Aviones

Si hay algo que sorprende de Aviones es que, a pesar de que se anuncia como una película que procede del universo de Cars, un spin‑off en toda regla, no tiene detrás a Pixar. Se trata de una producción Disney, y eso que, para desarrollar el film, el equipo de Klay Hall ha tenido que utilizar los mimbres de las dos entregas anteriores de Cars, estrenadas en 2006 y 2011 bajo la dirección de John Lasseter y Joe Ranft, en el primer caso, y de Lasseter y Brad Lewis, en el segundo. Sí hay, con todo, un nombre de Pixar entre los productores de Aviones, el mismísimo Lasseter.

Otra cuestión que resulta interesante es el hecho de que, en Estados Unidos, Aviones fuera una película pensada directamente para el ámbito doméstico. En principio, Disney solo pensaba estrenarla en salas cinematográficas en Europa, pero, cuando vieron el magnífico resultado logrado por el equipo de Klay Hall, se decidieron a estrenarla también en cines en Estados Unidos. En España, por ejemplo, después de seis semanas de exhibición, está rondando los novecientos mil espectadores, muy cerca de los logrados por El llanero solitario.

Aunque nace con una vocación deliberadamente menor, lo cierto es que Aviones funciona muy bien, aunque repita fórmulas ya empleadas por Pixar en las dos entregas de Cars. El director, Klay Hall, procede del mundo de la animación televisiva, de series como Los Simpson, El rey de la colina o Father of the Pride, y Aviones es su segundo largometraje tras Campanilla y el tesoro perdido (Tinker Bell and the Lost Treasure, 2009).

Aviones nos presenta la historia de Dusty (voz de Dane Crook), un avión fumigador enamorado de la velocidad y de las carreras, pero que tiene miedo a las alturas, ya que está acostumbrado a volar siempre bajo. Esta premisa argumental puede ser entendida casi como una metáfora de la propia Aviones, un título bien hecho en el que Disney no había depositado demasiadas esperanzas, pero que, además de vender entradas, está consiguiendo vender muchos juguetes relacionados con el film.

En realidad, Aviones empieza como la primera entrega de Cars (Hélices Junction, el lugar donde vive Dusty, recuerda mucho a Radiador Springs), pero acaba como Cars 2, con una carrera de aviones alrededor del mundo. Y ahí es donde radica uno de los grandes de los aciertos de esta propuesta, en la forma en que se nos presentan los aviones y las distintas geografías visitadas. De hecho, el director contó con la colaboración de Jason McKinley, un especialista de vuelo que ha dirigido varios documentales y series sobre el tema.

Como resulta habitual en Disney, la de Dusty es una historia de aprendizaje, esfuerzo y superación. Para vencer sus propias limitaciones, el pequeño fumigador cuenta con la ayuda de Skipper (este personaje, con la voz de Stacy Keach, viene a ocupar el lugar que desempeñaba Doc Hudson en Cars), un viejo caza de combate Navy Corsair que, al principio, se muestra esquivo, pero que luego le enseña a Dusty todo lo que sabe para poder afrontar con éxito el rally aéreo Alas alrededor del Mundo, un recorrido de 31.000 kilómetros que parte de Nueva York y hace escalas en Islandia, Alemania, India, Nepal, China, México y regresa nuevamente a la Gran Manzana.

Durante ese largo viaje, tanto Dusty como su instructor, Skipper, van a aprender muchas lecciones, y en el camino se encontrarán con otros personajes, entre los que destaca, sin duda, el carismático Chupacabra (voz de Carlos Alazraqui), un avión mexicano que se ganará el corazón de Dusty, el de los espectadores y el de la atractiva Rochelle. Dusty no es Rayo McQueen, pero, ahora que ha despegado, seguro que protagoniza alguna secuela. Esperamos que sea tan divertida como esta.

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