Críticas

Vacaciones en el infierno

Get the Gringo (How I Spent my Summer Vacation). Adrian Grunberg. EUA, 2012.

Cartel de la película Vacaciones en el infiernoLos sentimientos son muy caprichosos y egoístas, ¡sólo piensan en sí mismos! Les da igual todo: cómo es la persona, de dónde viene o dónde está. Cuando estos afloran en el interior de cada uno, ya no se pueden controlar. No existe cura contra ellos, se implantan en el cuerpo del afectado como un virus, sin dejar títere con cabeza. Se hacen dueños de los pensamientos, de los actos y de los anhelos de todos. Gracias a los sentimientos, alguien que no quisiera nada más que dinero y su propio bienestar podría cambiar radicalmente, transformándose, para acabar haciendo actos altruistas. Da igual si estás pasando unas agradables vacaciones en el infierno de una cárcel mexicana. Un hombre curtido en el egocentrismo, en la codicia y en el lucro personal puede acabar sintiendo un cariño paternal por un niño mexicano adicto a la nicotina.

Adrian Gruberg, quien ha experimentado por primera vez las mieles de poder dirigir un largometraje, después de haber estado como ayudante de dirección en películas como Wall Street 2: El dinero nunca duerme (Wall Street 2: Money Never Slepps, Oliver Stone, 2010), Al límite (Edge of Darkness, Martin Capbell, 2010), Apocalypto (Mel Gibson, 2006) o Traffic (Steven Soderbergh, 2000), dirige esta película que narra la odisea de un americano atrapado en un peculiar y mugriento trullo mexicano titulada Vacaciones en el infierno. La historia comienza enseñando su mejor cara: un coche a toda velocidad, dos payasos que huyen de la policía, sangre, tiros, derrapes, angustia… para acabar enseñándonos su verdadera naturaleza: un abuso reiterado de la voz en off del protagonista y escenas planas en las que nunca pasa nada. La primera secuencia de la cinta, una huida trepidante hacia la libertad, México, consigue que tengamos la adrenalina por las nubes. Nos hace pensar que estamos ante un prometedor film con un desarrollo similar, pero nada más lejos de la verdad. En realidad, nos pone el caramelo en la boca, para pensar que vamos a saborear un nuevo y excitante sabor para inmediatamente quitárnoslo, porque de hecho el caramelo resulta ser el más insípido de todos. El resto de las secuencias no aportan nada más que aburrimiento, puesto que el guion carece de la capacidad de transmitir la historia de una forma ágil y rítmica, dando como resultado una película tan sucia e inconcebible como la cárcel-favela en la que transcurre toda la acción. Está tan llena de clichés y es tan inverosímil que sólo es capaz de transmitir aburrimiento y recelo, por lo que al final uno tiene que acabar tomándose un revitalizante para poder resistir los sinsentidos e interminables tejemanejes que el protagonista tiene que ir haciendo a lo largo de la película.

Get the Gringo (How I Spent my Summer Vacation)Mel Gibson saca del baúl de los recuerdos a Martin Riggs (Arma Letal / Lethal Weapon, Richard Donner, 1987) y lo sazona con un ligero toque de Jerry Fletcher (Conspiración / Conspiracy Theory, 1997) para dar vida a este personaje irónico, gracioso y mordaz, de cuyo pasado no sabemos absolutamente nada (no sabemos ni cual es su verdadero nombre), lo único que conseguiremos averiguar, de refilón y sacado con sacacorchos, es que con anterioridad fue francotirador. El protagonista tiene una chispa caprichosa, porque al principio lo reconocemos como el típico timador de pacotilla que se ha visto en tantísimas películas, pero según se va desarrollando la historia descubrimos el pequeño corazón que tiene guardado detrás de tanta fanfarronería. Es entonces cuando aparece el héroe de la cinta, produciéndose un giro en la naturaleza interna del personaje. Nos muestra que es capaz de todo por ayudar a ese niño, tan lleno de rabia por vengar la muerte de su padre, y a la madre de este, que sólo quiere mantener a salvo a su hijo. Los sentimientos afloran en cualquier parte, da igual la podredumbre que haya alrededor, y crecen a un ritmo vertiginoso, consiguiendo que estos tres personajes mantengan una relación que recuerda a Jerry Maguire (Cameron Crowe, 1996), salvo que aquí no hay deportistas, contratos millonarios ni peces en bolsas de plástico. Aquí sólo hay corruptos, inmorales, drogadictos y prostitutas.

El legendario actor y director de Braveheart (Mel Gibson, 1995) ha vuelto con renovada energía y demuestra que aún le queda algo de ángel, picardía e inspiración mezcladas con la experiencia, que corroboran sus surcadas y profundas arrugas de la frente, para poder darle un toque de gracia y velocidad a esta cinta.

Fotograma de Vacaciones en el infiernoAunque toda la película gira en torno al personaje de Gibson, este tiene una pequeña gran ayuda gracias a la actuación de Kevin Hernández. Un chico de diez años que busca sentirse parte de algo lo más parecido a una familia, obligado a vivir las atrocidades de los adultos que están en esa cárcel llamada El Pueblito y forzado a crecer demasiado rápido para vengar la muerte de su padre. El pequeño actor borda con sutil delicadeza este desgarrador y entrañable papel. Desde la primera escena en la que aparece, se revela qué clase de persona es este crío, capaz de sacrificar toda la “seguridad” que tiene, para adentrarse en su misión más importante y decisiva: convertirse en el Sancho Panza del Quijote Gibson y así salvar a su madre de la miseria, salvarse a sí mismo de su fatal destino y ayudar a su nuevo amigo, sin saber que esta reciente amistad le aportará más de lo que nunca pudo imaginar. Unidos por deseos comunes, se crea una curiosa amistad entre el chaval y el protagonista, que es tan magnética, que la madre  del chico se ve arrastrada sin remedio hasta formar parte de este equipo tan singular, que será la causa del fin de todo el caos y toda la corrupción que se ha establecido en El Pueblito.

¡Chicos y chicas, bienvenidos al infierno!, pero tranquilos, porque la condena no es perpetua, sólo son dos horas de película y contamos con el aliciente de volver a ver al mejor Gibson, quien da al largometraje aquello que en un pasado tanto reconocimiento le reportó: repartir galletas a diestro y siniestro y recibirlas con su típica y fina ironía para hacernos creer que realmente no siente dolor. Mel Gibson ya no está de capa caída, por fin ha vuelto.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Vacaciones en el infierno (Get the Gringo (How I Spent my Summer Vacation)),  EUA, 2012.

Dirección: Adrian Grunberg
Guion: Mel Gibson, Adrian Grunberg, Stacy Perski
Fotografía: Benoit Debie
Música: Antonio Pinto
Reparto: Mel Gibson, Kevin Hernández, Daniel Giménez, Dolores Heredia, Jesús Ochoa, Peter Stormare

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