Críticas

Drama de oportunidades desechadas

To Leslie

Michael Morris. EUA, 2022.

To Leslie aficheEl alcoholismo, en su retrato más descarnado, impulsa una excelsa actuación de  Andrea Roiseborough. Vaivenes de una crisis que aspira a lo insuperable. Intentos, fracasados de antemano, construyen un ámbito de coordenadas difusas, un volver a empezar plagado de oportunidades no apreciadas. Leslie es el castigo propio y de los demás, vergüenza ajena ante un aluvión de burlas, empatía que circula entre sensaciones ambiguas; la esperanza parece, por momentos, diluirse entre tanta negligencia y evasión.

Gana la lotería, en 6 años dilapida el dinero en fiestas y alcohol; el premio final será la bancarrota y el abandono personal en la bebida. Alguien, que intentará disuadirla y corregir su forma de vida, aparecerá.

El filme anuncia una metodología; lo que es, lo que no se debe hacer, y el surgimiento de una solución cuasi mágica engarzada en sentimientos altruistas basados en el eco propio de la experiencia vivida. Marc Maron es, solo en apariencia, un caduco partenaire: Sweeney persiste, es todo por la causa.

El alcoholismo es calibrado desde una óptica simplificada, Leslie resiste hasta la aparición de un longevo “príncipe azul del siglo XXI”, donde los veteranos pululan haciendo gala de su experiencia; renovada pincelada para un tópico caduco en estos tiempos. El resurgir del hombre maduro a expensas de una temática compleja, mirada que, en otros tiempos, podría ser algo así como, “el amor todo lo puede”, se reconvierte en la magia de experiencias vividas, suerte de combinación entre soledad y empatía, trampolín hacia una comprensión desinteresada en apariencia y enraizada en la paciencia. Por aquí pasa el foco de irrealidad sustentado en lógicas de cura por apoyo “desinteresado”. El “héroe de la pureza” es carente de reciedumbre, un himno a la tolerancia conserva la callada esperanza en el verdadero sostén, apuesta desde un disimulado afecto diseñado para no escapar a la percepción del espectador.

Un hijo abandonado culmina en razón de ser, es el cierre para un apoyo que sostiene desde su punto más débil, aunque no concluyente, el devenir en medio de la insatisfacción y el desafío.

To Leslie fotograma

To Leslie, sin ser una gran película, encandila. Andrea Riseborough sostiene su papel con eficacia, tiene eso de la credibilidad del sufrimiento irresponsable, la tolerancia al menosprecio que bloquea el entendimiento por los resultados: nada parece hacerla reaccionar ante su drama. Pesadilla circular, el fin es irremediable hasta que Morris introduce el corte en el circuito. No es un salvamento al estilo héroe valeroso cargado de energías positivas o poderes adicionales, sino que pretende provenir desde lo humano en su faceta de privilegiado intérprete de visiones repetidas. El eterno retorno encarna en Leslie a manera de segunda oportunidad; Sweeney permanecerá atento y activo en el intento.

Película de actores, sin grandilocuencias ni estrellatos, cultivo desde la humildad en el rescate; una soga tendida con persistencia, sentimiento que aflora con cautela en el desinterés más allá de la tragedia. Consecuencias oscilantes que prodigan un naufragio, y es que el alcohol no solo ahoga las penas, sino también los intentos, reveses inaceptables en medio de una euforia a manera de pantalla catalizadora de estados de ánimo artificiales. El dinero y el alcohol, historias en paralelo que disimulan carencias que reflotan cuando todo se pierde.

El punto de quiebre apresura la llegada, tiempos fílmicos deudores de una necesaria aceleración; Leslie deberá mostrar su posibilidad de avanzar la cinta hacia una resolución más necesaria que creíble. Para eso, contará con un Sweeney tan condescendiente como activo, el personaje es la llave del desenlace, hace posible la reversión a estados de responsabilidad poco creíbles para un alcohólico en ausencia de tratamiento convencional.

To Leslie plano

El filme se mueve bien sobre el concepto de círculo vicioso, por momentos, trasmite cierta monotonía por la constante concurrencia  a la barra: en la vida de Leslie, el alcohol es la única realidad tangible.

El guion se vuelve potente en pasajes donde la alusión pesa en un proceso de señales que aportan al acercamiento,  introducen lo común a manera de excusa en el compartir. Recordamos la escena donde Leslie y Sweeney están almorzando, el fuera de campo es explotado en la presencia-ausencia de Royal a través de una música “absurda” para los no creyentes. Constituye el pasaje gradual al descubrimiento de posibilidades tan siquiera adivinadas. El vínculo comienza a entretejerse en la confianza y el pedido de ayuda ante un síndrome de abstinencia que se entremezcla con la angustia por las pérdidas negadas ante los efectos del alcohol.

Desde los primeros planos que definen el intenso sufrimiento, pasando por intentos de acercamiento en planos y contraplanos que marcan el diálogo sin intensidad en las miradas, con angulaciones que suelen no tomar los rostros de frente, se desemboca en escenas como la del parque de diversiones, donde Leslie comienza a explorar el cambio desde un mayor alejamiento de la cámara, con planos de cuerpo entero, pecho o americano, en movimientos que resaltan su diferencia en la sobriedad. El personaje deja de ser sombrío, demuestra su capacidad de recuperación como tentativa de lo posible.

To Leslie escena

Luego, en su retorno al bar, volverá a primeros planos cercanos en la expresión de tristezas vinculadas al menosprecio y la desvalorización; transición que conlleva una toma de conciencia alertada en la valoración del apoyo de su partenaire.

El filme se encarga de perdonar, expone a Leslie en su carácter de víctima en dificultades, calza en la categoría de error humano reivindicable, como tal, en los excesos que acomete la incomprensión. Un drama humano que intenta humanizar el esfuerzo mediante los alcances necesarios en la participación del otro como respaldo a la construcción de una “vida nueva”.

 

Comparte este contenido:

Ficha técnica:

To Leslie ,  EUA, 2022.

Dirección: Michael Morris
Duración: 119 minutos
Guion: Ryan Binaco
Producción: BCDF Pictures, Shaken Not Stirred, Baral Waley Productions, Bluewater Lane Productions, Clair de Lune Entertainment
Fotografía: Larkin Seiple
Música: Linda Perry
Reparto: Andrea Riseborough, Marc Maron, Stephen Root, Allison Janney, James Landry Hébert, Matt Lauria, Owen Teague, Andre Royo, Chris Coy, Derek Phillips, Mac Brandt

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.