Críticas

Bloodbath

Project Wolf Hunting

늑대사냥. Kim Hong-seon. Corea del Sur, 2022.

La sangre es un elemento que nos rodea, por lo menos metafóricamente. En realidad, la sangre, parte indiscutible de nuestro ser, no está exactamente delante de nuestro ojos, sino que se esconde por debajo de la piel que nos envuelve. Hay, se dice, personas que no pueden sufrir la idea de ver este líquido rojo y que, con tan solo una gota, se desmayan. Es, efectivamente, una especie de fobia que quizás se base en la necesidad de pensar que no somos cuerpos, que solo nos basta la apariencia, lo exterior, mientras que todo lo que pulsa y fluye dentro de nuestros caparazones, si bien existe, no tiene derecho de hablar. Sería, en otras palabras, un pecado mortal, un tabú del que no queremos discutir (lo cual está claro, los tabúes implican el no mencionar, el carácter de no existencia de lo que en realidad existe); solo se puede hablar de sangre en determinados lugares, como los hospitales, lo cual implica una división completa entre nuestro mundo y el de “los otros”, como si de guetos mentales estuviéramos hablando. Sin embargo, la presencia de la sangre como elemento estético no es nada inusual, y la violencia como parte de un discurso de entretenimiento tiene su valor en la historia de las obras de arte.

Es correcto, entonces, catalogar Project Wolf Hunting entre los productos que ponen su mayor énfasis en el hecho de jugar con la violencia. Los chorros de sangre, efectivamente, nada tienen que ver con la realidad y se insertan en una voluntad de representar lo que no existe o, mejor dicho, de cambiar lo real para que tenga un aspecto más entretenido, más estético. El resultado de esta elección es, afortunadamente, muy positivo, y los amantes del gore y del splatter no podemos sino sonreír ante las imágenes rojas y los ríos (palabra aquí poco metafórica en relación con lo que efectivamente se ve) que ocupan buena parte del cuento fílmico. El espectáculo visual no puede sino provocar malestar en quienes rechazan la idea de violencia, mientras que los que logran dividir lo real de lo irreal y, por ende, distilar la idea de deleite, se sentirán satisfechos y aplaudirán la bondad del ojo del director quien nos propone imágenes muy acertadas.

El problema del que sufre la película se sitúa en su estructura narrativa. No es en realidad un problema objetivo, sino la interpretación que el espectador puede tener del filme en lo que al concepto de “cuento de ficción” se refiere. Efectivamente, la arquitectura general que nos propone es bastante sólida, y el resultado es una serie de elementos que se unen correctamente en una visión global que quiere dejar atrás cualquier tipo de voluntad de realismo y abrazar completa y totalmente su lado más absurdo. El efecto final es una narración fílmica que une los susodichos elementos splatter y gore con la acción y el juego de los experimentos científicos prohibidos, insertando en todo esto una pizca de “historia ficticia”, basada en transcursos reales y modificados para que el cuento pueda desarrollar su vertiente más irreal. Sin embargo, el juego parece perder a veces su solidez narrativa, y resulta apoyarse más en lo visual y menos en lo que nos quiere contar; un problema, este, que puede ser también un no-problema, dependiendo de cómo nos acerquemos a la obra.

Si de sangre se ha hablado y de cómo a veces es posible dividir a las personas entre las que, en los productos ficticios, la aman y la odian, no sería incorrecto afirmar que Project Wolf Hunting se inserta, en lo que al carácter narrativo se refiere, entre lo apenas suficiente y lo ligeramente insuficiente. Abrazar el aspecto estético de la obra es fácil, y el juego de “hiper”, o sea de aumento hasta más allá de la saciedad, de la violencia puede llevarnos a momentos de puro goce intelectual (obviamente si, repítamoslo, tenemos cierto apego por estos tipos de imágenes). Sin embargo, más difícil resulta aceptar las andanzas de la narración, con su ritmo a veces un poco irregular, y con su rara voluntad de seriedad, como si el mensaje final fuera más de lo que es (una simple diversión). Aquí, quizás, es donde se encuentra la dificultad de aceptar o menos la obra, ya que parece como si le resultara imposible aceptar ser lo que es y así dejarse envolver también por un juego de autorreferencialdad del género, aquella liviandad que fluye hasta el no tomarse demasiado en serio.

Comparte este contenido:

Ficha técnica:

Project Wolf Hunting (늑대사냥),  Corea del Sur, 2022.

Dirección: Kim Hong-seon
Duración: 112 minutos
Guion: Kim Hong-seon
Producción: Gu Seong-mok
Fotografía: Yoon Ju-hwan
Música: Kim Jun-sung, Jo Ran
Reparto: Seo In-guk, Jang Dong-yoon, Choi Gwi-hwa, Park Ho-san, Jung So-min, Ko Chang-seok, Jang Young-nam, Sung Dong-il

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.