Críticas

De eternos retornos

Arcadia

Le couperet. Costa-Gavras. Francia, 2005.

ArcadiaCartelCon una prolífica trayectoria que se inició en los años 60 del siglo pasado, el director franco-griego Costa-Gavras ganó celebridad con  largometrajes de alto compromiso político. Basta con nombrar Z (1969), Estado de sitio (État de siège, 1972), Missing (Desaparecido) (Missing, 1982) o La caja de música (Music Box, 1989). El año pasado, ya nonagenario, dirigió su último filme hasta la fecha, El último suspiro (Le dernier souffle, 2024). En él reflexiona sobre la muerte digna utilizando a un filósofo y a un médico especialista en cuidados paliativos. Se trata de  una película de gran sencillez en su puesta en escena y que se asimila como testamento. Hace veinte años, en 2005 con el largometraje Arcadia, se basa en una novela de Donald E. Westlake, The Ax. Ambientada básicamente en Francia y en Bélgica, consiste en una ácida mirada, en códigos de thriller y con dosis de comedia negra, sobre las penurias laborales generadas por un capitalismo voraz.

Bruno, el protagonista, es un ingeniero que tiene un alto cargo en una empresa papelera. Pero corren tiempos de reestructuración y deslocalización y es uno de los cientos de empleados que son despedidos y sus puestos amortizados. Es un hombre relativamente joven, con 40 años, titulación y experiencia (llevaba más de quince en la empresa) y confía encontrar nuevo trabajo de inmediato. Pero el tiempo pasa y tras más de dos años en el desempleo su confianza empieza a quebrar. Su vida anterior de confort y bienestar junto a su mujer y sus dos hijos adolescentes se tambalea. La esposa ha tenido que coger dos empleos de subsistencia y en las entrevistas de trabajo Bruno se percata de que no es el único aspirante, ni siquiera el mejor. ¿Y por qué el filme se denomina Arcadia? Arcadia es la empresa de sus sueños, moderna, competitiva, el lugar donde le gustaría seguir desarrollándose laboralmente. Justo ese microcosmos utópico e idílico al que hace referencia el término. Pero además de la existencia de otros candidatos para su mismo puesto que estarían más capacitados por edad, cualificación o experiencia, existe otro gran inconveniente: el cargo en cuestión ya está ocupado por un empleado tremendamente eficaz. La desesperación total alcanza a nuestro protagonista: no sonríe, está irascible, y se ve en un camino sin salida. ¿Qué hacer? ¿Qué límite estaría dispuesto a traspasar por el bien propio y el de su familia?

ArcadiaFoto1

La película deriva en una especie de thriller negro que se acerca a una comedia satírica pero que en ocasiones se torna en una torpe farsa, al caer en un humor burdo que convierte a Bruno en un ser desmañado que roza el patetismo. En su plan de actuación se le olvidan pistas esenciales, no toma las precauciones debidas e incluso resulta un incompetente para asumir con una mínima destreza las acciones por las que ha de pasar para conseguir sus objetivos. Una indecisión tonal que convierte a Arcadia en una película oscilante que navega en el desequilibrio. Aún así, merece destacarse una puesta en escena funcional y sobria en la que la violencia irrumpe en una rutina casi burocrática. Costa-Gavras insiste en una ambientación fría y desangelada reforzando la idea de la deshumanización del capitalismo. Con ella refuerza su concepción de frustración y descomposición social. Una frustración que se enfrenta con constantes llamadas al placer comprado con dinero como objeto aspiracional de un status del que Bruno ha sido apartado. Camiones publicitarios y vallas se van cruzando en el camino del protagonista como promesas de una sociedad de consumo a las que no puede aspirar. Ha sido expulsado de ese circuito y no está preparado para aceptar que el valor personal no solo se mide por el éxito profesional. Su yo se derrumba y vive la pérdida laboral como privación de la identidad, a la manera que Hannah Arendt ya describió en La condición humana.

ArcadiaFoto2

¿El criminal nace o se hace? El autor nos exhibe en esta obra una clara muestra de la criminalización como producto social. La degradación moral progresiva deriva de la presión estructural y el rol se adquiere entre la vulnerabilidad y depresión sobrevenida. La teoría de la anomia de Merton podría explicar la forma en que Bruno, en el desajuste entre sus metas de éxito y la restricción en los medios para alcanzarlo, innova. Los medios ilegítimos brotan como única salida para recuperar la prosperidad. Y no funciona como psicópata. Jamás se acostumbra y la experiencia no abandona su carácter de trauma. A pesar de la utilización por el realizador de la voz en off del personaje explicitando con comentarios secos y racionales su plan, no puede evitar degradarse psicológicamente con cada paso que da. Con ritmo sostenido y burocrático, el thriller se disuelve en una sátira sombría. El filme termina funcionando como una parábola austera sobre la dinámica del capitalismo, de aquellos que viven en su seno y de aquellos otros que son expulsados del paraíso y hasta qué barreras son capaces de saltar para volver a internarse en su cobijo. Esa penetración en la mente del protagonista funciona como mecanismo de distanciamiento crítico, exhibiendo a la vez lo lógico y lo monstruoso. 

ArcadiaFoto3

¿Puede sostenerse que en la obra triunfa la maldad? Schopenhauer afirmaba que “la maldad no solo existe, sino que se impone, porque se apoya en la misma voluntad de vivir”. Creemos que Costa-Gavras está muy alejado de querer ofrecer una postura didáctica sobre la necesidad de recurrir a cualquier medio para justificar fines. En primer término, evita la espectacularidad de la violencia y a quien recurre a ella lo exhibe como un ser chapucero y absurdo, tan absurdo como el sistema que lo origina. Las torpezas de Bruno son filmadas con silencios, encuadres y cortes incómodos. Además, hay que contar con el cierre del filme, en una última escena tremendamente irónica que figuradamente habla de un sistema de competencia circular. Una mujer desconocida aparece en el plácido universo del protagonista. El director alarga los planos, sostiene las miradas, la carga de incomodidad se instala… Corte brusco. Créditos finales. Un eterno retorno nietzscheano sin posibilidad de ruptura. La lógica competitiva como engendradora de eternos “Brunos”, como ley eterna del sistema, como engranaje estructural, como una cadena infinita. “Todas las cosas retornan eternamente, y nosotros mismos con ellas.” El director convierte a su obra en una alegoría social en la reproducción eterna de un sistema que devora a los individuos y normaliza la violencia bajo la máscara del éxito.

Entre asesores matrimoniales como dimensión doméstica del derrumbe, un padre protector convertido en héroe y una banda sonora que funciona como subrayado dramático que aumenta la sensación de incomodidad rutinaria, la frialdad del relato se impone. La rueda seguirá girando con nuevos verdugos y nuevas víctimas. Arcadia despliega un retrato sombrío de la fragilidad contemporánea: un universo en el que la  identidad depende del trabajo, la vida íntima llega a erosionarse y la violencia se filtra bajo la apariencia de normalidad. Los hombres como piezas intercambiables en un engranaje sin salida en los que la rutina del éxito y la sombra del crimen se confunden. El cineasta coreano Park Chan-wook acaba de presentar en el Festival de Venecia el largometraje No Other Choice, una nueva versión de la novela The Ax de Donald E. Westlake. Veremos.

Tráiler:

https://www.imdb.com/es-es/video/vi1542634521/?playlistId=tt0422015&ref_=tt_ov_pr_ov_vi

 

Comparte este contenido:

Ficha técnica:

Arcadia (Le couperet),  Francia, 2005.

Dirección: Costa-Gavras
Duración: 122 minutos
Guion: Costa-Gavras, Jean-Claude Grumberg. Novela: Donald E. Westlake
Producción: Coproducción Francia-Bélgica
Fotografía: Patrick Blossier
Música: Armand Amar
Reparto: José García, Karin Viard, Geordy Monfils, Christa Theret, Ulrich Tukur, Olivier Gourmet, Yvon Back, Thierry Hancisse, Olga Grumberg

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.