Entrevistamos a Brandon Salisbury, director del documental George Romero’s Resident Evil. Brandon nos habla del desarrollo de su película y de la importancia de George Romero (1940 – 2017) en cuanto director de cine.

Guido Negretti: ¿Cómo nace este documental?

Brandon Salisbury: George Romero es la razón por la que soy director de cine. Los videojuegos de Resident Evil y el anuncio de que él había sido contratado para rodar la película me llevaron a redescubrir sus filmes en 1998. Más interesantes que sus películas eran las muchas entrevistas donde su conocimiento del proceso de rodaje y su actitud amistosa me empujaron hacia una carrera como director de cine. Siempre me gustó su guión para Resident Evil, especialmente por su tono oscuro y sus ideas peculiares sobre la esencia de lo que hacía que Resident Evil fuese el gigante del género horror que es hoy en día. Y después de varios años sin seguir mi sueño, al final decidí dar el paso decisivo.

G.N.: ¿Puedes describirnos cómo el documental se fue desarrollando?

B.S.: Buena parte de la obra está basada en un artículo de Robbie McGregor, quien es el co-guionista del documental. Lo conozco desde los días de Biohazard Extreme (un sitio web, ahora ya no en línea, de aficionados de Resident Evil que había nacido en 2000) y me había ayudado a recuperar cierta información sobre el borrador de McElroy para un artículo sobre el desarrollo y la producción del filme original de Resident Evil. Decidimos unir nuestros esfuerzos y pasamos meses buscando cada tipo de información, entrevistas, sitios web. Muchas de las entrevistas nacieron porque tuvimos suerte. El hecho de encontrar a varios miembros y aficionados de la comunidad nos empujaba a entrevistar a todo tipo de personas.

G.N.: ¿Crees que la película de Romero hubiera sido mejor respecto de las de RE que tenemos?

B.S.: Creo que la versión de Romero hubiera sido diferente. Diría que es casi un pecado mortal que sea juzgada mal ya que el borrador hubiera evolucionado durante el proceso de desarrollo. Sus guiones de El día de los muertos cambiaron muchas veces antes de convertirse en el producto final. No podemos saber cómo el filme final hubiera sido, si bien los guiones nos dan una idea del tono y del espíritu de los juegos que George quería mantener. Por supuesto hubiéramos tenido un filme horror.

G.N.: ¿Cuál crees que es la razón por la que Romero fue y sigue siendo tan importante dentro del cine de terror?

B.S.: George no creó simplemente una interpretación moderna del concepto del zombi. Ayudó a crear e introducir el cine de terror moderno. Las obras de Romero, de Russo, de los Streiners y de Image Ten crearon una visión perturbadora y apocalíptica del infierno con La noche de los muertos vivientes original. Además, George era persona amable. No solo firmaba autógrafos, toda persona que lo encontró nos dice que él les dedicaba su tiempo a sus aficionados para charlar con ellos. Los apreciaba de verdad.

G.N.: ¿Crees que las películas de Romero tienen futuro? ¿Las nuevas generaciones seguirán viéndolas?

B.S.: Sus filmes siguen siendo amados por el público porque son más de lo que aparentan ser. Siempre intentan hablar de grandes temas que van más allá de los límites de su presupuesto. No eran solo filmes con zombis. Sus obras están preservadas en los National Archives. Su producción literaria se encuentra en la universidad de Pittsburgh. Hay una convención anual dedicada a su vida y sus filmes con personas que van a Pittsburgh de todo el mundo para rendirle homenaje. Hay un sinfín de aficionados que lo adoran en todo el mundo. Para muchos los filmes de George fueron (y siguen siendo) la razón que les llevó a decir “yo también puedo hacerlo”. Me gustaría pensar que sus películas, o hasta él mismo, serán recordadas mucho tiempo después de que nos hayamos ido de este mundo. Mientras mantengamos su memoria en vida, Romero seguirá viviendo. Somos su legado viviente.

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El Resident Evil de Romero fue algo que hubiera podido ser. Una idea, por supuesto, que tenía dentro de sí la posibilidad de ofrecer al público algo capaz de unir el mundo de Capcom con el del padre de la saga de los zombis. Por supuesto una unión teórica, ya que de dos mundos diferentes se habla, entrelazado el de los videojuegos con el de la gran pantalla por una cuestión de homenaje al maestro del cine de horror (más correcto sería el apodo godfather). Y es que, como cualquiera sabe, el proyecto nunca logró ir más allá de un guión que fue rechazado completamente y que fue sustituido por las ideas (peores, lamentamos decir) de un Anderson que no supo ofrecer nada interesante, nada estimulante y, sobre todo, nada efectivamente horrorífico. Lo que se nos presenta hoy en día, entonces, es una saga cinematográfica que nada que ver tiene con los elementos originales y que, después de unos intentos de reboot en el cine y en la televisión, hasta ahora parece no haber tenido mucha suerte. Es lo que pasa (sería interesante analizar el porqué) en el caso de la gran mayoría de los productos basados en los juegos digitales.

El documental que se nos ofrece abarca toda la relación que se había ido creando entre el director norteamericano y la franquicia de Racoon City. Tiene, estructuralmente, tres grandes capítulos que abarcan el antes, el mientras y el después. No nos habla directamente de lo que pasó, sino que prefiere (justamente) introducir el argumento proponiendo una lectura de la importancia de Romero y de sus primeras obras (las antes de los años 2000), poniendo el foco en el valor tanto artístico como histórico-cultural de su trilogía de los muertos vivientes. Y es así como se construye la capacidad de entender la profundidad del discurso cinematográfico de Romero, algo que se mueve más allá de los bordes del simple cine de género y que implica el reconocer el hito que fue su presencia dentro de la historia del cine (si bien él, hacia el final de sus años, pensaba que poco había dejado al gran número de aficionados que todavía lo celebramos). Y si de hito hablamos, lo mismo tiene que decirse de la criatura de Capcom, que ayudó a salvar a la compañía japonesa.

Romero nunca jugó a Resident Evil, por lo menos de forma completa. Le pidió a un colaborador suyo que lo hiciera y que grabara el partido. Cuando se puso a escribir el guión, entonces, si bien en presencia de cambios (algunos de los cuales poco lógicos o sin una verdadera motivación aparente) él tenía una visión correcta de lo que había sabido transmitir el videojuego. El rechazo de su colaboración por parte de la productora no se puede entender a menos que se tenga en consideración el aspecto estrictamente autorial de Romero: su producto (no final, por supuesto, simplemente un draft) reconocía los aspectos más sangrientos y violentos de Resident Evil, lo cual poco se ajustaba a la idea de ofrecer un filme que la gran mayoría de los espectadores, sobre todo los más jóvenes, hubiera podido ver. El resultado, como bien explica el documental, fue un fracaso, ya que lo que llegó a la gran pantalla poco o nada tenía que ver con la obra japonesa y la mirada de Romero se había perdido totalmente, dejando paso a un éxito taquillero pero no artístico.

El documental de Brandon Salisbury es entonces una pequeña joya para los aficionados. Los que hemos crecido con las obras de Romero, los que hemos aprendido a apreciar el contenido narrativo y el valor socio-cultural de sus productos, los que, finalmente, seguimos creyendo que el director norteamericano fue, es y será digno de análisis ya que lo que produjo es arte, no podemos sino dar las gracias por habernos permitido ver una faceta más de la vida de este autor. Lo que fue, fue, obviamente, y nada puede cambiar el rumbo de la historia si de pasado hablamos. Sin embargo, documentales como este demuestran que es posible seguir con el discurso abierto por Romero, entrelazar con él un diálogo que traspasa las fronteras del tiempo (y de la muerte), y sobre todo seguir con la convicción según la cual el cine, en su forma más democrática, es un camino hecho de frustraciones, por supuesto, de las cuales la casualidad y el talento a veces saben extraer éxitos.

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Este artículo contiene la versión inglesa de la entrevista al director del documental Romero’s Resident Evil.

Guido Negretti: What led you to shooting a documentary about Romero’s Resident Evil?

Brandon Salisbury : I was inspired by George Romero to pursue filmmaking. And the Resident Evil games and by extension, the announcement he was hired to make the movie, took me on a journey of rediscovering his films back in 1998. Even more enjoyable than his works were the countless interviews where his insight on the filmmaking process, and his friendly demeanor, stirred in me the desire to pursue filmmaking as a career. I had always enjoyed his screenplay for the unmade Resident Evil, mostly for its dark tone and unique spin on the essence of what made Resident Evil the horror juggernaut it is today. When George passed, I wanted to honor his memory. And after years of never following through on my dream, I decided to take the plunge into film.

G. N.: Can you walk us through your process? How did the idea come to you and how did you develop it until it became a full documentary?

B. S.: Much of the work is based on an article written by Robbie McGregor, who served as co-writer on the documentary. I have known of Robbie since back in the Biohazard Extreme days (an old, defunct fansite for Resident Evil from 2000) and had helped recover some info on the McElroy draft for an indepth article he wrote covering the development and production of the original Resident Evil film. We decided to combine our efforts and spent months tracking down all sorts of pieces of background info, interviews and more, some from defunct websites. A lot of the interviews were right time, right place; meeting various community members and fans that kept pushing us in various directions to interviews all sorts of people.

G. N.: Compared to the movies that were actually produced, would you say Romero’s vision would have been “better”, cinematically?

B. S.: I would say that Romero’s version would have been different. I think it’s almost criminal that it is judged poorly based on a rough first draft that would have naturally evolved through the development process. His scripts for Day of the Dead changed many times until it became the final film. There is no way to properly know what the final film could have been, though the screenplays give an idea of the tone and spirit of the games that George sorely wanted to keep. This would have been a horror film.

G. N.: Why do you think Romero’s footprint on the genre and the history of cinema was and is so strong? What made (and still makes) Romero’s movies so outstanding?

B. S.: First, George didn’t just create the modern interpretation of the zombie. He helped create and usher in the modern horror film. The work of Romero, Russo, the Streiners, and Image Ten created an unsettling and apocalyptic vision of Hell with the original Night of the Living Dead. Beyond that, George was known as a pleasant person to meet. More than just signing autographs, everyone that has met him talks of how he took the time to actually engage with his fans. He truly appreciated them.

G. N.: Do you think Romero’s movies still have a future? Will the new generations keep watching them, or are the films going to fade away, remembered by just a bunch of nostalgics?

B. S.: His films still continue to resonate with audiences because they’re more than just the subject matter. They always tried to handle big subjects that transcended their limited budgets. It was never just a zombie film. His films are preserved in the National Archives. His written works secure at the University of Pittsburgh. He has an annual convention dedicated to his life and films, with people from all around the world traveling to Pittsburgh to honor the man. He is adored by legions of fans worldwide. For many, George’s films were (and continue to be) their inspiration that made them say, «I can do this, too!» I would like to think that his films, if not the man himself, will be well remembered long after we’ve all made our way through this world. So long as we keep his memory alive, Romero lives. We are his living legacy.

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