Críticas

Un hombre y una mujer que perdieron un hijo, luego a ellos mismos y luego el uno al otro

Ayer no termina nunca

Ayer no termina nunca. Isabel Coixet. España, 2013.

Ayer no termina nunca - cartelIsabel Coixet nos sigue demostrando con su prolífica carrera que es una mujer fascinante. Cambia una y mil veces los escenarios de sus historias, el idioma en el que filma (inglés o español), así como el estilo, la idiosincrasia y la envergadura de sus actores, pero su constante es salir siempre airosa con una película profunda y exitosa.

En esta ocasión le tocó a su tierra de origen ser el escenario de sus ficciones: las afueras de Barcelona, en España. Ayer no termina nunca es un film que critica con dolor la crisis social y económica española. Es una película futurista porque está ambientada en el año 2017, pero muy lejos de la ciencia ficción, retrata una realidad muy similar a la contemporánea y a la vez muchísimo más cruda. Jóvenes profesionales sin trabajo viven en automóviles y en casas desocupadas, la gente se disputa las sobras de los cubos de basura y los hospitales saturados dejan morir a niños inocentes.

La película tuvo su estreno en la edición 63ª del Festival de Berlín (2013) y luego se presentó en el Festival de Málaga. Ambos certámenes son del agrado de la directora. Al primero lo considera un evento donde al público no le importa el glamour, sino que simplemente va a ver buen cine y generalmente conecta con sus películas. Al segundo lo considera como la mejor puerta de entrada al cine español.

Junto con la necesidad de denunciar la crisis de su país, Coixet quería contar la historia de una pareja, a la cual le dedicó el film: Jaime y Cristina. A medida que el guion tomaba forma, los personajes tomaron cuerpo en Javier Cámara y Candela Peña. Para él es su tercer film con la directora, luego de La vida secreta de las palabras (The Secret Life of Words, 2005) y Paris, je t’aime (2006). Para Candela Peña en cambio, Ayer no termina nunca fue el debut con la directora. Para este film Coixet no eligió a un actor y a una actriz por separado, sino a una pareja que ya había personificado a un matrimonio en Torremolinos 73 (2003, Pablo Berger).

Ayer no termina nunca - 1Ayer no termina nunca está ambientada casi en su totalidad en un espacio agobiante. Se trata de una construcción abandonada al lado de un cementerio, donde hay sólo paredes grises, agua que se filtra y piedras destinadas a convertirse en lápidas. Este ambiente duro y difícil de asimilar es parte de los contratiempos para que una pareja se reencuentre luego de cinco años. Juntos indagan sus dolores, rencores y frustraciones. Como complemento de este escenario, hay también un plano paralelo, el de los pensamientos de los protagonistas. En blanco y negro, los monólogos aportan información sobre la historia de esta pareja, pero también nos trasladan a otro mundo: el de la mente, donde todo puede ocurrir.

Como constante en la filmografía de Coixet, los diálogos son extensos y muy ricos. Con un estilo similar al de las obras de teatro clásicas, los dos protagonistas se baten a duelo dando lo mejor de sus habilidades actorales. Los espectadores nos quedamos en un estado de reflexión procesando los diálogos que cuentan con ideas universales. Por ejemplo, cómo se puede convivir con un dolor profundo, si vale la pena seguir adelante y cómo uno puede recomenzar una vida tratando de responder: ¿desde qué momento comenzaríamos?

Ayer no termina nunca - 2Mediante la enfermedad terminal de una persona extremadamente joven en My Life Without Me (Mi vida sin mí, 2003), una joven torturada durante la guerra en The Secret Life of Words (La vida secreta de las palabras, 2005) o, en este caso, la muerte de un niño de siete años, Coixet nos pone de cara a realidades durísimas. Pero también tiene la habilidad de lograr que hechos tan trágicos se sientan cercanos, y de esa forma empatizamos completamente con los protagonistas. Esta es una de las características que hace que los films de Coixet nos conmuevan tanto.

El desempleo de los jóvenes y la posibilidad de emigrar a otros países europeos más prósperos es uno de los varios temas importantes que se abordan. Se plantean preguntas sobre el rol del que se queda y decide no emigrar, ¿es en verdad un luchador o un ingenuo que piensa que la crisis va a desaparecer?

En las primeras escenas se muestran sutilmente ironías de nuestros tiempos modernos. Por ejemplo, cómo es posible que el negocio del fútbol logre manejar sumas astronómicas de dinero, cuando en el mismo país hay gente pasando hambre.

Ayer no termina nunca - 3Abundan las frases románticas, dulces y profundas. Una de mis favoritas: cuando él evoca lo que es mirar a los ojos de alguien amado, surgen ganas de tirarse como a una catarata porque es el único lugar donde uno quiere estar.

La caracterización de relaciones de pareja de muchos años es excelente. La falta de diálogo va generando rencor y resentimiento, como una bola de nieve que no se puede parar.

Las adicciones también se exploran, y cómo el sufrimiento puede convertirse en adicción. En relación a eso se critica también la base de la mayoría de los libros de autoayuda: todo lo que sucede tiene un sentido, y el sufrimiento debe aprovecharse como enseñanza.

En estos últimos años, las condiciones laborales en Europa, en particular, y en todo el mundo, en general, cambiaron significativamente. Los turnos son mayores, los sueldos más bajos, existen muchos trabajadores ilegales y parece mentira que se involucione en este aspecto. A pesar de que algunas de estas ideas surgen sin demasiada relación con el hilo narrativo de la historia, no hay duda que se disfruta la reflexión que nos exige Coixet.

Sobre la maternidad, se pregunta qué rol juega en una mujer, y cómo se siente una mujer cuando se ve despojada de ella al perder a un hijo. El papel de Candela Peña se hace más elaborado que el de Javier Cámara, por tener que interpretar a una mujer acabada, desequilibrada y al borde del colapso.

Da gusto ver como esta directora española no se perdió en las tentaciones de Hollywood. Pese a que ha trabajado y seguirá trabajando seguramente con actores famosos filmando en inglés, ella ha demostrado que también puede volverse introspectivamente a los problemas de su país. Es un fuerte llamado de atención para que frenemos, reflexionemos y procuremos que 2017 no nos encuentre infelices ni más pobres.

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Ficha técnica:

Ayer no termina nunca (Ayer no termina nunca),  España, 2013.

Dirección: Isabel Coixet
Guion: Isabel Coixet
Producción: Adolfo Blanco, Isabel Coixet, Manuel Monzón, Arantxa Roca, Carla Sospedra
Fotografía: Jordi Azategui
Música: Alfonso de Villalonga
Reparto: Javier Cámara, Candela Peña

9 respuestas a «Ayer no termina nunca»

  1. Aunque algo aburrida, no deja de ser interesante.
    Le pondría un pero, el sonido, imposible por el diálogo, si levantas volumen para oírlo…. Con los gritos despiertas al vecino y a volver a bajar volumen y chino después de la tempestad Bieber la calma……. Vuelves a quedarte sin oír una mierda, a su que….. Volvemos a subir volumen !!! Hasta los próximos gritos, y así………🤷🏼‍♀️

  2. Me parece un película muy buena: el argumento, el escenario, la vida interior, los diálogos y la interpretación de los dos actores. Extraordinaria y dura, porque así es la vida misma.

  3. El ayer no se si acaba, lo que no acaba es la peli, super aburrida e innecesaria. La vida de la planta de mi cocina es más entretenida, emotiva y cargada de emociones que la de los personajes.

  4. Es una obra teatral. Me ha gustado mucho. Excelentes ambos actores.
    No puede verse un día cualquiera porque te deja triste, planchado y en silencio.
    Para mi le sobran 20 minutos. La escena final , también me sobra

  5. Para los amantes del buen cine. No apta para los que únicamente buscan entretenimiento. Es una película que te penetra y te remueve. Excelente

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