Críticas

Gotas

Big Water Theory

Emile Dominé. Francia, 2024.

El agua puede ser necesaria para muchas cosas. Beber, por ejemplo, lo cual es lo mismo que vivir. O hasta tan solo lavarse, quitarse de encima las células muertas, los rastros del sudor, el paso del tiempo. El agua es también un elemento que nos atrae durante los tiempos más calurosos, los en los cuales parece como si el sol estuviera a punto de quemarnos, de arrasarnos. Al fin y al cabo, del agua se dice que salimos cuando aún no éramos bípedos, y del agua hablaba un griego cuando afirmaba que nunca podemos bañarnos en la misma agua de un río (lo cual, dicho sea de paso, no es causa de que nos lleven a cambiar toda nuestra manera de pensar). El líquido transparente es también el área del que el hombre ha tomado posesión (ficticia, sí, la naturaleza no le pertenece a nadie) para sus deportes, no solo los más relajantes, como nadar, sino también los más peligrosos o tan solo los más excitantes, como es el caso del de los kayaks. Hay gente que, efectivamente, vive no solo para respirar, comer y beber, sino también para sentir aquellas emociones que solo unos tipos de acciones nos pueden regalar.

El documental Big Water Theory no nos ofrece solo la idea de ser unos compañeros virtuales de una pandilla de deportistas de kayak. Sus imágenes permiten acercarnos a una naturaleza tan maravillosa que nos deja boquiabiertos. Increíble es, entonces, el mundo que nos rodea y que en su misma fuerza natural esconde algo que se manifiesta solo para quienes tienen aquella gana de acercarse a lo que puede resultar, en algunos casos, hasta fatal. Un mundo inmenso, espectacular, que nos fascina dentro de unos bordes (in)quebrantables que nos llevan a pensar cuán infinita puede ser la pequeña esfera en la que vivimos por simple azar. Explorarla, entonces, es algo que nos está permitido en los pocos años (y los larguísimos segundos) de vida que tenemos, lo cual es, en los casos de una vida afortunada, uno de los más hermosos regalos que nos podemos otorgar, siempre que efectivamente nos guste movernos por las cuatro direcciones del mapa. Imágenes estupendas, entonces, y quizás demostración de que el ojo detrás de la cámara sabe qué está haciendo, para que, objetivo manifiesto, nos quedemos atrapados por lo sublime.

Dejarse llevar por la corriente no es, de todas formas, una metáfora, ni un simple consejo, en este documental. Hay que tener cuidado, hay que estar atentos, controlar que nada nos lleve allá donde no queremos ir (y no solo físicamente). Se desarrolla así la cuestión del desafío, entendido aquí como voluntad de hacer algo que nos puede, por supuesto, perjudicar. Lo casi infinito de las montañas y de las aguas que fluyen violentamente por el río se levantan delante de lo diminuto que es el ser humano. Demostración, entonces, de que lo pequeño puede, a veces, llegar a alturas (y no solo metafóricas) que subrayan el anhelo humano por elreto tanto físico como mental. Y es que, efectivamente, no se trata simplemente de tener un cuerpo adapto para estos tipos de acciones, sino también (o sobre todo) una actitud mental y un entrenamiento de nuestros instintos con los cuales poner en marcha el conjunto de acciones que, en un palabra, se definen como “perfectas” dentro de las múltiples opciones. Un simple fallo puede significar perder total y brutalmente.

Big Water Theory es una experiencia compartida, la voluntad de abrirnos una puerta ante lo que está prohibido a la mayoría de nosotros. No es solo la mise en scene de un viaje, de una aventura de carácter deportivo, demostración de que hasta los deportes extremos tienen su valor estético. Si de belleza hay que hablar ante unas imágenes tan espectaculares (y no es solo gracias a lo que la naturaleza nos regala, sino también a lo que el ojo de la cámara sabe grabar), lo mismo se puede obtener de lo que los protagonistas nos dicen de sus experiencias mismas, de lo que sienten y de cómo establecen una relación entre su cuerpo (y su mente) y lo que les rodea. Es un documental que nos permite salir de las paredes de nuestras habitaciones y sumergirnos, sin ahogar, en las corrientes de un río que si solo quisiera nos podría tragar sin darse ni cuenta de lo diminutos que somos.

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Ficha técnica:

Big Water Theory ,  Francia, 2024.

Dirección: Emile Dominé
Duración: 83 minutos
Guion: Emile Dominé
Producción: Emile Dominé, Jules Dominé, Nouria Newman, Maël Nguyen, Jonathan Politur
Fotografía: Raphael Boudreault-Simard, Emile Dominé, Jules Dominé, Ciarán Heurteau, Nouria Newman
Música: Yann Chapelet, Jonathan Labigne
Reparto: Nouria Newman, Jules Dominé, Maël Nguyen, Dane Jackson, Aniol Serrasolses, Ben Stookesberry, Mike Dawson

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