Fabrice du Welz pertenece a ese grupo de realizadores que todavía en el 2014 sigue eligiendo filmar sus películas en celuloide, en este caso en 16 mm, en busca de una textura concreta. Esa que proporciona el grano del celuloide forzado para crear imágenes con una estética sombría, que busca su propio equilibrio en los claroscuros. El realizador, que se hizo un hueco reconocido dentro del género fantástico con Calvario (2004), regresa con una historia inspirada en las vidas de Martha Beck y Raymond Fernández y los asesinatos que pertrecharon en los Estados Unidos a principios de los años 50. Esta pareja marcó tanto la crónica negra americana que ya había servido como fuente inspiradora de otros films anteriores: Los asesinos de la luna de miel(Leonard Castle, 1969), Profundo Carmesí(Arturo Ripstein, 1996) y Corazones solitarios (Todd Robinson, 2006).
Gloria (Lola Dueñas) es una enfermera frustrada que trabaja en una morgue. Tras divorciarse conoce a través de Internet a Michel, con el que queda para conocerse y cenar. A partir de esta primera cita ya nunca más podrá olvidarse de él. Le seguirá y formará parte de sus artimañas para ganar dinero mediante la estafa a mujeres que caen en sus redes sexuales y amorosas hasta que el vínculo que se crea entre ambos es tan enfermizo y obsesivo que los celos llevarán a Gloria a cometer algunos asesinatos.
Unos personajes sórdidos que tienen mucho en común con el vampirismo aunque a estos no les guste beber sangre y afilen sus colmillos en busca de carnaza.



Dos historias que se narran en paralelo y solo confluyen de soslayo en el espacio de un hotel. Este es el lugar donde trabaja Audrey, limpiando habitaciones, mientras lo compagina con sus estudios. En este mismo hotel se aloja Gary, de viaje en París por motivos laborales, quien decide romper con todo de la noche a la mañana. Suspende su próximo viaje, se despide de su trabajo por vía telefónica y llama a su mujer por Skype para comunicarle que no va a regresar a casa. No quiere seguir con ella.
Precedido por el éxito y notable difusión de los videos musicales
Lu Yanshi (Chen Daomin) escapa de la prisión donde llevaba años recluido, acusado de oponerse al gobierno. Tras su arriesgado intento por acercarse a su familia, todo queda en el depósito de una nota bajo la puerta y una conversación a hurtadillas con su hija, quien apenas le reconoce, antes de volver a prisión. Una vez concluida la Revolución Cultural China, Lu Yanshi es liberado y cuando por fin puede volver a casa se encuentra con que su mujer Yu (Gong Li) padece una demencia que no le permite recordarle. Lu Yanshi llevará a cabo mil y un intentos para que ella vuelva a reconocerlo, junto al apoyo y complicidad de su hija.
La mirada de Asia Argento hacia la infancia nada tiene que ver con la idea de búsqueda de recuerdos que añoran un tiempo feliz. Han pasado diez años desde que realizó The Heart is Deceitful Above All Things (2004). Un relato oscuro, en el que narraba cómo esa etapa de necesidad de protección, seguridad y dependencia se truncaba de forma cruel en la vida de un niño que, tras un largo periodo en casa de unos padres adoptivos, vuelve a vivir con su madre biológica, lo que le supondrá un abandono brusco de la inocencia.
Hace mucho tiempo que Ken Loach decidió renunciar a una posible reformulación en su lucha y reivindicación a través del cine frente a los problemas sociales y, más concretamente, en lo que se refiere al conflicto irlandés y sus raíces. Con Jimmy´s Hall regresa a Cannes, para presentar, con esta, su decimoctava película. Desde hace años, Cannes le reserva un hueco privilegiado en esa gran competición oficial y es precisamente la problemática del enfrentamiento irlandés, temática principal de su filmografía, la que le llevó en 2006 a ganar la Palma de Oro en el festival, con El viento que agita la cebada, donde abordaba la Guerra de Independencia de Irlanda, a principios de los años 20.
El importantísimo y prolífico escritor belga George Simenon ha inspirado, a través de sus obras, una enorme cantidad de trabajos cinematográficos, de forma muy sobresaliente, dentro de la producción francesa. Autores tan reconocidos como Jean Renoir, Claude Chabrol, Bertrand Tavernier, Jean-Pierre Melville o el húngaro Béla Tarr han adaptado sus textos a la gran pantalla y ahora es Mathieu Amalric quien presenta en Cannes su tercera obra como director, que toma como referencia la novela La habitación azul de 1955. En 2010 con Tournée consiguió el premio a mejor actor y el premio Fipresci de la crítica.
Estudios Ghibli y un clásico de la animación japonesa: La tumba de las luciérnagas nos pone a prueba ante los horrores de la guerra. La insensibilidad humana es algo que se cultiva a partir de la naturalización de los hechos, la muerte es tan común que no altera las sensaciones de quienes conviven a diario en su presencia. Algo esperado que casi ni se nota en el hábito diario; las diferencias golpean la atención de un espectador de otro contexto, la animación mitiga el resultado extrayendo realismo al contenido.


En una de las sesiones especiales, fuera de competición, confluían trece directores de procedencias y lenguajes muy diferentes en este filme, que al unísono, proclama el recuerdo de la historia que ha marcado para siempre la ciudad de Sarajevo. Localización crucial, con una gran riqueza cultural, en la que han confluido y coexistido diversos pueblos, este año vuelve a emerger como el epicentro en el que se celebran diferentes manifestaciones artísticas para no olvidar aquella fatídica fecha en la que, ahora hace cien años, se producía el atentado que precipitó el comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Una huida por el Buenos Aires más gris que se pueda imaginar. La de una madre (Julieta Díaz) y su hijo (Sebastián Molinaro) que quieren dejar atrás tantos momentos de humillaciones y violencia física. Un viaje en busca de ayuda que pasará por un lugar de acogida, un motel y el reencuentro con la madre y abuela, a la que las circunstancias habían distanciado. Siempre detrás, una sombra omnipresente, que les sigue por los pasillos de un portal, en las calles más recónditas de la ciudad o a través de una conversación telefónica, pero nunca llegamos a verlo. Esta presencia, la del hostigador y maltratador, se deja sentir como una amenaza constante a lo largo del film, y la decisión de Lerman de dejarlo fuera de campo es un acierto que promueve una tensión constante, como si de un thriller se tratara.
Existen territorios dentro del globo terráqueo donde las inclemencias son tan extremas que no permiten la existencia de vida humana. Pero hay zonas, donde esta combinación se ha hecho posible, aunque no con pocas consecuencias, como si la única manera posible de sobrellevar tales condiciones pasase por la pérdida total de la cabeza, cuando la locura nubla cualquier atisbo de consciencia. En un recóndito lugar de Iowa, tres mujeres han encontrado refugio, pero el paso del tiempo en dicho lugar les ha llevado a la locura y necesitan ser rescatadas para ingresar, muy lejos de allí, en un sanatorio donde puedan recuperarse. La encargada de llevar a cabo esta compleja misión es Mary Bee Cundy (Hillary Swank), mujer soltera en la treintena, quien se ofrece como voluntaria en esta afrenta. Su vida solitaria está marcada por un sentimiento de infelicidad, al no haber encontrado a un hombre con quien formar una familia, tras varios intentos fallidos. Mary cruzará el desierto en solitario hasta que se encuentre en su camino con Briggs (Tommy Lee Jones), a quien salva la vida a cambio de su colaboración en el viaje.