Críticas

A contracorriente

La pesca del salmón en Yemen

Salmon Fishing in the Yemen. Lasse Halström. Reino Unido, 2012.

Cartel de la película La pesca del salmón en YemenLasse Hälstrom vuelve a las pantallas con La pesca del salmón en Yemen. Se trata de la adaptación de la novela homónima del escritor británico Paul Torday. Hälstrom tiene una amplia experiencia en dirigir films basados en novelas, tal y como realizó con  Atando cabos (The Shipping News, 2001), Las normas de la casa de la sidra (The Cider House Rules, 1999) o Chocolat (2000). El título del film resulta una acertada criba para aquellos espectadores que buscan otro tipo de emociones cuando compran su entrada y una apuesta casi segura para aquellos que conocen la filmografía del cineasta sueco.

La primera parte de la película posee un acertado sentido del ritmo, que imbuye al espectador, gracias a la interrelación de los diferentes personajes, en una temática que aparentemente carece de atractivo: el mundo de la pesca del salmón. El Dr. Alfred Jones (Ewan Mc Gregor), funcionario del ministerio de Agricultura y Pesca británico, recibe un mail de la consultora Harriet Chetwode-Talbot (Emily Blunt) con la invitación a participar en un estudio financiado por un jeque yemení sobre la viabilidad de la pesca del salmón en su país. El deseo del gobierno británico de suavizar su imagen pública en Oriente próximo ejerce de detonante para que, a pesar de la negativa del Dr. Jones, el proyecto se lleve a cabo.

La participación de los diferentes agentes implicados en el plan proporciona diálogos ingeniosos, culminando con un divertido chat entre la secretaria de prensa de presidencia y el propio presidente, que el espectador agradece con una sonrisa y al que el director recurrirá nuevamente en posteriores secuencias.

Si los hermanos Coen retrataron a caricaturescos agentes del FBI en Quemar después de leer (Burn After Reading, 2008), los miembros de algunas de las carteras ministeriales británicas, incluido el presidente, aportan el punto cómico al guión. Destaca la interpretación de  Kristin Scott Thomas, una mujer cínica y autoritaria, que ejerce sus dotes de mando con soltura y decisión, tanto en el entorno laboral como en el familiar.

Salmon Fishing in YemenA Ewan McGregor le sienta bien encarnar al Dr. Jones, y su repelente peinado nos perfila, a primera vista, un personaje de costumbres y patrones, anclado en un matrimonio sin pasión, cuya vía de escape es un estanque de peces en el jardín. Su único defecto es abusar de ciertos gestos para representar su personalidad antisocial.

Emily Blunt aporta el toque de naturalidad a la trama pesquera. Su lenguaje corporal es elocuente, y a pesar de que la química entre ambos actores protagonistas resulta difícil de digerir, su sonrisa dulce y la profundidad interior de su personaje despuntan como los elementos más destacables del film.

La ambiciosa propuesta del jeque yemení (Amr Waked) acabará desembocando en un conflicto nacional, y gracias a ello, veremos como él dice, que no se trata sólo de pesca, sino que su propuesta para llevar el salmón a su país sitúa a ambos personajes en una encrucijada emocional en la que habrán de replantearse la continuación de sus vidas.

Las diferentes perspectivas y la mezcla de culturas enfrentan a la población yemení que desconfía de la propuesta del jeque, ya que en ella no ven más que la instauración de costumbres occidentales y su consecuente amenaza.

Los planos generales, rodados en exteriores, acompañados de la música de Dario Marinelli, reflejan lo ambicioso del proyecto pesquero y el reto que éste supone para las personas que participan en él. Por su parte, las tomas de la presa finalizada y de la llegada de los salmones a Yemen consiguen trasladar la expectación del jeque al espectador.

La pesca del salmón en Yemen, críticaMientras que el montaje de la primera parte del film dividirá en  ocasiones la pantalla para mostrarnos la hiperactividad de la jefa de prensa, la sensación de paz una vez que aterrizan en Yemen se consigue gracias a los amplios planos de las áridas localizaciones yemeníes, intercalados con mayor pausa.

La pesca se convierte finalmente en la excusa que abrirá un debate filosófico, teológico y científico entre hombres de fe y hombres de ciencia, y desdibujará las fronteras entre lo que creemos y afirmamos ser, y lo que en realidad somos.

La pesca del salmón en Yemen acaba siendo un canto a la fe, un mirar más allá de nuestras fronteras y de nuestra mente, para dejarnos guiar, por una corazonada, por un sueño, y dar ese salto a ciegas, contra marea, como hace el salmón, aquí y en Yemen.

A pesar de que la filmografía de Hälstrom comprende diferentes géneros, sus películas siempre se han caracterizado por un cuidado tratamiento de las relaciones entre sus personajes y los vínculos creados entre  personas aparentemente opuestas (Querido John/Dear John, 2010). Los lazos entre ellos y los dramas de algunos (¿A quién ama Gilbert Grape?/ What´s Eating Gilbert Grape?)  son el denominador común que hace aflorar sentimientos que aportan un halo de melodrama a sus historias.

La pesca del salmón en Yemen, la películaEn esta ocasión vuelven a unirse dos mundos aparentemente inconexos, pero una vez que hemos acompañado a sus personajes a su destino predecible, nos damos cuenta que su última parada no nos satisface tanto como el viaje que les ha llevado hasta allí. Hälstrom recoge con su cámara la evolución de su relación captando cada mirada, cada pensamiento y reflejando el momento justo en el que nace ese sentimiento que hará que todo se detenga. A pesar de ello, el metraje deviene denso en algunos momentos, siendo más dinámica la primera parte por la comicidad de sus situaciones. Sin ser «la comedia británica del año«, tal y como recoge el póster de la película, muchas de sus escenas y diálogos ofrecen momentos frescos y amenos que son la mejor baza del film, aunque a su vez consiguen distraer nuestra atención de su trama romántica.

La pesca del salmón en Yemen nada entre varios géneros, queriendo abarcar la comedia, a la vez que el género romántico, y es ahí donde parece que el film va a contracorriente, como el salmón. Paradojas del cine.

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Ficha técnica:

La pesca del salmón en Yemen (Salmon Fishing in the Yemen),  Reino Unido, 2012.

Dirección: Lasse Halström
Guion: Simon Beaufoy, Paul Torday
Producción: BBC Films, Lionsgate, Kudos Film and Television
Reparto: Ewan McGregor, Kristin Scott Thomas, Emily Blunt, Amr Waked

2 respuestas a «La pesca del salmón en Yemen»

  1. Me ha parecido una película muy bonita, me ha gustado bastante.

    Música: Música descriptiva, bonita, muy apropiada en cada momento; es en su mayoría instrumental, por lo que acompaña casi imperceptiblemente las escenas de la película, acentuándolas.
    Fotografía: Me han impresionado mucho las imágenes panorámicas que se mostraban de diferentes paisajes, sobre todo de Yemen. Dan un concepto más amplio de las escenas complementado los diálogos.
    Actores principales y secundarios: Tanto la señorita Harriet como el señor Jones, son personajes similares. Ambos se encuentran solos, aunque por motivos diferentes, y acaban enamorándose el uno del otro.
    El jeque, Sheikh, es una persona abierta, es musulmán pero es respetuoso con otras gentes y culturas, agradable, muy amable y educado. Trata a sus invitados con mucho respeto y se ofrece a colaborar en todo lo necesario implicándose de muy buen grado.
    Por otra parte, en cuanto a los personajes secundarios, cabe destacar a la asistente del Primer Ministro inglés, Patricia, que parece mandar mucho más que su jefe, en ocasiones despreciándolo y tomando decisiones por él.
    Robert, el novio de la señorita Harriet, al que había conocido tan solo hacía tres semanas, se va a la guerra y “desaparece en combate”. Le dan por muerto y cuando ya casi se estaban comprometiendo el Dr. Jones y la Srta. Harriet aparece en la presa de Yemen. Está a punto de cambiar el final de la película pero al final regresa solo a Gran Bretaña.
    La trama es interesante, porque se desarrolla en un ambiente de guerra que se entremezcla con un proyecto absurdo y una historia aparentemente insustancial, pero que al final es la que nos transmite valores verdaderamente importantes para el ser humano.
    Comienza con la noticia del bombardeo de una mezquita en Afganistán por el ejército norteamericano, que implica a su aliado el ejército inglés. Para distraer la atención de los votantes en el Reino Unido, la secretaria del Primer Ministro británico busca un “notición” impactante y positivo en Oriente Medio que mejore su imagen. Se encuentra en un periódico una noticia curiosa: Un jeque afgano quiere introducir la pesca del salmón con anzuelo en Yemen. Decide aprovechar esta oportunidad y se pone en contacto con el Dr. Jones, experto funcionario del Ministerio de Agricultura y Pesca del Reino Unido y con la señorita Harriet, encargada de los asuntos del jeque, Sheikh, en el Reino Unido.
    El Dr. Jones, que en principio rechaza el proyecto por absurdo, acaba aceptándolo diciendo que “en teoría, es posible”. Se trasladan a Yemen, dejando a sus parejas y allí, el Dr. Jones, el jeque y la señorita Harriet logran hacer una presa en el río, sueltan los salmones de piscifactoría trasladados en aviones y ven como los peces remontan el río a pesar de no haberlo hecho nunca antes. Pero tropiezan con la intolerancia de un grupo radical de Yemen que toma el proyecto como una intromisión de la cultura occidental y destruyen la presa arrastrando los salmones rio abajo. Cuando piensan que todo está perdido y están a punto de abandonar regresando cada uno a su destino, el salto de algunos salmones rio arriba les hace recuperar la esperanza y deciden quedarse y proseguir con el proyecto, pero esta vez contando con la gente del lugar para que lo acepten como suyo.
    Los valores que transmite son la fe, la tolerancia, la solidaridad, el respeto y el amor. El Dr. Jones dice no ser religioso, pero el jeque le convence de que también tiene fe, al trabajar duro y confiar en un proyecto casi imposible. Además, al principio parecía que era un capricho del jeque, pescar salmones, de agua fría, con anzuelo, en Yemen, casi desértico. Sin embargo, lo que de verdad quería este hombre musulmán residente en el Reino Unido, era llevar trabajo y alimentos a su tierra natal. Además, habla de sus mujeres, pero siempre con respeto, y es muy amable, tolerante y respetuoso con todo el mundo que le rodea.
    Por otra parte, el Dr. Jones, alejado de su esposa por egoísmos, y la señorita Harriet, sola porque Robert, su novio militar (conocido de tres semanas) se ha ido a la guerra de Afganistán, se enamoran. A Robert le dan por “desaparecido en combate” y después por muerto. Milagrosamente aparece vivo en la escena en la que se destruye la presa y está a punto de regresar a Inglaterra con su novia, la señorita Harriet. Pero cuando “resucitan” los salmones en el riachuelo, el Dr. Jones decide quedarse en Yemen y la señorita Harriet con él, rompiendo ambos con sus respectivas parejas y continuando así con el proyecto del jeque.

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