recorte de perspectiva sobre el fondo de sucesos que nos sitúa en el enfoque: intención en la comunicación de eventos presumibles de alto riesgo, se asumen con alegría, lo que sucederá después será otro cuento.
Alex Convery es el responsable del guion. Síntesis que no agobia con datos innecesarios, nos facilita acceso claro a una visión sobre los hechos. Privilegio para la innovación en la estrategia, un mundo reconocido a los audaces, la cuerda floja como aliciente, instinto de conservación invocado en las asperezas del discurso. Se siente, se explicita.
La puesta en escena es con planos y contraplanos e, incluso, algunos movimientos de cámara que giran en semicírculo o a medias, para solo quedar en la intención. Sonny y Phil consiguen expresar el apremio al que están sometidos. Sabido es el juego de habilidades negociadoras, como tal se experimenta, se acepta en medio de la incertidumbre y el riesgo. Matt Damon y Ben Afleck, un aceitado intercambio concede complicidades solapadas, la discusión de momento solo deja entrever que, más allá de las presiones, nada es absoluto.

El espíritu de la llegada alienta la competencia, Nike se nutre de ausencia en conocimientos de la calle que permitan acceder a una psicología posible. Michael Jordan se escabulle tras la imagen de su madre. Deloris, en su rol de matriarca comprensiva, albergará las claves de la intermediación, más lógica del sentido común al acecho. Sonny irá develando los puntos clave, una tarea, abierta y directa, culminará centrada en mera cuestión de intereses económicos como salvaguarda del esfuerzo equiparador.
La marca se llena de contenido en el deporte, le deberá a Michael Jordan su éxito, la balanza se inclina hacia un espacio sin precedentes que recorta pretensiones a un poder fijo, inalterable; Nike deberá compartir utilidades, aunque, en un hipotético caso de mayores ganancias, la empresa siempre triunfa.
De la nada surge una promesa, el riesgo se asume en aras del futuro personal, doble jugada en medio de un emprendimiento que, como tal, quiere crecer en el mercado. La competencia en el deporte se traslapa a la competencia en el negocio; el símil se da la mano en la confluencia de intereses; asociación para triunfar, lugar común donde confluyen el talento y la intuición; suerte de tarea adivinatoria en función de recursos inexplicados afincados en la experiencia de lo cotidiano. El aficionado hará su aporte, será tabla de salvación en la tormenta de las marcas.
Filosofía del emprendedor, riesgo a tomar, el ejemplo de Phil Knight (Director General de Nike) se hace esperar ante la insistencia de Sonny; lección de flexibilidad de la que dependerá el éxito, aunque a veces cueste.
Un par de tenis es más que un par de tenis, la indumentaria deportiva en el rol de fetiche para los fans; explotación de la ilusión del portar lo ajeno. Estrategia de activación en la fantasía del otro, fórmula de ejercicio de un consumismo que ya mostraba su hilacha en los 80 y mucho antes, quizá no explotado con la misma inteligencia. Un cheque en blanco a cuenta de apuestas al presunto talento.

No es una película de deportistas, de hecho, Michael Jordan no aparece en la ficción, solo en alguna imagen de archivo. Un fuera de campo justificado por su función, en tanto pantalla que alberga lo que su público necesita. Construcción de una imagen a ser alojada en un zapato deportivo. Es el diamante en bruto que hará funcionar la rueda de la fortuna en la explotación de lo que solo él sabe hacer: jugar baloncesto. Pero, el juego, como éxito deportivo, en sí es irrelevante; la trascendencia se desplaza al movimiento de las masas, tema solo tangencialmente citado. La consideración del éxito no es tal sin los códigos de una preferencia social que lo enmarque. La zapatilla deportiva en función del deseo, la adaptación de Michael Jordan, a un satisfactor de necesidades, integra lo que sugiere desde una imagen construida por las masas. Producto que alimenta el mito, la captura de adictos al éxito imaginario se plasma en una zapatilla. Allí está el dinero virtual, en la concatenación del efecto Jordan y la masa de fans, responsable absoluta de todas las recaudaciones posibles. La conquista de un mercado imaginario, previsto desde la rutina, apunta al certero golpe en la psicología del consumidor. Tema solo presentado como una adaptación del calzado al deportista y no a la inversa.
El eje es puesto en el desencadenante de la euforia, promesa que potencia la lógica del riesgo, culminación que opera transformaciones para impregnar una historia futura que hoy, ya es presente.
https://youtu.be/KLyx_wvMkhk



El documental, ganador del Oscar 2020, producido por el matrimonio Obama, narra las vicisitudes de un conjunto de obreros desocupados, que ha sido contratado por la Fuyao Glass America, fábrica china de vidrio para autos. Se instala en Dayton, Estado de Ohio, siete años después del cierre de la General Motors, empresa que dejara un saldo de diez mil desocupados. La reactivación del empleo será la buena noticia; deberá lidiar con los inconvenientes propios de un choque intercultural que encierra mucho más de lo esperable.


La Inglaterra del siglo XIX es el escenario de esta historia que combina ciencia con transgresión. Una época de modales cuidados en medio de identidades reprimidas y crisis matrimoniales negadas.


Documental sobre la tragedia ocurrida en el correccional de Attica, en Nueva York, durante el año 1971. Narra con crudeza el motín más cruento de la historia de los Estados Unidos, donde alrededor de mil reclusos se amotinaron en reclamo por sus derechos.


El necesario equilibrio entre drama y comedia sirve de revestimiento a una ácida parodia cotidiana exquisitamente representada por un elenco de primera. Casa en llamas combina géneros en una fórmula que rebela los avatares del pasado sin la utilización del flashback. Un relato, hilvanado en tiempo real, cimenta hipocresías familiares, aviva las llamas de la convivencia en pos de recuperaciones afectivas. El síndrome del nido vacío opera como centro estelar; suerte de leitmotiv, desvelado por etapas, se encarga de oxigenar un guion de proceso continuo.


Inadvertida sátira criminal con visos creativos esparcidos a ritmo vertiginoso y puestas en escena acordes a la era digital: múltiples accesos a pantallas, pantallas y más pantallas. La investigación, con varios giros, nos muestra la incidencia en el mundo de hoy desde un monitor.


Es la historia verídica de Manolo Vital y su empeño en dignificar la vida de los habitantes de Torre Baró, un barrio en los suburbios de Barcelona construido a fines de los 50 por pobladores de Extremadura y Andalucía expulsados de su tierra por los falangistas. Decía la ley del suelo que las casas que al amanecer no tuviesen techo debían ser “demolidas” por la autoridad. La secuencia inicial narra el acercamiento a lo que luego se transformaría en un barrio de precarias condiciones.


Es El acontecimiento de Audrey Diwan una película notable que, partiendo del relato de un aborto clandestino, sugiere de forma potente como, por mucho tiempo en nuestra historia, las personas hemos estado determinadas por el género (masculino y femenino) para trazar el camino de nuestras vidas. La humanidad ha sido (y sigue siéndolo) primero hombre o mujer y después individuo.

Un niño negro se desempeña en el oficio de lustrabotas en Texas. Su interés radica en aprender cómo sus clientes blancos hacen dinero. De adulto llegará a tener éxito económico al dedicarse al negocio inmobiliario, pero tendrá que afrontar las dificultades propias de un sistema legal que se esmera en expulsarlo del “sueño americano”, solo hay cabida para los blancos.


Un abogado de oficio recibe un caso de asesinato a tres meses de culminar su pasaje por la universidad. Descubre que mantiene una relación de implicancia con el occiso, pero deberá afrontar la situación muy a su pesar, ya que su nominación es irreversible. El enigma se irá desentrañando a medida que la investigación aporte elementos; habrá una vuelta de tuerca, las cosas no eran tan obvias.


El poder es la esperanza de un obsesivo reencuentro cimentado en la pertinaz acometida de una imaginación en llamas, pugna por concretar la escena traumática confinada en la suave voz de una madre añorada en la tragedia. Una y otra vez reaparece en medio del incendio para desvanecerse, la presencia ajena constriñe la realidad en los márgenes más elementales de la existencia humana; se impone la cotidianidad, las reglas se hacen sentir en contraste con una esperanza asociada a incertidumbres poco fiables.


El arte entre lo aséptico y la dignidad humana. Un artilugio valioso despertará movimientos sociales en defensa de los derechos humanos. El descuido, que da origen a un serio inconveniente penal, es absorbido por la omnipotencia del terreno artístico.


La monotonía de un pueblo sencillo se ofrece como alternativa a los cambios. El Dr. Ivan Stephanus es un eminente cardiólogo forzado al retiro por el cierre de un hospital en la capital. La vejez se plantea como obstáculo a la recomposición de una carrera que no verá más alternativa que continuarse en medio de un vecindario conservador. Stephanus se irá a vivir con su madre al pueblo que lo vio nacer, allí ejercerá como médico de cabecera. Sus intenciones tendrán que lidiar con los intereses del alcalde, empecinado en construir un balneario a cualquier precio.


Una comedia disimulada y profunda con caídas estrepitosas. Puestas en escena impecables donde lo hilarante hace gala de una pretendida sobriedad que se queda en la apariencia. Es el tránsito por diversos temas de actualidad que desembocan gradualmente en un análisis acerca de la génesis del poder como inherente a la necesidad humana. La oportunidad es aprovechada de diversas maneras, es el juego en la puja por el rédito, necesaria condición oculta en el cuidado de las formas inherentes al posicionamiento de cada quien.


La historia se desarrolla en Durham, barrio obrero en decadencia situado al norte de Inglaterra. TJ es el dueño de un bar, punto de reunión que convoca la presencia de asiduos concurrentes; esparcimiento y desahogo frente a la precariedad de las actuales condiciones de vida. Llegan inmigrantes sirios a alojarse en la zona, las rispideces irán en aumento. La xenofobia se traducirá en ácidos comentarios y acciones desleales donde, pese a los esfuerzos del cantinero, será inevitable el conflicto entre la solidaridad de los que empatizan con el extranjero, y la animosidad de quienes promueven la discriminación sustentada en el prejuicio.


Ciencia y religión confrontadas a fuego lento. Un desarrollo que opta por dejar en paz las creencias, para centrarse en una moral donde el fin justifica los medios en asociación al poder demoníaco. La cámara lo anuncia al recorrer con detalle un fresco alusivo durante los créditos. Se nos anticipa lo que vendrá, un infierno representado desde acciones médicas, y no tanto, de la mano de un profesional sin escrúpulos que no escatimará en sacrificar la vida de quien sea en función del conocimiento científico. Una alianza con el mal que nos recuerda al Fausto de Goethe en la presencia de la figura enigmática que acompaña al médico en momentos puntuales de la trama.


El ajedrez es el centro de una historia, basada en hechos reales, donde se entrecruzan el éxito potencial con reminiscencias de un pasado signado por la derrota y la deserción.


Sobriedad y profundidad para el tratamiento de un tema que moviliza emociones fuertes. Mundruczó nos advierte de la importancia de lo personal por sobre lo familiar, lo necesario de le construcción de una “narrativa” propia frente a la irrupción de la muerte.


Hermosa composición que traiciona la belleza de camino a lo inevitable. Acogedor documento, combina la pasión y la muerte entre lodo, gases y ceniza; un guion, sobrio y equilibrado, bordea la simpleza de las cosas, de camino a lo poético, para tragarse la tragedia de lo humano. Vale el mérito en colaboración, Shane Boris, Erin Casper, Jocelyne Chaput y Sara Dosa serán las responsables.


Sobrio “testimonio”, denota delicadeza y cuidado a la hora de ejercer influencia sobre el espectador. Planteamiento que pretende ceder la última palabra al análisis, los hechos son transparentes; reconocimiento que se esmera en mantener apariencias bajo un tono comprensivo ocupado en ocultar sus límites.


Un drama político-revolucionario acerca de la traición entendida en términos cristianos, donde un delincuente infiltrado ofrece información al FBI a cambio de libertad y dinero. La película está basada en hechos reales, es la incursión de Bill O´Neal en Las Panteras Negras: movimiento político en defensa de los derechos de los negros y el socialismo.


La violencia y el arte; el crimen como estética de una mente obsesiva. Un psicópata de manual es el ejecutor de una línea de acción trascendental en defensa de valores supremos, cuasi-sagrados, es la ubicación de un sentido vinculante desde el más allá. La contundencia da pie a una teoría elemental.


Asistimos a un thriller que opera, desde picos de suspenso, por bloques contiguos que no permiten que la atención y el interés decaigan. Es el gran mérito de la cinta ganadora del Goya 2025, categoría mejor película, en empate histórico junto a 


Canto al alma humana que produce regocijo. Metáforas de la naturaleza que colman el espíritu de contenidos intuidos desde la vida misma.


Estudios Ghibli y un clásico de la animación japonesa: La tumba de las luciérnagas nos pone a prueba ante los horrores de la guerra. La insensibilidad humana es algo que se cultiva a partir de la naturalización de los hechos, la muerte es tan común que no altera las sensaciones de quienes conviven a diario en su presencia. Algo esperado que casi ni se nota en el hábito diario; las diferencias golpean la atención de un espectador de otro contexto, la animación mitiga el resultado extrayendo realismo al contenido.


Docuficción que intenta reproducir la vida familiar de Olfa y sus cuatro hijas. Kaouther Ben Hania introduce la vivencia en la representación combinada, actores e involucrados colaboran en el esclarecimiento de sensaciones y sentimientos implicados.


Una apología de la vulnerabilidad como habilidad creadora, transfiguración de “identidades” sobrevivientes a condiciones extremas; la salvación cobra vida en la campaña redentora de un grupo de presidiarios que transita la liberación de la mano de un anciano que inyecta rebeldía. Es el empuje de almas sin consuelo, descubren el dolor en la contracara de un sistema que por insistencia los pone a prueba. El universo es un todo que alberga lógicas rescatadas de un programa de rehabilitación por el teatro, conexión con sufrimientos apalancados en lo que toca de la vida, y las inercias de una estructura coercitiva exigente, a la vez que demandante. Los mecanismos legales son la oportunidad; aunque no es fácil, la salvación está a la vuelta de la esquina.


¿La violencia engendra violencia o es el único mecanismo para aplacarla?


La opera prima de Pawo Choyning Dorji nos regala una incursión en la naturaleza por ausencia de contacto con el mundo urbano. La penetración es desde necesidades asociadas a la inconsciencia, fiel reflejo de una sociedad en alianza fraterna con la naturaleza. Plena vigencia del eco-budismo en una cultura ajena a las habituales influencias del capitalismo occidental. Un milagro en medio de la globalización. Eso es Bután.


Un pueblo del estado de Jharkhand es el escenario de este documental dirigido por Nisha Pahuja; fiel testimonio de la situación de la mujer en la India, donde más del 90% son violadas; un abuso cada 20 minutos, en promedio.


Revoltijo de apreciaciones, sin ton ni son, generan una historia difícil de sobrellevar; en sus arranques y movimientos pretende el trazo de analogías históricas. Las parodias intentan rescatar la esencia de patrones universales políticos y morales. Nueva Roma es una caricatura de la existencia humana con el acento puesto en Estados Unidos como cuna de pujas sociales y políticas, aun extensibles al resto de la humanidad.


Comedia delirante, protagonizada por Eddie Murphy, donde un veterano, emprendedor del mundo del espectáculo, consigue la notoriedad que siempre ansió sobre la base del reciclaje de viejas historias contadas por los vagabundos del barrio. Dolemite es el personaje de esos relatos, y Rudy Ray, con su particular estilo, se encargará de devolverlo a la vida.


Bong Joon-Ho nos trae una comedia de ciencia ficción basada en la novela Mickey 7 de Edward Ashton. Con un presupuesto que ronda los 118 millones de dólares en costo de producción, más 80 millones en publicidad, ha resultado un gran fracaso de taquilla. La expectativa de recaudación, a nivel global, se situaba en los 300 millones de dólares. Las pérdidas aproximadas han sido por 100 millones, lo cual motivó que Warner Bros. Discovery adelantara su estreno en plataformas digitales. Un gran fiasco comercial que no condice con los valores del filme, pero ya sabemos que, cuando de cine se trata, priman las preferencias populares por encima de los valores artísticos e ideológicos.


La unidad familiar ante todo. Amagues permanentes de una ruptura insinuada desde la tolerancia de roles que respetan funciones de género. Un drama cotidiano que podría representar las diferencias de cualquier pareja común. Nada de rimbombancia ante sucesos naturales de la vida. Un corazón, de dudoso rendimiento a futuro, se conjuga con un infarto cerebral y el incendio con pérdidas masivas; todo entretejido en un guion que sabe relacionar situaciones para sacar partido de una narración que no da puntada sin hilo.


Alexéi Navalny y su reciente deceso resucitan la vigencia de este documental producido por la CNN. El acérrimo enemigo de Putin esboza su denodada lucha ante el poder. Uno de los principales líderes de la oposición; supo incomodar al presidente ruso al punto de sufrir un atentado con trágico final; presunto homicidio responsabilidad del gobierno ocurrido en la colonia IK-3, en Kharp, una cárcel 60 kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico, a casi 2.000 kilómetros de Moscú.


Ganador del Óscar 2025, nos invita a reflexionar a la distancia acerca de los reales problemas de la humanidad en el siglo XXI. El documental atestigua la destrucción de viviendas palestinas situadas en las montañas de Hebrón, localidad de Masafer Yatta, al sur de Cisjordania, zona de varias aldeas habitadas por miles de familias. Yuval Abraham (israelí) y Basel Adra (palestino) son las caras visibles en este registro de imágenes que cuenta con la autoría de cuatro realizadores.


El director Jacques Audiard comienza su película París, Distrito 13 con unas elegantes y maravillosas imágenes en blanco y negro de un barrio parisino de clase media que se desmarcan claramente de las habituales imágenes turísticas de la ciudad retratadas mil veces. París es la ciudad del amor y la película de Audiard quiere hablarnos del amor, pero es un amor muy contemporáneo, muy de nuestros días, así que llevarlo a otros escenarios de la ciudad parece la conjunción perfecta. Se agradece.
Obra íntima; la tristeza se mezcla con lo lúdico en medio de una naturaleza cómplice, no desde la expectación, sino como mediador privilegiado de significados eficientes. Lo arcaico se filtra, los contenidos de la vida son manipulados por niñas de 8 años.


Aida es una traductora que trabaja para la ONU en una base militar de refugiados de la región bosnia de Srebrenica. La llegada de las tropas serbias será uno de los detonantes para una angustiante peripecia en el intento de salvar a su familia.


La historia narra la vida de Anne y Peter, un matrimonio con dos hijas. La familia debe acoger a Gustav, hijo adolescente de Peter y Rebeca .


Lily Bloom es una chica hermosa, conoce a Ryle, atractivo cirujano que resulta ser impulsivo y agresivo a partir del matrimonio. Atlas, compañero del pasado, intentará protegerla y rescatarla de una problemática relación.


Intriga solvente, habilita la irresolución bajo el formato de una paradoja, en términos de lo formal, por oposición a los avatares de un guion plagado de callejones sin salida. El filme funciona en progresión, avanza de manera insidiosa, pragmática e incierta para construir permanentes dilemas. Envuelve a autoridades, profesores, alumnos y padres en un incontenible espiral. La circunstancia cobra vida propia, se despliega de manera independiente para traicionar caros principios implantados en la enseñanza. La inexperiencia se añade al caos para multiplicarlo. El choque, entre valores de supuesta “eficiencia”, constituirá el fracaso del sistema. “Tolerancia cero” aplicada en un marco que pretende ser democrático; oposición de fundamentos básicos que, por su fracaso terrenal, demuestran las falencias que alteran todo sistema de ideales en su proceso de ejecución; constitución práctica de acciones que transforman la realidad en un caos inasible. Los puntos de acción se vuelven difusos, giran en derredor de insistencias alteradas en la confusión de medidas de defensa inarticuladas por el sistema.


La historia nos sitúa frente al dilema por el que atraviesan dos amigas que poseen una pequeña empresa dedicada a la fabricación y venta de cosméticos artesanales. El negocio está en dificultades por deudas; se presentará una inversora (Salma Hayek), que intentará manipular a las socias para quedarse con la pequeña empresa. La amistad será puesta a prueba.


Makoto Sinkhai nos regala una hermosa aventura con los ingredientes necesarios al despertar de emociones escondidas en cualquiera de nosotros.


El alcoholismo, en su retrato más descarnado, impulsa una excelsa actuación de Andrea Roiseborough. Vaivenes de una crisis que aspira a lo insuperable. Intentos, fracasados de antemano, construyen un ámbito de coordenadas difusas, un volver a empezar plagado de oportunidades no apreciadas. Leslie es el castigo propio y de los demás, vergüenza ajena ante un aluvión de burlas, empatía que circula entre sensaciones ambiguas; la esperanza parece, por momentos, diluirse entre tanta negligencia y evasión.


