Pelí­culas de horror o sueños compartidos

Por Isabel González

El miedo a lo desconocido es lo que caracteriza a la película de horror. Recordemos dos clásicos del género. Nosferatu, el vampiro (Nosferatu, Phantom der Nacht, Werner Herzog, 1979) y El resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980). El temor a la enfermedad y la muerte padecido desde el romanticismo, ya decadente, del siglo XIX y en la aparente inocuidad del mundo contemporáneo.  

El resplandorEl film de horror ha sido identificado como una pesadilla catártica, donde es posible redimir o purificar el "mal", que si bien suele estar encarnado en un monstruo no deja de ser reflejo del mundo interior del individuo y sus miedos. En Nosferatu... el monstruo es esencialmente inmortal. La inmortalidad aparace como una maldición. En la escena que registra la conversación entre Lucy (Isabelle Adjani) y Drácula (Klaus Kinski),  el vampiro habla sobre la crueldad de la muerte, pero declara que es todavía más cruel no poder morir... Esa incapacidad de morir es su tragedia.

Para mantener la inmortalidad se requiere destruir a otros, "sobrevivir más allá de sus contemporáneos es desangrarlos, ser un mostruo, vivir a costa de los demás, disminuir el sentido de sus vidas".

La pérdida de identidad es también otro rasgo del horror. En El resplandor,  los trastornos de personalidad que sufre Jack Torrance (Jack Nicholson) reflejan hasta qué punto se ha conviertido en el centro del mal. Parte de la lógica del film de horror es la incapacidad de controlar un estado en que el individuo actúa sin conciencia de sí mismo. "El arsenal del horror queda representado en la impersonalidad del villano (el mal)".

Klaus Kinski en NosferatuEl horror puede manifestarse en  lugares domésticos o en grotescas extensiones de éstos y, de acuerdo con lo planteado por los expertos, debe entenderse como distorsiones o versiones exóticas de nuestra propia domesticación. En Nosferatu... además del castillo del conde Drácula, la enfermedad y la muerte recorre las calles. El film se torna inolvidable por las escenas en exteriores, la llegada del barco, las ratas adueñándose de la ciudad y Lucy deambulando en medio de la macabra danza de la muerte.

La austeridad de la puesta en escena de este film-homenaje al Nosferatu de Friedrich W. Murnau (1922), su bajo presupuesto y la ausencia de efectos especiales, contrasta con la forma en que Kubrick versiona la novela de Stephen King. Donde el uso del steadicam, herramienta que popularizó el cineasta con este film, crea una pavorosa identificación con el punto de vista subjetivo del personaje, particularmente Dany, un niño cuya expresión de miedo, aún en estos días, resulta totalmente angustiante.

Jack Nicholson en El resplandorEn El resplandor el espectacular hotel Overlook adquiere vida propia, prácticamente respira dentro del film, presentándolo como un personaje más dentro de la historia. En efecto, el hotel absorberá la vida de la familia Torrence hasta transformarla de manera extrema. Cada espacio tendrá su momento estelar: la cocina, el pasillo que tantas veces recorre Dany con su bicicleta, la misteriosa habitación 237 y el laberinto, entre otros.

En el filme de horror las armas de muerte son personales. "La muerte es inmediata, violenta, desencajando huesos, regando sangre". Los colmillos en Nosferatu, el uso del cuchillo, el bate y el hacha en El resplandor... El elemento táctil del horror físico resulta esencial. La naturaleza animal del ataque y el miedo motivan el uso de tales armas.

El film de horror presenta la enfermedad y la muerte como males concretos, identificables, ya no resultan desconocidos y eso de alguna manera nos da la ilusión de poder controlarlos o al menos confrontarlos. Pero el mal no siempre está afuera, corporizado en un vampiro o monstruo. También se desdibujan los límites entre la lucha interna del mal y el bien en el propio individuo. De alguna manera está presente el reconocimiento de que hay algo monstruoso dentro de nosotros mismos y eso es reflejado por lo que nos rodea.

Nosferatu, fotogramaEn la película de Kubrick, el autor juega con los límites entre la psique de Jack y los acontecimentos extrenos a Jack. ¿Qué es realidad, qué es fantasía? Para ello, echa mano de la identificación entre lo que el personaje ve y escucha y el espectador. Pero no se limita a Jack, sino que va focalizándose en los demás personajes, generalmente, en el niño y la esposa.

Si la película de Herzog hace del terror, por momentos, poesía y belleza, reelaborando la obra de su compatriota Murnau; el film de Kubrick se abre al terror psicológico, permitiéndose tratar con sentido crítico y hasta ironía la institición familiar. Mostrando así una sociedad que pareciera segura y confortable, pero cuya fragilidad  e intolerancia se manifiesta en las relaciones con el otro, y ante todo, con nosotros mismos.

Referencias:
Stuart M. Kaminsky: "Consideraciones Psicológicas. Horror y ciencia ficción", en American Film Genres, Laurel Edition, New York, 1974.

Nosferatu

El resplandor